“Esta es una novela minimalista, en la cual deseo plasmar mucho más de lo que sus páginas muestran. Donde hay economía de recursos, pero no necesariamente falta de ellos; donde se ocupa el tema fantástico casi como un telón de fondo para compenetrarse en la problemática de los personajes y su entorno, buscando una estética narrativa justa, armoniosa, con imágenes más allá de lo obvio. Pienso que es una novela de ciencia ficción de muy buen nivel, justa, al callo, como una buena canción punk”.

“Tarsis” es la primera entrega de la tetralogía “8128″

De esta forma define el escritor Armando Rosselot su más reciente novela: “Tarsis” (Austrobórea Editores, 2014). Una novela de ciencia ficción sin concesiones, frente a la cual los lectores no quedarán indiferentes. Es que “Tarsis” se construye a partir de elementos de “ciencia ficción dura”, pero también de fantasía, con muchos pasajes cargados de preguntas filosóficas. Interrogantes que todos se han formulado en algún momento y cuya respuesta ayuda a definir el mundo en el que vivimos, sea en el presente o en un lejano futuro.

La trama arranca en un lejano futuro altamente tecnologizado, a bordo de una nave espacial que se dirige a un encuentro histórico con una inteligencia alienígena. Parte de la pequeña tripulación está compuesta por Quiami, un niño que posee poderes telepáticos desde su nacimiento y que es clave para poder establecer una comunicación efectiva con los alienígenas. Él va acompañado por Zandal, su maestro y protector. Pero a medida que se van acercando al punto de encuentro, ambos comenzarán a experimentar situaciones que los harán dudar de sí mismos, así como del objetivo y eventual desenlace de la misión.

Armando Rosselot es un autor con trayectoria en este ámbito, ya que a “Tarsis” —primera entrega de la tetralogía “8128”— se suma su novela “Te llamarás Konnalef” y es uno de los escritores estables de las antologías “Poliedro”.

Este autor nacional habló con Guioteca sobre “Tarsis”, la próxima entrega de su saga y de sus otros proyectos literarios.

-¿Cómo nació la idea de escribir “Tarsis”?

-“Tarsis” nace de una idea que tuve muchos años atrás, alrededor del ‘94, sobre la inmensidad del cosmos y la soledad de nuestra especie; por ende, de cada uno de nosotros. De lo que sucedería luego que tras siglos de búsqueda y viajes donde el hombre aún se encontrara solo, prisionero de su egoísmo y miedos, de pronto descubriera que es solo una minúscula parte de algo demasiado grande para explicarlo. Luego, en 2011, incorporé las ideas de lo que significaría el final, el término real de nuestro mundo, el cual para nuestra especie es lo único existente; lo único verdaderamente real que nos mantiene vivos. ¿Pero es tan así? ¿O solo es nuestra falta de visión en cosas que siempre han estado con nosotros? Después, en 2012, se unieron ambas ideas y nació definitivamente “Tarsis”.

Armando Rosselot es uno de los autores que participan de las antologías “Poliedro”.

-¿Qué te inspiró?

-Quizás las buenas novelas de Philip K. Dick, Stanislaw Lem u otros escritores que han llevado a cuestionarse temas trascendentales en sus historias, aparentemente fantásticas y de corte futurista. También, mi gusto por temas de carácter místico y religioso.

-Al leerla, uno se encuentra con una novela de ciencia ficción que combina el “space opera” con filosofía e incluso algunos aspectos místicos y oníricos. ¿Crees que eso es lo que te diferencia de otros autores nacionales de ficción?

-Sin duda. Siempre he tratado de tocar esos temas “grandes” que tanto temor le causa a muchos de mis colegas, al igual que la universalidad de las temáticas, tal como lo han hecho varias plumas a las cuales admiro, desde los clásicos hasta autores de best sellers como J.K. Rowling. Por ello trato de no caer en lugares comunes, de no ser repetitivo, buscando una pseudo identidad con conflictos y tramas forzadas. Como te dije, ocupo la CF como telón de fondo, que es lo que hay que hacer, ya que es un medio y no un fin en sí misma. Lo hago para que la trama y los personajes encajen en lo que deseo mostrar, tanto a nivel escritural como en la estructura misma de la obra; poder dar esa luminiscencia necesaria que solo tiene la literatura fantástica.

-Sus protagonistas, Quiami y Zandal, a ratos recuerdan clásicas duplas literarias y cinematográficas del maestro y aprendiz. Pero sería difícil decir quién es quién…

-Es la idea, la de dar una vuelta de tuerca a lo que clásicamente conocemos como el viaje del héroe y su mentor, tal como lo explica Cambell o Voguer. Al final, todos podemos ser héroes o mentores, como también a veces algunos maestros pueden ser nuestros peores enemigos.

-“Tarsis” es la primera entrega de una tetralogía. ¿Cuándo publicarás la segunda parte y qué encontraremos en ella?

-La segunda parte será publicada en este segundo semestre. Se llamará “El baile de las máscaras” y es una historia algo compleja, con saltos de tiempo, donde se cruzan las historias de varios personajes, los cuales buscan su liberación y las respuestas a una existencia sin mucho sentido bajo el yugo de fuerzas muy grandes. Es una novela bastante más extensa que su antecesora, donde más que dar respuestas te muestra caminos, posibilidades, retornos… El universo mostrado en “Tarsis” crece, aparecen nuevos elementos que serán cruciales en las dos novelas siguientes, donde poco a poco la madeja se va a transformando en una prenda de vestir.

-Además de esta saga, ¿estás trabajando paralelamente en otros proyectos?

-Sí, en varios. De partida, acabo de terminar una novela infanto-juvenil que mezcla elementos fantásticos de “Las mil y una noches” con ciencia ficción. También estoy escribiendo una novela de baja fantasía para un público adulto, de la cual espero tener listo el primer borrador a fines de este año. A eso le sumo un proyecto de libro-álbum y una novela gráfica, la cual deseo que esté terminada en el segundo semestre de 2016, la cual se llamará: “21”. Y, para terminar, estoy trabajando (hace un par de años) en dos poemarios y dos libros de relatos fantásticos de diferente temática.