Ucronías: ¿Y qué hubiera ocurrido si…?

Historias alternas, mundos paralelos, ucronías. No importa cómo se les llame, todas desmantelan el relato original para construir uno nuevo.

Guía de: Literatura Fantástica

Colón no descubre América; los Aliados son derrotados en la Segunda Guerra Mundial; Estados Unidos jamás desarrolla la bomba atómica; el “Titanic” llega a Nueva York en su viaje inaugural; Bernardo O’Higgins muere en la batalla de Rancagua.

Ucronías

Foto: EdicionesB

En Synco, Pinochet desbarata el golpe de Estado contra Allende.

Todas estas ideas representan claramente el sentido de lo que en inglés suele llamarse un What if y que no es otra cosa que explorar o imaginar una realidad diferente a la nuestra, a partir de uno o más acontecimientos que no pasaron o que ocurrieron de manera diferente.

Son las llamadas realidades alternas o mundos paralelos, y que también se les conoce como ucronías.

La historia es una fuente inagotable de este tipo de historias, ya que basta imaginar un camino ligeramente diferente al conocido para abrir las puertas de un universo completamente distinto.

Veamos algunos casos. “Tiempos de arroz y sal”, de Kim Stanley Robinson nos presenta un mundo donde la Peste Negra —aquella imparable plaga transmitida por las ratas— no mató a 25 millones de personas durante el siglo XV, sino a la totalidad de Europa. ¿Consecuencias? Dos poderosas culturas acaban reclamando el mundo: China y el Islam.

En “Pavana”, de Keith Roberts, la Invencible Armada de Felipe II sí logra conquistar Gran Bretaña, sentando las bases de un país completamente católico, leal al Papa y que acaba aplastando a los protestantes europeos. Sin mencionar que también

Tal vez una de las más conocidas sea “El hombre en el castillo”, de Philip K. Dick (“Ubik”, “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”), en el que describe un mundo donde Estados Unidos perdió la Segunda Guerra Mundial —uno de los tópicos predilectos de las ucronías— y tanto Alemania como Japón controlan el planeta.

Por su parte, el escritor argentino Edgardo Civallero llegó hace unos meses a las librerías chilenas con su novela “El Libro del Mensajero”, en la que reformula el descubrimiento del Nuevo Mundo: en vez de ser los españoles quienes descubren América, son los pueblos indígenas quienes cruzan el Atlántico en enormes embarcaciones y conquistan España.

“El Conquistador”, de Federico Andahazi, navega en las mismas aguas. Un brillante joven azteca llamado Quetza, construye una embarcación lo suficientemente grande como para cruzar el Atlántico, descubriendo Europa y llegando incluso hasta Japón.

Ucronías

Foto: Minotauro

En "Tiempos de Arroz y Sal" dos poderosas culturas terminan reclamando al mundo: China y el Islam.

En términos nacionales también contamos con ejemplos. Basta recordar a “SYNCO”, novela de Jorge Baradit en la que describe un Chile muy distinto al que hemos conocido en los últimos 30 años. Basta mencionar que el general Pinochet desbarata el intento de golpe de Estado contra Allende en 1973 y eso permite el desarrollo del proyecto SYNCO, que transforma a Chile en el primer país cibernético del mundo.

Este año veremos dos nuevos proyectos que bucean en realidades alternas nacionales. Uno es “1899”, novela gráfica a cargo de Francisco Ortega y Nelson David, que imagina un Chile altamente desarrollado a fines del siglo XIX, con naves voladoras, trenes de alta velocidad y una Guerra del Pacífico muy distinta a la de los libros de historia.

El segundo trabajo se titula precisamente “Ucronía Chile”, volumen que reúne un conjunto de cuentos —originalmente parte de un blog homónimo— que desarman y reconstruyen la historia de nuestro país. En sus páginas se dan cita escritores como Mike Wilson, Álvaro Bisama y los ya mencionados Baradit y Ortega, entre otros.

Las posibilidades son infinitas y tal vez lo único importante sea crear escenarios históricos alternativos que sean realmente factibles. Porque después de todo, quizá nosotros seamos la ucronía de otra realidad alterna.

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