El director Brian De Palma estrenó en 1983 la película “Scarface”, conocida como “Caracortada” y “El Precio del Poder” en Hispanoamérica. Escrita por Oliver Stone y protagonizada por Al Pacino, la cinta era una nueva versión de la película del mismo nombre de 1932 y narraba la historia del violento delincuente y refugiado cubano Tony Montana (Pacino), quien tras llegar sin un centavo a Miami en la década de 1980, después de ser dejado libre de las atestadas cárceles de Fidel Castro, se convertía en los Estados Unidos en un poderoso y violento narcotraficante.

Convertida en la actualidad en una película de culto, “Caracortada” todavía es recordada por varias de sus escenas, especialmente su memorable secuencia final, la escena del tiroteo en el interior de la mansión de Tony Montana, cuando Tony, intoxicado de cocaína y lleno de remordimientos por haber matado a su mejor amigo, “Manny” Ribera (Steve Bauer), se enfrentaba a una banda de sicarios fuertemente armados enviados por el narcotraficante boliviano Alejandro Sosa para matarlo.

Como todos los cinéfilos recordarán, todos los hombres de Tony Montana caían uno a uno frente a los de Sosa, mientras Gina, la hermana menor de Tony, era también asesinada por otro de los matones. Tras observar el cuerpo de su hermana, Tony enloquecía y, armado de un enorme rifle de asalto con lanzagranadas, comenzaba a disparar de manera frenética a los sicarios de Sosa, que se disponían a entrar en su despacho.

Tony mataba a un gran número de sicarios, hasta que el asesino principal de Sosa, conocido como “El Cráneo”, le disparaba por la espalda con una escopeta. El cuerpo de Tony, finalmente, caía desde la planta la alta de la mansión hasta una fuente de agua donde se encontraba su lema personal: “The world is yours” (“El mundo es tuyo”).

La escena final del tiroteo en “Scarface”, conocida como “Say Hello to my Little Friend” (“Digan Hola a mi pequeño amigo”, debido a la línea de diálogo que decía Tony cuando tomaba el enorme rifle de asalto con lanzagranadas), es considerada hoy una las más icónicas en la historia del cine de gángsteres y constituyó el clímax de esa película de 1983, cuando Tony, rodeado y traicionado, enfrentaba a una horda de mortales enemigos.

Curiosamente, pese a que “Scarface” estaba ambientada en Miami, esa escena no se rodó en esa ciudad, sino que en la opulenta mansión de El Fureidis, una mansión de estilo romano ubicada cerca de Santa Bárbara, en California. La Junta de Turismo de Miami, meses antes, había rechazado las solicitudes para filmar en la capital del estado de Florida porque temía que la película desalentara el turismo en la ciudad con sus temas de drogas, violencia y gánsteres.

Al Pacino, protagonista de “Caracortada”, conversa con el director Brian de Palma durante el rodaje de la escena final de la película.

La tensión de esa escena final se construyó magistralmente gracias a la música de Giorgio Moroder, la cinematografía de John A. Alonzo y el oficio del director Brian De Palma, quien utilizó ángulos de cámara estratégicos y movimientos rápidos para capturar la intensidad y el caos del tiroteo, que se vio apoyado por el diseño de producción de Patricia Norris y los efectos especiales de fuego y explosiones, coordinados por el experto en efectos Joe Lombardi. Todo esos factores, sumados, crearon una lograda atmósfera de violencia implacable y desesperación.

En términos de realización, la escena fue bastante compleja y desafiante de filmar. Al Pacino, como siempre, dejó la vida para interpretar adecuadamente su papel, incluso sufriendo quemaduras en una de sus manos durante la filmación debido a los efectos pirotécnicos.

La planificación detallada del director Brian de Palma y el uso de múltiples cámaras permitieron capturar cada ángulo del frenesí del enfrentamiento entre Tony Montana y la horda de sicarios. El editor Jerry Greenberg, asimismo, jugó un papel muy relevante en la cohesión de la secuencia, asegurando que el ritmo frenético se mantuviera constante sin perder claridad narrativa.

La brutal verosimilitud de la escena, además de lo anterior, se logró gracias a la autenticidad de las armas y los tiroteos, coordinada por el experto en armas Mike Papac, y la coreografía de las explosiones y el uso de sangre artificial. Esta combinación de elementos técnicos, sumado a la inspirada actuación de Al Pacino, resultaron en una secuencia memorable que ha dejado una impronta indeleble en la cultura popular y el cine de gánsteres.

Como anécdota de la memorable secuencia final de “Caracortada”, hay que mencionar que esa escena del tiroteo también incluye una sola toma de cámara dirigida por el célebre director Steven Spielberg, quien estaba visitando el set en ese momento.

Video: Escena final de la película “Caracortada” (1983): “Say Hello to My Little Friend”: