Los 20 mejores villanos del cine de los años 80’ (I)
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Un lugar común en el mundo del Séptimo Arte afirma que para que una película funcione, especialmente si esta es de acción, terror o ciencia ficción, el personaje del héroe debe tener un perfecto contrapunto dramático en la persona del villano, un antagonista que a menudo, ya sea por su carisma, humor negro y acciones reprobables, puede alcanzar una popularidad y aceptación entre los espectadores incluso mayor que la del propio protagonista. Estos son, sin dudarlo, los 20 villanos más recordados en el cine de los años 80’ (I parte):
1) Darth Vader (“El Imperio Contraataca”, 1981, y “El Regreso del Jedi”, 1983)
Interpretado por el actor inglés David Prowse, con la grave voz del actor norteamericano James Earl Jones, el letal Lord Sith de máscara y traje negros se transformó en el personaje más icónico de la saga espacial creada por George Lucas. Luego de intentar convertir a su propio hijo, Luke Skywalker, al Lado Oscuro de la Fuerza, y de mutilarlo en un inolvidable duelo con sables de luz en la ciudad de las nubes, el personaje, que durante estas dos cintas hace gala de una brillante inteligencia y una empecinada malevolencia, finalmente se redime cuando salva al joven jedi en los momentos en que éste está a punto de morir a manos del emperador Palpatine. Memorables son los momentos en que, por ejemplo, mata con el poder de la Fuerza a uno de sus subordinados, para después decirle “Disculpas aceptadas, capitán Needa”, o cuando, ya agonizando (interpretado por el actor Sebastian Shaw), le pide a Luke que le ayude a sacarse la máscara para verlo por primera vez con sus propios ojos.
2) Freddy Krueger (“A nightmare on Elm Street”, 1984)
Esta película de terror dirigida por Wes Craven, que supuso también el debut cinematográfico de un joven Johnny Depp, lanzó a la fama a un personaje que se transformaría en las siguientes películas de la saga en un verdadero ícono cultural: Freddy Krueger, un personaje que surgía en las pesadillas de adolescentes de la calle Elm para asesinarlos. Interpretado por el actor Robert Englund, Freddy impactó de entrada por su retorcido sentido del humor y su espantoso aspecto: un rostro atrozmente desfigurado por las quemaduras, un sombrero ajado, un jersey de rayas verdes y rojas, y un guante de cuchillas elaborado por él mismo, con el que solía acuchillar a sus indefensas víctimas. El origen del personaje era un indicio de su ominoso destino: según se nos contaba en varias escenas de la saga, Freddy era el hijo bastardo de 100 criminales psicóticos que habían violado durante varios días a Amanda Krueger, una joven monja que se había quedado encerrada por error en el pabellón de los pacientes peligrosos de un instituto psiquiátrico. Luego que Freddy creciera y raptara y matara a decenas de niños de su vecindario, sus padres lo habían quemado vivo, aunque él regresaría desde la muerte para vengarse en los sueños de sus descendientes.
3) Antonio “Tony” Montana (“Scarface”, 1983)
Esta película dirigida por Brian de Palma se convirtió con el paso de los años en un verdadero clásico del Séptimo Arte gracias al carisma de este despiadado mafioso cubano, interpretado por un inspirado Al Pacino, que llega a Miami a concretar su propia versión del sueño americano. Los momentos más recordados de la película son abundantes: Cuando Tony liquida de una puñalada a Emilio Rebenga, antiguo colaborador de Fidel Castro, en un campo de detención; o cuando, después de una frustrada transacción de drogas, el mismo Tony asesina de un disparo en plena calle de Miami al narcotraficante colombiano que ha mutilado previamente con una sierra a su amigo Angel; o cuando, atiborrado de cocaína, asesina sin pensarlo a Manuel “Manny” Rivera, su mejor amigo, después de descubrir que se ha involucrado sentimentalmente con su hermana Gina. Varios diálogos de antología de Tony Montana también han pasado a la historia como “lo único que tengo son mis bolas y mi palabra, y no los rompo por nadie”, o la frase que pronuncia en el intenso tiroteo final, cuando se enfrenta a los hombres de su ex aliado Sosa armado con una gigantesca ametralladora de asalto que tiene un lanza granadas, antes de caer acribillado bajo la estatura de la escultura que dice “The world is yours (“El mundo es tuyo”): “Vengan a decirle hola a mi pequeño amigo”.
4) Clarence Boddicker (“Robocop”, 1987)
Esta violenta y futurista película dirigida por el cineasta holandés Paul Verhoeven, que narraba cómo Alex Murphy, un policía de Detroit que quedaba al borde de la muerte después de enfrentarse a la pandilla liderada por el despiadado criminal Clarence Boddicker, terminaba convertido en un letal robot-policía, se transformó en un clásico de la ciencia ficción gracias a sus toques de desmedida violencia, salpicada de muchos momentos ironía y humor negro. Interpretado por el actor Kurtwood Smith, Clarence Boddicker era un criminal a sueldo de la corporación OCP, que suministraba armas a la policía de Detroit, que despreciaba la vida y odiaba sobremanera a los guardianes de la ley. Especialmente impactante es la escena del principio de la película cuando Murphy cae en las manos de la pandilla de matones de Boddicker y es sometido a una brutal sesión de entretenimiento. Boddicker, con Murphy tirado en el suelo, apunta su escopeta por diferentes partes de su cuerpo haciendo con su boca un sonido de pistola de videojuego hasta que finalmente apunta a la mano del policía y se la vuela de un disparo, para decirle a continuación a sus sonrientes amigos: “Dénle una mano”.
5) Biff Tannen (“Volver al Futuro”, 1985, “Volver al Futuro II”, 1989 )
Bisnieto de Buford “Perro Rabioso” Tannen, Biff Tannen era el insufrible y fornido adolescente que en 1955, acompañado siempre de sus tres compinches, le hacía la vida imposible al tímido George McFly, el apocado y futuro padre de Marty, mientras cortejaba a su futura madre Lorraine Baines, a la que no dudaba en llamar “mi chica”. Esta película de culto del director Robert Zemeckis, que narraba un viaje al pasado y al futuro en una máquina del tiempo instalada en un automóvil deportivo De Lorean, ganó no sólo una inmensa popularidad en el público de todo el mundo gracias a sus inspirados momentos de humor y la química entre sus dos protagonistas principales, el adolescente Marty Mc Fly (Michael J. Fox) y el doctor Emmett Brown (Christopher Lloyd), sino que también por este prepotente, gritón e insoportable antagonista, interpretado en su versión de joven y viejo por el actor Thomas F. Wilson.
6) David (“The Lost boys” (“Generación Perdida”), 1987)
Esta lograda película de terror de 1987 dirigida por el cineasta Joel Schumacher, que también tenía resabios de comedia, lanzó a la fama a varios actores jóvenes, pero sin duda que el que llegó más lejos de ellos fue un jovencísimo Kiefer Sutherland, el futuro Jack Bauer de la serie “24”, quien aquí interpretaba a David, el líder de una banda de jóvenes motociclistas de la localidad californiana de Santa Carla que en realidad era un grupo de despiadados vampiros. Vestido con un largo abrigo negro, y pantalones y botas del mismo color, con un moderno corte de pelo, barba de varios días y un sempiterno cigarrillo en una de sus orejas, David hacía gala de un humor negro y de una personalidad magnética y persuasiva, la misma que le permitía iniciar al personaje de Michael en los ocultos misterios del vampirismo. Por ejemplo, cuando en la cueva le ofrece a Michael un poco de arroz, que en realidad eran asquerosas larvas, le advertía: “Vamos, Michael, 50 millones de chinos no pueden estar equivocados”, o cuando después de masacrar junto a sus tres compañeros vampiros a un grupo de surfistas que estaban haciendo una fogata en la playa, le revelaba al mismo Michael: “Ahora sabes lo que somos, y sabes también lo que tú eres. Vivirás para siempre, jamás envejecerás, pero tienes que alimentarte”.
7) Frank Booth (“Terciopelo Azul”, 1986)
Escrita y dirigida por el cineasta David Lynch, esta película tuvo un éxito crítico enorme en 1986 y fue considerada por muchos como la mejor cinta de ese del año. La cinta, que muestra el dualismo existente en el mundo, con el aspecto superficial de la vida lleno de aparentes buenas sensaciones y el lado oscuro que se esconde detrás de los aparentes paraísos cotidianos, tuvo su punto más inquietante en el psicopático personaje de Frank Booth, interpretado magistralmente por el actor Dennis Hooper, uno de los personajes más retorcidos e inquietantes de la historia reciente del cine americano. Particularmente inolvidable era la escena en que Booth, usando una máscara de oxígeno, violaba al desvalido personaje femenino interpretado por la bella actriz Isabella Rosellini, en un peligroso juego de tintes sadomasoquistas.
8) Hans Gruber (“Duro de Matar, 1988)
Esta película de 1988, dirigida por John McTiernan, que lanzó a la fama mundial al actor Bruce Willis y que narraba las peligrosas peripecias por las que debía pasar el policía John Mc Clane después de quedarse accidentalmente atrapado en un edificio de Los Angeles controlado por una banda de criminales altamente organizados, tuvo uno de sus puntos más altos en la actuación del fallecido actor británico Alan Rickman en el papel de Hans Gruber, el refinado terrorista que secuestraba el Nakatomi Plaza para robar millones de bonos en valores ocultos en la bodega del edificio. Los momentos más recordados protagonizados por este refinado criminal eran varios: por ejemplo, cuando, antes de liquidar de un disparo al empresario japonés Takagi, Gruber le miraba la marca de su ropa y le decía “Bonito traje, de Londres. Arafat también hace sus trajes allí. Yo tengo dos”, o cuando Bruce Willis le decía por radio la famosa frase “Yippee ki yay, motherfucker”, sin dejar de mencionar, por supuesto, la recordada escena final, cuando Hans Gruber intentaba empuñar en vano su pistola para matar a Mc Clane mientras caía al vacío desde lo alto del edificio.
9)Sargento “Bob” Barnes (“Pelotón”, 1986):
Este rudo sargento con el rostro surcado por amplias cicatrices, interpretado por el actor Tom Berenger, fue el antagonista de los dos protagonistas de esta excelente película bélica del director Oliver Stone, que en 1986 se llevaría un premio Oscar a la mejor película. Particularmente inolvidables son las escenas en que Barnes ejecuta fríamente de un disparo a la esposa de un aldeano vietnamita, y después amenaza con matar a su pequeña hija, para que éste les diga donde tienen ocultas las supuestas armas del Viet Cong; y la escena en que le dispara a sangre fría al sargento Elías, su rival en el pelotón, dándolo erróneamente por muerto. Cuando los amigos de Elías, dirigidos por el recluta Chris Taylor, interpretado por un joven Charlie Sheen, quieren tomar venganza en contra del despiadado sargento, uno de ellos les advierte que “lo han herido gravemente en combate cuatro veces y siempre ha sobrevivido. La única persona que puede matar a Barnes es el mismo Barnes”.
10)Roy Batty (“Blade Runner”, 1982)
Roy Batty, el líder de los replicantes renegados Nexus 6, personas artificiales creadas por la Corporación Tyrell para reemplazar a los seres humanos en diversas funciones, es el antagonista principal del protagonista de esta película de ciencia ficción de culto dirigida por Ridley Scott y basada en un cuento de Philip K. Dick. Batty, interpretado magistralmente por el actor holandés Rutger Hauer, sabiendo que le queda poco tiempo de vida útil, al igual que a sus compañeros, asesina a la tripulación entera de una nave y a su propio “padre”, el ingeniero genético Eldon Tyrell, cuando éste le dice que no hay manera de impedir que muera después de 4 años de vida. Tyrell también le advierte que “la luz que brilla con intensidad dura la mitad del tiempo, y tú has brillado con intensidad, Roy”, a lo que el replicante de cabello rubio responde que “he hecho algunas cosas cuestionables”. Uno de los momentos más luminosos de la cinta (y de la historia del Séptimo Arte, en general) es la poderosa escena final, cuando el replicante le salva inexplicablemente la vida al Blade Runner o cazador que ha venido a matarlo, interpretado por Harrison Ford, pues en ese momento, sabiendo que va a morir de un momento a otro, no sólo valora su propia vida, sino que la vida de cualquier persona. Antes de fenecer, con una paloma en las manos, Roy Batty dice: “He visto cosas que ustedes no creerían. Naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión, y rayos brillando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es tiempo de morir”. Estas palabras, a juicio de los críticos, reflejan a la perfección la angustia existencial del hombre y la fugacidad de la vida, y “subrayan las características humanas del replicante, mezcladas con sus capacidades artificiales”.
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El actor de "Top Gun" interpreta en este western de 1988 a uno de los secuaces del villano Lawrence Murphy.