• Jaime Ceresa, ex Guía de Lucha Libre
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Al igual que muchos de ustedes que leen esta columna, el personaje de John Cena me tenía aburrido de un tiempo a esta parte.

El gimmick del súper hombre capaz de dar vueltas peleas imposibles en dos segundos me tenía hasta arriba de la coronilla.

Cena cuando alcanzó la cima de la WWE era por lejos lo mejor que estaba pasando en la industria. Su personaje del rapero ácido o de la franquicia que desafiaba a la autoridad causaba deleite ante fans que veían con buenos ojos la frescura de un personaje como hacía tiempo no se veía en la industria.

Pero hubo un cambio de giro, la WWE pasó a la era PG y su personaje se infantilizó.

Muchos descargaron su ira en el luchador, pero lo cierto es que éste, tratando de legítimamente ganarse el buen vivir jugó con las nuevas reglas que le puso su empresa, reglas que estamos claros, él no inventó.

La WWE tenía la necesidad de atacar a audiencias más pequeñas, consciente que su masa de seguidores había envejecido al punto de la jubilación, y Cena, al igual que Rey Mysterio, fueron los rostros encargados de salir a cazar a esa porción infantil de potenciales seguidores.

Fueron largos años de espera, hasta que llegó el momento de concretar la anunciada pelea con La Roca en Wrestlemania 28, con su debido storyline.

Mientras muchos esperábamos un heel turn de parte del rostro actual de la WWE, la empresa de Vincent Kennedy McMahon nos entregó algo distinto. Un face, pero más agudo, agresivo, y ácido.

Es así como con las libertades dadas con los creativos hemos podido ver como John Cena se ha impuesto, impensadamente, en la guerra verbal que tiene con Dwayne Johnson, logrando eclipsar a la estrella holywoodense.

Cena volvió a sus orígenes, pero lo más importante, está volviendo a entretener.

Notable por decir poco fue que le enrostrara a La Roca el hecho que éste se tuviera que anotar sus promos en la muñeca, rompiendo medio a medio un kayfabe, y dejando claro que cuando se trata de Johnson, la improvisación no es lo suyo.

Falta todavía una pata, que es la mayor deuda, el poder verlo luchar de forma más humana. El mundo actual ya no cree en súper héroes, y siento que ya es hora que la WWE empiece a mostrar a Cena en su faceta más humana.

Muchos podrán decir que el oriunda de Saint Louis es un pésimo luchador, lo cual discrepo plenamente. Cena no es un Shawn Michaels, pero seamos honesto, está lejos de ser The Great Khali o el Big Show, el tipo es limitado, pero sabe como sacar adelante peleas llegado el momento.

¿Qué esperar ahora? Ojalá la WWE construya a Cena en torno a los storylines y no a los títulos. Es claro que el luchador ya no necesita más validación, y es momento que comience a traspasar su experiencia a nuevos luchadores tal como lo han hecho Shawn Michaels, el Undertaker, Triple H o Chris Jericho. Puede que no sea un talentoso en el ring, pero en lo que micrófono y actuación se refiere es un virtuoso que puede enseñar mucho incluso a los más dotados en estos aspectos.

Ojala la transformación de Cena no termine con su feud con La Roca. Mal que mal este es el luchador que necesita la WWE, este es el luchador que le hace bien a la industria, no aquella caricatura que nos terminó por aburrir luego de tantos años.