• Maggie Sierralta, ex Guía de Manualidades y Artesanía
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La cultura yagán tiene un arte tradicional: la fabricación de canastos y otros objetos de fibra vegetal con una técnica que se trasmite de generación en generación, con escasas variaciones en el tiempo. Para su elaboración los yaganes conocían perfectamente el ecosistema de Tierra del Fuego, en especial el lugar de donde proviene, la isla de Navarino, uno de los lugares australes del mundo.

Las niñas yaganes aprendían desde pequeñas viendo a sus mayores. La base del trabajo de tejido es un junco nativo llamado Mapi o Ushkulampi (Marsippospermum grandiflorum), que crece entre en los humedales y turberas, en la zona de Cabo de Hornos, en el Archipiélago de las Guaitecas y la Región de Magallanes.

El Mapi se trabaja con fuego para secar las varas y con el ami, nombre que recibe el punzón para tejer. La colecta de juntos se lleva a cabo desde Septiembre hasta Marzo, antes del inicio del frío invernal. Teniendo el material, el junto recibe un tratamiento que se trata de cocer la fibra, para que quede más resistente pero también flexible. Se toman vaias fibras y se calientan rápidamente para que no se quemen. Luego se tuercen para que quedan playas y fáciles para tejer.

En ese punto se toma una aguja o punzón llamado ami y se comienza a tejer. El ami puede ser de hueso o madera, sirve como una especie de crochet para introducir y empujar el junco por los orificios del punto anterior. En la antigüedad ese ami era de hueso de ballena, ave, o madera de calafate.

La elaboración de cestos se relacionó originalmente con la recolección de alimentos como mariscos, peces y frutos silvestres; y guardar cuchillos, puntas de arpones, tendones de ballena, conchillas, piedras para hacer fuego.
Por eso casi todos eran canastos, y también se hacen algunos objetos como paneras o envases para poner alimentos y hay algunos artesanos que elaboran aros.