• Luisa Ballentine, ex guía de Maquillaje
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Su nombre es Carlos Pérez y hace algunas semanas la marca francesa Yves Saint Laurent lo nombró National Makeup Artist para Chile.

Antes de ser maquillador, Carlos era chef. Conversamos con él sobre esta transformación y su visión del maquillaje.

-¿Cómo comenzó tu relación con el maquillaje y en qué momento hiciste la transición desde la gastronomía al mundo del makeup?

-Desde niño tuve cercanía con el arte y esa constante inquietud de explorar todas sus áreas, lo que me llevó a querer trabajarlo desde una manera más concreta, física, corporal. En la cocina no me sentía del todo cómodo. Siempre quise que mis expresiones artísticas involucraran también mis palabras, poder mirar a los ojos y no detrás de un vidrio o de un muro. Decidí alimentar desde otra vereda. Hoy brindo poder, autoestima, confianza. Alimento la belleza.

-¿Cómo describirías el estilo de maquillaje que te gusta cultivar?

-Múltiple. Versátil. Variado. Comprensivo. El maquillaje es un común acuerdo entre la mujer y yo. Tu maquillaje favorito se transforma también en el mío, dándote opciones, puedo guiar y asesorar; pero tomo tus gustos e ideas para poder llegar a lo deseado y ahí viene lo entretenido. En un mundo tan diverso es ideal estar preparado para todo. Cultivar un sólo estilo sería como quedarme sin brochas, sin manos.

-Todas las marcas tienen un labial rojo icónico y universal que da un look infartante, ¿cuál es ese labial de YSL desde tu punto de vista?

-Rouge pur couture N°1 “Le Rouge” El rojo. Un rojo de alta costura capaz de vestir tus labios de manera sensual, elegante, vibrante. Un labial inmortal, atemporal, legendario…

-En un escenario apocalíptico, ¿cuál sería el último plato que te comerías y cuál sería el producto de maquillaje que salvarías?

-El último plato que me gustaría comer es un pastel de choclo, me evoca al verano, a mis abuelos… nada mejor.
El producto que salvaría sin lugar a dudas sería “Touche Éclat”, nuestro famoso e icónico iluminador. Qué más necesario para mejorar el rostro con apenas un producto en esta era de poco descanso y tiempo.