• Luisa Ballentine, ex guía de Maquillaje
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Foto: Jo Gilchrist

Lavar las brochas regularmente y no usar las de las amigas, es un consejo que abunda en internet al buscar información sobre cuidados relacionados con el maquillaje.

A pesar de ello, nunca imaginamos que usar una brocha de maquillaje de otra persona pudiera tener consecuencias tan graves. Jo Gilchrist lo descubrió de la peor forma: pidió prestada una brocha de una amiga para cubrir una espinilla que tenía y se infectó con la bacteria conocida como estafilococo áureo o dorado. Esto sucedió porque su amiga ya tenía la infección en su organismo.

En la mayoría de los casos, esta bacteria es tratable con antibióticos y muchas personas son portadoras de ella sin desarrollar síntomas. Para esta joven, sin embargo, no fue así, pues su infección es del tipo SARM (estafilococo aureus resistente a la meticiclina). Los tratamientos no dieron resultado y poco a poco su cuerpo comenzó a verse afectado por el avance del estafilococo.

Todo comenzó con un dolor de espalda y se fue extendiendo hasta quedar paralizada de la cintura hacia abajo. Los doctores, en un principio, le dijeron que no podría caminar, pero ahora se abrió una luz de esperanza pues tal vez logre recuperar la movilidad, aunque sea por algunas horas al día.

Actualmente, Jo sigue en tratamiento en un hospital de Brisbane y se le administran fuertes antibióticos para tratar de eliminar la infección de su cuerpo. Está aprendiendo a usar su silla de ruedas y su hijo está viviendo con su familia mientras ella espera el alta para regresar a casa a vivir lo que llama “una segunda oportunidad en la vida”, según lo que rescata el periódico Daily Mail.