El tenis alemán no vive precisamente sus mejores días. Al flojo presente en la carrera de Alexander Zverev, quien admitió haber “tocado fondo” al caer contundentemente en Hamburgo, se le suma una muy mala noticia para el ex número 1 Boris Becker.

Triple ganador en Wimbledon, al bueno de Boris se le ocurrió, en 2017, ocultar su patrimonio. ¿Con qué propósito? Declararse en bancarrota para no pagar sus deudas.

Esto, en el mundo judicial, se traduce como fraude. Becker fue juzgado en tribunal de Londres y se lo encontró culpable. De esta manera, a sus 54 años, el legendario exjugador deberá cumplir la mitad de la condena, establecida en dos años y medio.

Para peor, en 2002, el exdeportista ya había sido condenado en Alemania por evasión fiscal. Evidentemente, el oriundo de Leimen pareció anticipar lo peor. Así, la jueza que falló en su contra fue tajante: “No prestó atención a la advertencia que le dieron. Entiendo la humillación que has sentido, pero no has mostrado humildad”.

De todas formas, como suele decirse, Becker sacó una condena bastante “barata”. Es que si bien fue condenado por cuatro cargos, fue absuelto en otros 20. Además, arriesgaba una sentencia a siete años de cárcel, y terminó siendo mucho menor.

Según documentos leídos en el juicio, el también vencedor del US Open (1989) y el Abierto de Australia (1991 y 1996), pidió un préstamo de USD 5 millones en 2013 y otro de USD 1.6 millones, no pudiendo hacer frente a sus compromisos.

Por otro lado, el exitoso jugador vio decaer su fortuna -estimada en USD 50 millones- de forma estrepitosa. El propio protagonista alegó que esto se debió al oneroso divorcio de Barbara Feltus. En total, Becker debió abonar USD 42 millones.