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El apego que Juan Martín del Potro mantenía con su abuelo materno, Francisco, provocó que su fallecimiento calara hondo en el tenista. Provocó que, aun encontrándose disputando el torneo ATP de Estoril, en Portugal, dejara de lado la actividad  y viajara sin demoras a Tandil para enfrentar ese triste momento junto a sus seres queridos.

“Necesito estar con mi familia en este duro momento y despedir a mi abuelo junto a ellos”, se había limitado a decir. Es que la noticia lo había golpeado mucho más que lo que el argentino golpea la pelota con su derecha.

Significó un impacto tan fuerte que, además de interrumpir su andar en el mencionado torneo, canceló su participación en el Masters 1000 de Madrid, donde el manacorí Rafael Nadal venció en la final al austríaco Dominic Thiem.

Y el duelo, aun cuando regresó a la gira europea de polvo de ladrillo para jugar en el Masters 1000 de Roma, continúa. El vencedor del US Open 2009 logró una trabajada victoria ente el búlgaro Grigor Dimitrov por 3-6, 6-2 y 6-3, en un match complicado no solo por el rival, quien se encuentra en la 11° posición del ranking, sino también por el componente emocional que lo invadió desde el deceso del pariente.

Ese componente se puso de manifiesto cuando, al finalizar el encuentro, tuvo un gesto que conmovió a todos. La “Torre de Tandil” se acercó a la cámara, como lo hacen todos los tenistas cuando ganan un partido, pero en lugar de firmar, escribió “fuerza, mami”, en una lógica muestra de apoyo para su madre. Además, dibujó un corazón.

El amor que el tandilense siente por su familia es tan intenso, que representa el lazo que lo mantiene en pie luego de tantos sinsabores, en especial por las distintas lesiones que sufrió a lo largo de su carrera.

De todas formas en su entorno, casi con seguridad, preferirán que Del Potro continúe enfocado en su tenis. Y en ese apartado tendrá, en el británico Kyle Edmund -dejó en el camino al portugués Joao Sousa por 6-4 y 6-3-, a su rival en segunda ronda.