Los candidatos.

En la noche del pasado primer domingo de octubre se llevó a cabo el también primer debate público entre los candidatos presidenciales argentinos. Evento de concurrencia obligatoria por ley para los candidatos, pero solo apto para público fanático.

Los cuatro moderadores del debate.

Grandilocuencia excesiva

La organización fijó que el primer debate entre candidatos (serán dos debates) se realizara en el centro de convenciones Fórum, de la ciudad de Santiago del Estero, una antigua estación de trenes remodelada como centro de exposiciones. La televisación fue abierta para los canales que desearan retransmitirla, intercalando cada canal sus propios comentaristas en las pausas.

Tanto el lugar, iluminado profusamente en la noche en tonos violetas y azules, como el despliegue de la televisación, podría confundir a alguien no avisado que se trataba de la transmisión de un gran espectáculo artístico. Quizás fue ese gran despliegue que indujo a los cuatro moderadores (periodistas de distintos medios) en que ellos eran el centro de atención. Sus intervenciones fueron excesivas y hasta exasperantes, según hicieron notar las redes sociales.

Fue solo un debate de candidatos que tuvo un magro resultado. Los cinco postulantes a la presidencia se mostraron contenidos, ajustados a lo que “deberían decir”. Probablemente, haya sido ese el consejo de sus asesores para evitar que cometieran deslices o infidencias que resultaran caras al momento de que el ciudadano deposite su voto.

Cada candidato en su papel

Myriam Bregman

Myriam Bregman- Partido de los Trabajadores Socialistas

La abogada Myriam Bregman, representó a la izquierda. Es una mujer joven que ejerce como diputada, aunque sus ideas y propuestas son propias para una sociedad en la Argentina de fines del siglo XIX. Se mostró muy suelta y combativa con un discurso donde se reiteraban palabras como desigualdad, explotación del trabajador, clase obrera, lucha por derechos, miseria y otros. Fue exasperante escuchar una y otra vez la repetición de los géneros masculino y femenino para cada término que utilizaba.

Realizó dos aseveraciones que resultaron sorprendentes: Una, es que el militante pro mapuche Santiago Maldonado fue asesinado por la Gendarmería. La otra aseveración es que hubo 30 mil desaparecidos durante los años de dictadura militar.

Tal como quedó plasmado en la investigación judicial, el señor Maldonado se ahogó solo huyendo de un corte de ruta en Patagonia en agosto 2017, sin que mediara ninguna acción externa ni ayuda de sus propios compañeros. Así lo afirmaron los 55 peritos que asistieron a la autopsia, incluyendo los seis peritos de parte por la familia y organizaciones de DD. HH.

La segunda aseveración, sobre el número de desaparecidos, también carece de sustento, ya que los archivos de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) indican solo 8.753 denuncias, de las cuales una parte se comprobó que eran fallecidos en enfrentamientos o residían en el exterior, y no detenidos – desaparecidos.

Javier Milei, durante el debate.

Javier Milei – La Libertad Avanza

Javier Milei, quizás el candidato que mayor atención convocaba, se mostró tranquilo, incisivo, pero muy centrado en temas económicos. Él es economista, diputado por su partido, aunque no se le conoce gestión privada o estatal, ya que siempre se desempeñó como empleado calificado en grandes empresas. Fue Milei, quien le señaló el error a Bregman, sobre la cantidad de desaparecidos.

Desde hace varias semanas que los partidarios de Milei se consideran ganadores en primera vuelta electoral, él también. Por lo que su atención estuvo centrada en sus dos presuntos inmediatos contrincantes; Patricia Bullrich y Sergio Massa. Trató de demostrar que no tiene ni quiere acuerdos con ninguno de ellos, aunque se mostró lejos de sus acaloradas propuestas iniciales de barrer con todo y todos. De hecho, reconoció haber pedido perdón al Papa por sus ofensas pasadas y relativizó el poder de su “motosierra”, afirmando que los cambios que propone llevarán mucho tiempo. Enfatizó que necesitará 35 años en el poder para lograrlos. Una curiosidad.

Patricia Bullrich.

Patricia Bullrich – Juntos por el Cambio

Patricia Bullrich no es una estadista, eso está claro. Tampoco pareciera que la Argentina necesita ahora de un estadista, en realidad bastaría con poner algo de orden en la administración y Seguridad. En esos aspectos, justamente, centró su intervención. Hasta hace pocos meses era presidente de la coalición Juntos por el Cambio, puesto al que renunció para transitar la interna partidaria y la campaña electoral. Su desempeño ha sido siempre en cargos del Estado, no se le conoce actividad privada.

Fue ministra del Seguridad durante el período 2015 – 2019 del expresidente Mauricio Macri. Años antes fue ministra de Trabajo, enfrentando duramente a las organizaciones sindicales. Ganó un gran reconocimiento de las FFSS en su actuación, especialmente durante el caso Maldonado, defendiendo a los efectivos militares contra todo el arco político, periodistas y público, que los quería condenar y solicitar su renuncia.

Al final, los fallos, autopsia y hasta La Corte Suprema de la Nación, demostraron que tenía razón. Se mostró parca y dubitativa en los temas que no se siente cómoda; principalmente Economía y Educación, flancos sobre los que insistieron Milei y Schiaretti. Lo dicho, no es una estadista, pero tiene templanza para manejarse en el poder.

Sergio Massa.

Sergio Massa – Unión por la Patria

Sergio Massa es peronista. Fue diputado por el entonces Frente de Todos de Cristina Kirchner en 2019, asumiendo luego la presidencia de dicha Cámara. Hace unos meses fue designado ministro de Economía (él es abogado) y timonea las finanzas argentinas desde entonces. Durante su gestión aumentó a cifras más que alarmantes la inflación (158% anual) con más del 12% mensual y creciendo. También, es catastrófica la pobreza e indigencia, sumado todo al ahogo impositivo para las empresas.

Massa fue intendente de Tigre, suburbano de Buenos Aires, y luego ocupó diversos cargos en gobiernos peronistas. Tiene experiencia en gestión, no hay dudas de ello, sin especificar la calidad de la misma. No se le conoce actividad privada productiva. Su esposa es actualmente presidente del Aguas Argentinas, empresa estatal de servicios sanitarios y provisión de agua potable.

Se mostró atildado, con gran manejo escénico y evitó hábilmente los temas que le son urticantes; inflación, pobreza, carga impositiva y ahogamiento financiero de empresas. Lo notable es que se expresaba como si él no fuera parte del gobierno actual, decía “este gobierno” en referencia al de Alberto Fernández, quien lo erigiera como ministro.

Juan Schiaretti.

Juan Schiaretti – Partido Justicialista de Córdoba

Schiaretti, es el actual gobernador de la provincia de Córdoba, situada en el centro geográfico de la Argentina. Quienes le escucharon ayer desgranar loas a su gestión provincial, pudieron haber pensado que Córdoba quedaba en los Alpes suizos. Se bromeó en redes sociales al afirmar que solo le restaba sortear dos pasajes para conocer su provincia.

Su actitud era la de un abuelo amable, contemplativo y condescendiente. Se mostró calmo y habituado a las lides políticas. De hecho, su partido gobierna la provincia desde hace décadas en una continuidad ideológica y administrativa, solo cambiando de nombres. Atacó de modo amable a cada contendiente, insistiendo en Massa, Bulrrich y Milei, debido a que la izquierda en Córdoba no incide.

Al final, se puso el ropaje de gobernador y preguntó a cada uno de los antes nombrados cómo considerarían a su provincia en un eventual próximo gobierno, dejando en claro que no tiene expectativas de ser presidente. Lo notable fue que atacó a la gestión de Mauricio Macri, cuando fue en esa gestión que se le devolvió a la provincia los cuantiosos fondos que le había arrebatado el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Cabe señalar también que sus diputados y senadores votaron prácticamente todas las leyes propuestas por el gobierno de Alberto Fernández.

Centro de Convenciones Fórum, Santiago del Estero.