“Envuelto para regalo”. El jefe de gabinete de ministros llevó personalmente el paquete del proyecto de ley al Congreso.

El gobierno de Javier Milei envió al Parlamento para su tratamiento en sesiones extraordinarias (hasta fin de enero 2024) un extenso y detallado plan de 664 artículos que genera un cambio revulsivo en el estado general de la Argentina.

La ley ómnibus de Milei

El título simple y coloquial es ley ómnibus, pero el Poder Ejecutivo le ha denominado con el pomposo encabezado de “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, en clara alusión y homenaje a Juan Bautista Alberdi, redactor de la primera y única Constitución Liberal Argentina. El Congreso deberá tratar este proyecto que introduce reformas substanciales, económicas, impositivas, energéticas, penales y electorales.

Puede ver el texto completo aquí.

Expresa en uno de sus primeros párrafos que “Esta crisis es el producto de haber abandonado el modelo de la Democracia Liberal y la Economía de Mercado plasmado en nuestra Constitución de 1853 y haber avanzado, durante décadas, hacia un modelo de Democracia Social y Economía Planificada que no solamente ha fracasado en nuestro país sino en todos los países en donde se ha implementado a lo largo de la Historia”.

Los memes no se hicieron esperar. Aquí algunos de ellos:

Los cambios substanciales que introduce el proyecto

Se habilita la privatización de 41 empresas públicas, varias de ellas emblemáticas: Aerolíneas Argentinas, Agua y Saneamiento, Banco Nación de la Argentina, Correo Oficial de la República Argentina, Ferrocarriles Argentinos, Radio y Televisión Argentina, Télam, Yacimientos Carboníferos Fiscales e YPF.

Se cambia el sistema electoral aumentando la proporción de ciudadanos – representantes. Se pasaría a un representante cada 180 mil ciudadanos en elección uni nominal y por distrito. Se eliminan las elecciones internas abiertas, dejando a cada agrupación política la decisión de realizar o no elecciones internas. Se incorpora la boleta única de papel.

Amplía el concepto de “legítima defensa” e incorpora además en el Código Penal nuevos controles a las manifestaciones callejeras y agrava las penas por los cortes de calle; en especial para los organizadores.  El concepto resguarda a las Fuerzas de Seguridad en el cumplimiento del deber e incluye la legítima defensa de civiles para repeler agresiones a su persona o bienes.

En Educación establece mecanismos de evaluación periódica tanto para alumnos como docentes. Los docentes deberán revalidar capacidades y conocimientos cada cinco años, y los estudiantes de secundaria deberán rendir un examen para acreditar su nivel de desempeño. Los estudios de grado en las universidades públicas seguirán siendo gratuitos para los argentinos y extranjeros residentes permanentes, pero se podrá cobrar una cuota a extranjeros que vengan a estudiar.

Incluye, también, modificaciones a distintos aspectos como, por ejemplo, la obligación de los jueces a utilizar toga negra (como en Estados Unidos y Gran Bretaña), declarar los impuestos por separado en las facturas de venta, un blanqueo de dólares sin tener que explicar origen, importar productos sin aranceles internos, entre otros.

Reacciones encontradas

Van desde el profundo rechazo, tener en cuenta que toca muchos negocios “armados” como la impresión de boletas electorales, la industria del juicio laboral, la inamovilidad del empleo público, los fondos sindicales, y muchos más.

Los riesgos que presenta este mega proyecto de ley, si bien el 90% es admirable, es la discrecionalidad que otorga al Poder Ejecutivo en cuanto a dictaminar acciones. De allí que algunos memes muestran a Javier Milei como emperador de Roma, en tono jocoso, pero no del todo desacertado. De todos modos, el proyecto de ley plantea arduas y encendidas disputas entre los legisladores que en su mayoría rechazan su contenido.

Sin embargo, más allá de sus declaraciones altisonantes, el Poder Ejecutivo ejercerá presión desde el otorgamiento o no de fondos a las provincias que representan los legisladores. Se presenta un enero tórrido en lo político.