Hace unos meses te contamos el caso de Kazim Gürbüz, un instructor de yoga turco que sorprendió al mundo con su elasticidad y juventud a los 95 años. Habrá que apostar por el yoga, al menos si a las pruebas nos remitimos.

Hoy te traemos la historia de una mujer que practica yoga todos los días y luce radiante. Se trata de Phyllis Sues, una neoyorkina que también incluye el tango y saltar a la soga como parte de su rutina de ejercicios.

Imagen: http://phyllissues.com/

¿Fantástica verdad? Pero antes de contar más en detalle sus secretos, vale revelar el misterio. Phyllis Sues tiene 92 años. Así como lees. En un artículo que escribió para el sitio Mind Body Green, la mujer contó: “Saber quién soy y realmente gustarme quién soy requiere dedicación, deseo y valentía todos los días. Y no fue hasta mitad de mis 80 que en verdad comencé con este cambio.”

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¿Por qué el yoga le cambió la vida?

Cuando una amiga la llevó a practicar yoga, la idea no la entusiasmaba demasiado. Pero durante el trascurso de la clase, descubrió que podía hacer distintas posturas sin sentir dolor ni gran dificultad. Ese fue el principio de un estilo de vida que la lleva a tener, a sus 92 años, una elongación admirable. “Practico yoga para vivir y vivo para practicar yoga“, confiesa Sues.

Y agrega: “Practicando 45 minutos de yoga es como recibo el día, cada día. Esto aceita cada músculo y fortalece mi cuerpo y mente, permitiendo que mi espíritu respire.”

La importancia de hacer ejercicio

Aunque Phyllis Sues reconoce que para ella nada se compara con el yoga, también comprende que lo importante es hacer ejercicio, porque es hacer algo por uno mismo.

“Nunca digas ‘No tengo tiempo’. Eso es una mentira. No tener tiempo es una pobre excusa que te impide sentirte mejor y vivir más años. Y yo soy prueba viviente de eso“, asegura la anciana.

Además de practicar yoga, Sues salta a la soga cada mañana, porque asegura que le da energía, oxigena y mejora la salud cardiovascular. “El secreto es empezar despacio y saltar por un minuto, luego dos y así. Con el tiempo, si eres persistente como yo, ¡podrás hacerlo por seis minutos completos!“.

La neoyorkina completa su rutina de ejercicios con clases de tango y también se ha animado a hacer acrobacias en trapecio. 92 años… ¿regia no?

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