Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones se llevan 25 años de diferencia y ambos nacieron un 25 de septiembre. Pero más allá de las coincidencias numéricas, conforman hoy una de las parejas más duraderas de Hollywood, pese al escepticismo inicial y los desafíos que sortearon desde que dijeron sí quiero, hace 21 años.

Se conocieron en 1998, durante el Festival de Cine de Deauville, cuando ella promocionaba “La máscara del Zorro” y él, “Un crimen perfecto”. Douglas la vio y le pidió a Antonio Banderas que se la presentara. Tras una cena juntos, él no dudó en decirle lo que sentía: “Fui un caballero… ¡al principio! Porque media hora después de que nos presentaron, le dije: ‘¿Sabes algo? Yo voy a ser el padre de tus hijos’”, relató el actor en “El Show de Jonathan Ross” en 2016.

Catherine Zeta-Jones no le creyó una palabra y se fue. Al día siguiente, Douglas le envió un ramo de flores para pedirle disculpas. Unos meses después, ya eran pareja: “No quería que Michael Douglas fuera otro ex en mi lista, y sabía desde el principio que él tampoco quería que lo fuera yo”, reveló la actriz a Larry King en 2001.

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Tras dos años juntos y una propuesta de matrimonio que incluyó un anillo de diamantes de un millón de dólares, en 2000 se casaron. A la ceremonia no faltó ninguna celebridad. Tres meses antes había nacido su primer hijo: Dylan. En 2003 fueron padres de una niña, a la que llamaron Carys.

Los 25 años de diferencia y el historial de Michael Douglas como adicto al sexo hicieron que nadie creyera en la pareja, pero el tiempo demostró lo contrario. En el camino, no faltaron pruebas.

En 2010, el actor hizo público que padecía cáncer de garganta, aunque luego se supo que en realidad era un tumor en la lengua. Este dato se mantuvo oculta para evitar especulaciones sobre las consecuencias y el futuro de su carrera.

Douglas debió someterse a quimioterapia. “Lo más duro es ver a Michael agotado, porque él nunca se cansa. Si hay algo que siempre lo definió es la fuerza”, declaró a People su esposa.

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En medio del tratamiento, Cameron Douglas, nacido de la relación del actor con Diandra Luker, fue a prisión por posesión de drogas, tras varios incidentes relacionados al uso y venta de narcóticos. Fue sentenciado a cinco años de cárcel por traficar heroína, metanfetaminas y cocaína. Salió en libertad en 2016.

El actor declaró entonces a los medios sentir culpa por el destino de su hijo mayor: “No fui un buen padre. Si no hubiera sido detenido, estaría muerto de sobredosis o lo habrían matado. Ahora, al menos, tiene una nueva oportunidad en la vida, y él lo sabe”.

Cameron reconoció a Catherine Zeta-Jones por ayudarlo a salir adelante: “Nunca se da por vencida, y nunca renunció a que me recuperase. A mí me salvó el amor de mi familia”.

Pero ella también tenía problemas propios con los que lidiar. En 2011 fue internada por depresión y trastorno bipolar. Dos años más tarde, volvió a estar internada, luego de unas desafortunadas declaraciones de su esposo que casi ponen fin a la pareja.

En 2013, Michael Douglas habló con Daily Mail sobre su salud. Sus palabras avergonzaron a su mujer y por poco le cuestan su matrimonio: “Mi cáncer fue causado por el HPV (virus del papiloma humano), es una enfermedad de transmisión sexual. Pudo ser por el estrés o por mis excesos del pasado, pero la verdadera causa es el sexo oral y hay vacunas para evitarlo. Eso sí, una vez que lo tienes, el cunnilingus es también la mejor cura”.

Aunque 2013 fue el año de crisis, para fin de año estaban juntos de nuevo. Entrevistado por Ellen DeGeneres, el protagonista de “Bajos instintos” declaró: “Sigo completamente enamorado… Todas las parejas pasan por momentos difíciles. El problema, en nuestro caso, es que además estamos expuestos ante los ojos de todo el mundo”.

A 23 años de conocerse y 21 de su boda, se siguen eligiendo: “¿Por qué seguimos juntos? Porque nos amamos, nos respetamos y logramos que cada uno tuviera su espacio. Pero, sobre todo, porque nuestro humor es eterno. La seguimos pasando muy bien y nos divertimos mucho”, sostuvo la actriz en una entrevista reciente con Vanity Fair.

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