Julia Ormond fue uno de los rostros del cine de mediados de los ’90. En 1995 fue elegida como una de las actrices del futuro, pero el tiempo pasó y pareció esfumarse de los medios.

La actriz británica había comenzado su carrera en 1989 y para 1994 ya estaba filmando su película más famosa: “Leyendas de pasión”, junto a Brad Pitt y Anthony Hopkins. Al año siguiente, fue una de las protagonistas de “Lancelot, el primer caballero”, donde compartió reparto con Richard Gere y Sean Connery.

“Leyendas de pasión” (1994)

Su camino recién empezaba y su nombre ya aparecía en los créditos de exitosas películas, al lado de algunas de las máximas estrellas del cine.

Su próximo proyecto no iba a ser la excepción. Fue la compañera de Harrison Ford en “Sabrina” (1995), remake de la famosa película de 1954 con Audrey Hepburn. Aunque el elenco fue estelar, muchos consideraron “Sabrina” como un paso en falso. A la película no le fue mal, pero las comparaciones con Hepburn fueron odiosas.

“Sabrina” (1995)

En ese momento, Ormond explicaba: “La gente se preguntaba por qué había que hacer un remake de lo que ya era un clásico. Otros me decían que estaba cometiendo un error, pero yo les respondía que si Sidney Pollack te llama para hacer una comedia romántica con Harrison Ford, no puedes decirle que no”.

Pero un paso en falso lo da cualquiera. Fueron otros dos proyectos los que, en parte, marcaron su suerte. En los años siguientes protagonizó “Smila: misterio en la nieve” (1997) y “El barbero de Siberia” (1999), dos películas que fueron un auténtico fracaso de taquilla.

A esto se sumó que Julia Ormond rechazó trabajar en “En busca del destino” (1997), la exitosa cinta protagonizada por Robin Williams, Matt Damon y Ben Affleck.

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No fue solo mala suerte. En diversas entrevistas, la actriz confesó que el mundo de Hollywood no la entusiasmaba. Las eternas entrevistas de promoción y los eventos sociales son parte del trabajo, pero Julia no lo disfrutaba. La industria se fue alejando de ella tanto como ella decidió alejarse de la industria.

“Fui la típica niña que odiaba ponerse el vestido de los domingos para ir a la iglesia. Rara vez llevo vestidos, pero entendí que los photocalls formaban parte de mi trabajo”, confesaba por entonces.

Julia Ormond, sin embargo, nunca se retiró del todo. En cambio, trazó el rumbo de su vida y su carrera enfocándose en otros objetivos y otro tipo de proyectos.

“Mi semana con Marilyn” (2011)

Por un lado, se dedicó a trabajar por los derechos humanos y, sobre todo, en luchar contra la trata de personas. Fundó una productora de cine independiente y produjo el premiado documental “Calling the Ghosts” (1996), que recoge testimonios de mujeres que pasaron por campos de concentración durante la Guerra de los Balcanes. Su dedicación a la causa le valió en 2005 que las Naciones Unidas la nombraran Embajadora de Buena Voluntad.

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En los últimos años, siguió trabajando como actriz en cine y televisión. Entre sus créditos en cine destacan “Imperio” (2006) de David Lynch, “El curioso caso de Benjamin Button (2008) de David Fincher y “Mi semana con Marilyn” (2011).

Más frecuentes han sido sus apariciones en televisión. Trabajó en “CSI: NY” (2008-2009), “Law & Order: Criminal Intent” (2011), “Mad Men” (2012-2015) y fue protagonista de “Las brujas de East End” (2013-2014) y “Incorporated” (2016-2017).

En 2020, se sumó a uno de sus proyectos más importantes y de más alto perfil en mucho tiempo: “The Walking Dead: World Beyond”. Allí interpreta a Elizabeth Kublek, uno de los personajes principales.

“The Walking Dead” (2020)

Hoy, la actriz tiene 56 años y mantiene el perfil bajo. En su cuenta de Instagram apenas tiene actividad. Una de sus últimas publicaciones es de noviembre de 2020, por el fallecimiento de Sean Connery, y no publica imágenes de ella desde 2018. En cambio, prefiere usar su alcance para promover causas sociales.

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