Es cierto que en un mundo tan grande como el nuestro, existe un gran número de credos, y la mayoría de las personas podrían nombrar más de un par de religiones. Sin embargo, el vínculo espiritual del ser humano no es un fenómeno nuevo, y desde los albores de la historia ya se tienen conocimientos respecto de la fe de diferentes pueblos.

Para comenzar, es importante conocer que, según la Enciclopedia de la Historia Mundial, el término religión viene del latín y podría contar con sus orígenes en la palabra “religio”, cuyo significado es “restricción”, o con “religionem”, que quiere decir “mostrar respeto por lo que es sagrado”. No obstante, encontrar el origen de este término resulta sumamente complicado.

Según relata el portal web de National Geographic, los primeros indicios de prácticas religiosas provienen del 3.500 a.C. en Sumeria, y correspondían a religiones politeístas, es decir, creían en múltiples dioses. Además, tenían la creencia de que los seres humanos eran colaboradores de los dioses para contener las fuerzas del caos.

Un poco más adelante en la historia, en torno al 3.000 a.C., encontramos a los egipcios, quienes juntaban en su fe a la mitología, espiritismo, magia, ciencia y oráculos. Ellos ya creían en la vida después de la muerte y en la existencia de un ser superior. Además, dentro de su cultura, el faraón poseía un grado exclusivo que se ubicaba entre las deidades y los humanos.

En base al reporte de National Geographic, otro de los credos más antiguos es el hinduismo, que encuentra sus bases en la fundación del sanatana-dharma, en torno al 2.300 a.C., que consiste en una serie de prácticas religiones o deberes para los hindúes. Su fe es henoteísta, pues, si bien cuentan con millones de dioses, existe una deidad suprema conocida como Brahma, y todas las demás son sus reflejos y aspectos.

Una religión que probablemente sea menos conocida pero se sigue practicando en la actualidad, y se ubica aproximadamente en el 3.000 a.C., es el zoroastrismo del antiguo Imperio Persa, que también cree en varios dioses, pero alza sobre todos a una deidad suprema, Ahura Mazda.