• Niklas Wiberg R. - Equipo de Facts
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Durante la primera semana de enero fueron seis las personas fallecidas por ataques con arma de fuego, que suman 25 en lo que va del año. Esto ha provocado un aumento en la preocupación ciudadana por la seguridad ante el incremento de los crímenes violentos. ¿Cómo se han comportado los delitos de alta connotación social durante los últimos años?

El boletín estadístico anual documento realizado por el Ministerio Público que incorpora información sobre los delitos realizados en el país entre los meses de enero y diciembre, detalla las siguientes cifras sobre los años 2019 y 2020:

• Homicidios: El número de homicidios realizados en 2019 fue de 2.170, mientras que en 2020 fueron 2.795, lo que significa un alza de 44,7%.

• Hechos de relevancia criminal: Se evidenciaron 120.501 crímenes de este tipo en 2019, mientras que en 2020 se contabilizaron 97.740, lo que representa una baja de 18,8% en este tipo de delitos.

• Delitos de tortura, malos tratos, genocidio y lesa humanidad: Se registraron 7.972 delitos de este tipo en 2019, mientras que en 2020 fueron 6.688, lo que significa una disminución de 16,1%.

Con respecto a las cifras delictuales del año 2021, el Ministerio Público cuenta con un balance desde enero hasta septiembre, lo que deja ver un panorama acotado sobre los delitos realizados el año pasado. En ese período se registraron 1.744 homicidios, 55.778 hurtos, 24.130 delitos sexuales, 44.581 robos 78.570 hechos de relevancia criminal y 1.894 delitos de tortura, malos tratos, genocidio y lesa humanidad.

“El aumento en los crímenes obedece a un cambio cultural en Chile. Además, han ingresado al país muchos extranjeros que vienen de distintos países de Latinoamérica, que tienen realidades distintas, culturas distintas. Dentro de esos aspectos, la forma de cometer delitos también es distinta, donde podemos ver que cierto tipo de delitos son mucho más violentos. Tanto chilenos como extranjeros han actualizado las técnicas de comisión de delitos”, explica Pamela Cisternas, gerente de asuntos jurídicos de Fiscalía Privada, empresa de prevención e investigación de delitos para empresas.

Además, Cisternas añade que “las sanciones que se establecen en Chile para determinados delitos, que si bien son graves, la tasa de esclarecimiento es muy baja. Eso fomenta que se cometan más delitos porque las probabilidades de que sean descubiertos son muy bajas. En Chile existe una alta tasa de condenas para aquellos imputados que son detenidos en el momento en que realizan el delito. Sin embargo, la tasa es baja con respecto a los delitos que no son flagrantes”.

Sydney Houston, consultor internacional en prevención del delito y coautor del Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva de Carabineros de Chile, considera que “se ha desvirtuado la función primordial de las policías. Carabineros de Chile está para prevenir los delitos, no para investigar los hechos luego de que se cometa un crimen. La Policía de Investigaciones debería cumplir dicha función”.

Además, el profesional destaca que “la realización de un nuevo tipo de crimen surge por la importación de delitos desde el extranjero. La ola de inmigración ha provocado que se adopten cierto tipo de prácticas delictuales que están normalizadas en otros países. El alza en crímenes como secuestros, asesinos a sueldo y el narcotráfico son la consecuencia directa del surgimiento de personas que están dispuestas a realizar esos métodos, eso responde principalmente a la importación de cultura delictual”.

Según el documento Índice Paz Ciudadana 2021, elaborado por Fundación Paz Ciudadana, “comparado con la medición de 2020, en 2021 el porcentaje de victimización aumentó de manera significativa”. El índice presentó 27,4% de hogares víctimas en 2020, mientras que en 2021 la cifra aumentó a 31,6%. En tanto, según las cifras del Ministerio Público, los delitos de homicidio, hurto, delitos sexuales y robos han sufrido un aumento promedio del 662% en la última década.

Houston explica que “el aumento en los crímenes violentos como las ejecuciones o secuestros es una consecuencia directa del crecimiento del narcotráfico. La actual Ley de control de armas no responde a fiscalizar el narcotráfico como tal, en Chile tenemos una tasa que va por sobre el 30% de internación de armas, la normativa no se hace cargo de ese ni de otros problemas que promueven el narcotráfico o el crimen organizado, por eso se espera que en el futuro la cantidad de delitos de este tipo aumente”.