• Andrea Cova Moore, equipo de Facts
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El invierno de este año ha estado marcado por las fuertes lluvias en las distintas ciudades del país, que llegan incluso al anuncio por parte de las autoridades, de emergencias ambientales, suspensión de clases e implementación de teletrabajo. En esta oportunidad, el temporal que llegó a la Región Metropolitana ocasionó vientos de hasta 120 kilómetros por hora; una situación preocupante tanto para las autoridades como para los ciudadanos, de hecho, el Gobierno instó a los empleadores a permitir teletrabajo para el viernes 2 de agosto debido a la crítica situación climática.

De acuerdo con la información entregada por las autoridades, hasta el viernes 2 de agosto a las 11:00 am, en 20 comunas de la capital se registraban árboles caídos, vientos de hasta 120 kilómetros por hora, un 25% de clientes afectados por el corte de suministro eléctrico y una persona fallecida tras la caída de un árbol en la comuna de Estación Central.

“Tuvimos vientos hasta 120 kilómetros por hora en la Región Metropolitana, en la zona poniente de la ciudad, especialmente Colina y Pudahuel. Las clases están suspendidas en toda la región, pero se están buscando mantener los servicios de alimentación para que las familias que necesiten y puedan concurrir y que los niños tengan o su desayuno o su almuerzo”, comentó la ministra del Interior, Carolina Tohá.

Evolución en el tiempo y lo que puede ocurrir en el futuro

Paula Santibáñez, jefa del Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián, apunta a que el calentamiento global ha incrementado la variabilidad climática en Chile, generando un patrón de sequías prolongadas alternadas con episodios de precipitaciones intensas: “Este fenómeno se origina en el aumento de la temperatura oceánica, que intensifica la evaporación y eleva la concentración de vapor de agua en la atmósfera. Como resultado, se ha observado un aumento en la formación de ríos atmosféricos y ciclones extra tropicales”.

“Estos sistemas meteorológicos, con mayor contenido de humedad, desencadenan tormentas de alta intensidad. Los frentes, impulsados por este exceso de energía, producen vientos de mayor velocidad. Estos fenómenos climáticos extremos están afectando directamente tanto a las comunidades como a la infraestructura del país”, explica.

Para la experta, en las próximas décadas en Chile, se enfrentará una situación climática cada vez más desafiante, debido precisamente al cambio climático. Asimismo, argumenta que las proyecciones indican una intensificación y mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos y “se prevé una alternancia más pronunciada entre períodos de sequía prolongada y episodios de precipitaciones torrenciales.

Además, se espera un aumento en la ocurrencia de olas de calor, aunque paradójicamente también podrían presentarse olas de frío más severas. Otro factor preocupante es la probable intensificación de los vientos”.

Por su parte, César Torrealba, académico de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello, comenta que el calentamiento global ha ido modificando los patrones climáticos en todo el mundo, aumentando así las precipitaciones en algunas zonas.

En el caso de Chile, Torrealba puntualiza que “en la zona central, por ejemplo, ha generado sequías por largos años y lluvias más concentradas en un corto periodo de tiempo. El sistema frontal que nos ha afectado ahora con fuertes vientos muy inusuales para Santiago es una muestra de los patrones erráticos e inusuales que genera el calentamiento global”. Añade que “fenómenos como estos serán cada vez más comunes en Chile y el mundo en los próximos cinco años. Sistemas frontales con mayores vientos asociados son parte de estas consecuencias del cambio de patrones climáticos”.

En cuanto a las consecuencias de estos fenómenos, Santibáñez, apunta a que estas alteraciones climáticas traen consigo un incremento en los riesgos asociados: “Las inundaciones repentinas podrían volverse más frecuentes, mientras que las condiciones propicias para incendios forestales de gran magnitud se acentuarán. Además, la disponibilidad y gestión de los recursos hídricos se verán seriamente comprometidas. En conjunto, estos cambios configuran un escenario de mayor variabilidad y extremos climáticos para el país, planteando desafíos importantes para la adaptación y resiliencia de sus ecosistemas y comunidades”.

¿Chile está preparado para estos cambios constantes?

La experta señala que el país ha comenzado a implementar medidas para abordar los impactos del cambio climático, por ejemplo, ha desarrollado planes de adaptación sectorial y una estrategia climática de largo plazo. Sin embargo, comenta que la magnitud y rapidez de los cambios climáticos plantean retos considerables.

“Chile está avanzando en varias áreas clave para enfrentar los desafíos climáticos, incluyendo la mejora de sistemas de alerta temprana, implementación de prácticas agrícolas resilientes y el desarrollo de estrategias de gestión hídrica más eficientes. No obstante, la velocidad de implementación de medidas no siempre se equipara con la rapidez de los cambios climáticos, además de existir limitaciones presupuestarias para proyectos de gran envergadura. Estos desafíos subrayan la necesidad de esfuerzos continuos y coordinados para aumentar la resiliencia del país frente al cambio climático”, agrega.

En tanto, para Torrealba, Chile no está preparado para estos cambios constantes, “puesto que la infraestructura se genera para ciertos patrones climáticos que están cambiando”.