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CARACAS.- Los venezolanos continúan en las calles con la consigna de “hasta el final”; una frase que mencionó la opositora María Corina Machado tras conocer los resultados de las elecciones presidenciales el pasado 28 de julio, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Nicolás Maduro como presidente con el 51,2% de los votos versus un 44,2% de Edmundo González Urrutia. Estas elecciones, tal como las del 2013 y 2018, fueron sumamente cuestionadas por la oposición y distintos países, ya que son señaladas como fraudulentas, incluso, desde el domingo 28 de julio, en las calles de gran parte de Venezuela se escuchan los ruidos de las cacerolas y se respira el humo de las bombas lacrimógenas.

Los dos últimos días aquí han estado enmarcados en una gran incertidumbre, porque a pesar de que el candidato opositor Edmundo González Urrutia no ha llamado a la realización de un paro nacional, las calles de la capital continúan con los negocios cerrados, las personas manifestándose en el centro de Caracas, y los que no, se encuentran resguardados en sus hogares con tensión e incertidumbre que se respira en el ambiente, ya que la mayoría de los medios de comunicación en Venezuela están censurados y quienes deseen informarse lo hacen a través del boca a boca de los vecinos, los medios internacionales o las redes sociales, donde no existe el criterio periodístico y la desinformación abunda.

La opinión de los venezolanos

Por lo menos en la ciudad de Caracas, se han registrado manifestaciones que terminan por la represión de los policías a todos los detractores del régimen, al mismo tiempo, se registran saqueos, quema de locales y ministerios, y una fuerte presencia policial en las calles, que llega, incluso a ser “intimidante, porque vemos policías con armas largas, vestidos de negro, que solo se le ven los ojos. Da miedo”, menciona Sebastián Lista, ciudadano venezolano.

“Hoy fui al supermercado para abastecernos para los próximos días, ya que no sabemos qué puede pasar. A pesar de la situación, las personas estaban realizando sus compras con normalidad, creo que este es el comienzo de un gran fin esperado por todos los venezolanos”, puntualiza Elizabeth Morales, ciudadana venezolana. En cuanto al funcionamiento de los locales comerciales, por lo menos en la ciudad de Caracas, solo están abiertos aquellos que son esenciales (supermercados y farmacias), y están trabajando con las rejas metálicas por la mitad para evitar saqueos, hasta las 15:00 horas y dependiendo de las zonas, aquellas que son más propensas a las manifestaciones, cierran antes o incluso, no abren sus puertas.

Mery Castellanos, quien reside en el barrio de Petare, señala que “esta situación es horrorosa, creo que es peor que lo que pasó en el 2017 cuando querían tumbar a Maduro. Los colectivos (grupos paramilitares) están en la calle matando a las personas y los que nunca habían bajado lo están haciendo (…) es una locura, yo estoy con los nervios de punta”. En cuanto a lo que opina Castellanos sobre la situación política del país, asegura que “en mi casa queremos que se vaya Maduro, aquí todos votamos por Edmundo González”.

“A pesar de que se repiten muchas situaciones como lo es el fraude en unas elecciones, se siente una diferencia, los dirigentes políticos están defendiendo con pruebas, cosa que antes no pasaba y están llevando la situación de una forma más organizada (…) Además, antes los sectores populares, como lo son barrios de Petare o Catia están saliendo a la calle por primera vez, y esto no pasaba hace muchísimo tiempo”, señala Andrés De Macedo, ciudadano venezolano.

Leve recuperación económica

Desde que Nicolás Maduro asumió el cargo de la presidencia en el 2013, luego de la muerte de Hugo Chávez, la situación económica de Venezuela que ya era inestable, se agudizó aún más, golpeada por la hiperinflación, el desabastecimiento y la incertidumbre política y social. Sin embargo, Maduro afirmó en febrero de este año que la economía venezolana creció un 5 % en 2023 y para este año se proyectaba un aumento de al menos un 8 %.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en un documento titulado “Desempeño Macroeconómico de Venezuela. Cuarto trimestre 2023 y perspectiva 2024, reporte económico”, presentado en abril de este año, pronostica “un aumento de la producción promedio de crudo en 73,000 barriles diarios al año, lo que llevaría el nivel de producción promedio a unos 856 mil barriles diarios (un incremento del 9%). El PIB se incrementaría en un 4,2% y el consumo privado en un 2,5%. La inflación final del 2024 estaría en torno al 50,0%, de mantenerse la tendencia de los últimos meses”.

Abastecimiento

En cuanto al abastecimiento de este país, Juan Nagel, economista venezolano y académico de la Universidad de los Andes, señala que “la crisis de desabastecimiento ha amainado. El gobierno básicamente ha abierto las fronteras, y están llegando muchos productos importados que se venden en dólares a precios liberados. El problema principal es que el venezolano promedio no gana lo suficiente para consumir, y eso ha gatillado (en parte) la crisis migratoria. Los problemas de fondo de la economía venezolana son otros: inflación, falta de producción, caída del PIB, desempleo, e inestabilidad monetaria”.

Por su parte José Noguera, académico venezolano de la Universidad de Santiago y doctor en economía de la Universidad de Nueva York, señala que “la situación económica en Venezuela es crítica, en las economías de este tipo, eventualmente pueden tener algún pequeño auge, pero va a caer, porque los fundamentos que sostiene la economía siguen siendo los mismos. Es una economía petrolera que no produce petróleo y que vive fundamentalmente del comercio ilegal del oro, del tráfico de droga y de otras cosas que están moviendo la economía, pero a niveles muy básicos”.

En tanto, Diego Rojas, investigador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, apunta a que “sí se ha percibido una mejora tanto en el crecimiento, en la reducción de inflación y el abastecimiento de diferentes productos, pero hay que comparar esto con la misma Venezuela y las situaciones que venía acarreando durante años, efectivamente a pesar de que ya había una recuperación económica está lejos de ser algo sostenible en el tiempo. De hecho, Venezuela para recuperar lo que había sido en su minuto debería crecer sobre dos dígitos por varios años”.

Manifestaciones del 2017

El 2017 fue un año sumamente difícil para Venezuela, marcado por continuas protestas. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, solo en cuatro meses se registraron 6.729 manifestaciones a lo largo del país y un saldo de 163 fallecidos. Ante esta nueva ola de manifestaciones, surge la inquietud: ¿pueden tener similitudes?

De acuerdo con Noguera, entre ambos hechos existe una diferencia muy grande, porque “Maduro perdió todo el apoyo popular y lo que le queda es la represión. En 2017, el Chavismo tenía cierto apoyo popular (…) pero ahora la gente está muy decidida, aquí la cuestión no se trata de derribar a un régimen político, sino de respetar un resultado electoral y se tiene que reconocer a Edmundo González Urrutia como el nuevo presidente, las evidencias son muy contundentes”.

Por su parte, Nagel aclara que “la diferencia está en que los sectores populares ahora están protestando mucho más que en 2017. En el 2017, eran manifestaciones más dirigidas por el liderazgo. Esta vez, son más espontáneas, y más peligrosas para el régimen”.