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Fondo Nacional de Salud e Isapres: ¿Qué pasará con los afiliados ante el nuevo sistema?

Casi dos millones de personas se encuentran cotizando a las aseguradoras privadas en el país.

Luego de que el director nacional de Fondo Nacional de Salud (Fonasa), Camilo Cid, afirmara que “la idea es que las Isapres desaparezcan del mapa de la seguridad social”, la ministra de Salud, Begoña Yarza, comentó que el tránsito al nuevo sistema “cuidará a las personas”, de las aseguradoras privadas y de Fonasa. Asimismo, la secretaria de Estado enfatizó que “los cambios no son de la noche a la mañana. Son conversados, progresivos, paulatinos, paso a paso”.

¿De qué se trata el nuevo sistema de salud?

En una entrevista con la Prensa Austral de Punta Arenas, Cid mencionó que se reunirán los recursos para la salud en Chile, es decir “el 7% de las personas que deben cotizar, más los aportes fiscales que el país destina a salud, en un solo organismo”. Dentro de las características que mencionó el director está aquella que:

• “Se compone de un Servicio Nacional de Salud, cuya base de desarrollo es la atención primaria universal para servir como sistema de previsión de salud financiado por este fondo al que la gran mayoría de las personas puedan recurrir, con altos niveles de resolución de calidad y de acceso”.

Además, Cid mencionó que esta reestructuración del financiamiento apunta a las Isapres, por lo que las personas que están en las aseguradoras privadas, y el 7% de su cotización obligatoria, “pasan en definitiva a ser parte del nuevo Fondo Universal en Salud, las Isapres desaparecen del modo en que las conocemos ahora y tienen la oportunidad, junto a otras entidades de transformarse en seguros complementarios voluntarios privados”.

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Según cifras de la Superintendencia de Salud, a junio de este año:

• Más de un millón 900 mil personas son cotizantes vigentes en Chile.
• 776.385 del total de los cotizantes en el país son mujeres, mientras que 1.196.663 son hombres.
• Los tramos etarios que cuentan con un mayor número de cotizantes son, 30 a 34 años (327.893), 35 a 39 años (304.162), y 40 a 44 años (264.019).

El director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello y exsuperintendente de Salud (1990-1993), Héctor Sánchez menciona que la reforma al sistema de salud:

• “Cambiaría absolutamente el modelo de negocios de las Isapres, ya no serían seguros integrales, sino que pasarían a ser seguros complementarios, de carácter individual y voluntario, que las personas tendrían que financiar de su bolsillo para poder acceder a ella”.
• En esa misma línea, el experto señala que “aquí viene el primer problema”, esto se debe a la cantidad de cotizantes vigentes en las aseguradoras privadas y los más de 100 mil cotizantes que tienen más de 60 años. “Ellos tienen preexistencias, por lo tanto, es altamente probable de que estas personas por su condición de salud, edad y eventualmente los costos que tengan, no sean admitidas en estos seguros complementarios (…) por su condición de salud”, asegura.
• Este problema señalado por Sánchez deriva en la siguiente consecuencia a su parecer, y es que los casi dos millones de personas “que pasarían al fondo único de salud en forma exclusiva y algunas lo harán sin seguros complementarios porque no serían admitidos o porque el costo sería muy alto, van a generar demandas al sistema público de salud que ya tiene una sobredemanda en las listas de espera”.
• Según Sánchez “actualmente en el caso de las consultas, exámenes y procedimientos, hay más de 2 millones de personas en lista de espera, y en el caso de cirugías son más de 315 mil”.
• Otro impacto, según el experto, es que “probablemente muchos prestadores de servicio de salud podrían entrar en una etapa financiera muy delicada porque las garantías de las Isapres actualmente no es capaz de cubrir el 100% de los compromisos, y al momento del cierre eso generaría un vacío muy grande en los prestadores del servicio de salud. Sería muy grave para la sostenibilidad”.

La respuesta de las Isapres

La Asociación de Isapres frente a los dichos del director de Fonasa y la titular de Salud, señalaron en un comunicado que “medio millón de las personas que están en Isapres tienen diagnósticos de alto riesgo, oncológicos, crónicos o son pacientes de edad avanzada. En ellos, al igual que en el resto de los cotizantes que voluntariamente se suscriben al sistema, como a sus familias e hijos, las declaraciones que anuncian un término del sistema generan profunda preocupación”.

Frente a esto, el gremio aseguró que se debe discutir una reforma de salud “pero no para que las Isapres cierren de golpe. En ese contexto, si bien hay consenso en el diagnóstico de los problemas que afectan al sistema y sobre la necesidad de abordarlos, es necesario que los cambios sean paulatinos y no gatillados por una crisis que tenga como punto de partida el término forzoso y abrupto del sistema Isapre”.

La transición

“En este nuevo sistema la salud no es un lucro, es un derecho, y por lo tanto el aporte de las personas tiene que ir a ese fondo común. Y si hay un problema de salud es el Estado el que se tiene que hacer responsable, y con el seguro complementario las personas podrán tener acceso a las ofertas privadas, pero en el fondo es darles seguridad a ellos mismos que frente a una enfermedad hay un sistema y un Estado que se hace responsable”, asegura la exsubsecretaria de Salud, Lidia Amarales.

La experta en salud pública, enfatiza que este cambio “iría probablemente de forma gradual y nadie quedará sin la atención que tenía, solo será mejorada de lo que tenía anteriormente”. Además, según Amarales, en este nuevo sistema “ha quedado demostrado que frente a la situación pandémica como ha existido en nuestro país ha habido una complementación entre lo público y privado y ha funcionado perfectamente”.

A pesar, de que la ministra Begoña Yarza aseguró que el tránsito al nuevo sistema “no será de la noche a la mañana”, sino que es un cambio paulatino y conversado, el director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello enfatiza que:

• “El destino de las Isapres está a mi juicio sellado. Lo que está por verse es el efecto que esto va a tener porque este destino se puede concretar de manera programada, ordenada y sistemática, tratando de evitar que se produzcan costos mayores o se pueda realizar de forma abrupta como aparentemente está avanzando la situación. En ese caso vamos a tener un costo social importante con los afiliados que van a quedar sin cobertura en un futuro próximo”.

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