Ley CATI: El proyecto que busca reducir los accidentes de tránsito por exceso de velocidad
- Sofía Reyes - Equipo de Facts
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Esta semana, en la intersección de Pedro de Valdivia con Andrés Bello, ocurrió un terrible accidente a causa de un exceso de velocidad. El suceso provocó dos lamentables muertes y volvió a poner en la discusión la Ley CATI, que crea un Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones, buscando evitar el exceso de velocidad. ¿De qué trata la iniciativa?
Contexto: El trágico accidente se registró en la comuna de Providencia, en una calle que ha sido testigo de otros sucesos del estilo y en la cual a diario se registran excesos de velocidad. Así lo confirmó la alcaldesa, Evelyn Matthei, que aseguró que gracias a una cámara que pusieron en el lugar registraron que “todos los días hay autos que pasan a más de 100 kilómetros en esa esquina y en un mes que estuvo instalada, 1.400 autos se pasaron la luz roja”. Por lo mismo, la autoridad comunal expresó que “es urgente que el Congreso apruebe la Ley CATI”.
¿Qué es CATI?: Es la sigla de Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones, una iniciativa que nace desde el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones con el objetivo de “salvar vidas mediante la prevención de accidentes de tránsito por medios tecnológicos que permiten una fiscalización automatizada para detectar infracciones por exceso de velocidad”, explican en el sitio del ministerio.
De ser aprobada la normativa se creará la División de Fiscalización del Transporte y Tratamiento Automatizado de Infracciones de Tránsito, que se alojaría en la Subsecretaría de Transportes. Además, se implementará el CATI, automatizando el control de la velocidad de los vehículos.
“En Chile la principal causa de muerte en siniestros viales es el exceso de velocidad”, explica Johanna Vollrath, secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset). “El llamado es a los parlamentarios para que pongan la ley en tabla y así discutir la normativa y aprobarla”, afirma.
¿Qué se implementaría?: “Hoy la fiscalización de la velocidad solo la puede hacer Carabineros de Chile en terreno y con capital humano y actualmente solamente tres de cada 10 excesos de velocidad son detectados. Por lo mismo, es absolutamente ineficiente”, dice Vollrath. “Por lo mismo el CATI viene a complementar la labor de Carabineros, no la reemplaza”, explica.
Con CATI se instalaría una red de cámaras, en diferentes puntos de riesgo de la ciudad, para controlar automáticamente la velocidad. “¿Qué significa automáticamente? La cámara detenta la patente del vehículo cuando hay exceso y manda la información al centro que cursa la multa al dueño del automóvil”, explica la secretaria ejecutiva de Conaset. Detrás de la instalación hay una metodología para seleccionar los espacios y será “en base a evidencia”, asegura Vollrath.
Los límites: Según la Ley 18.290 de tránsito, la velocidad máxima depende del lugar donde transite el vehículo y su peso. En zonas urbanas tanto los autos menores o aquellos con más de 17 asientos pueden circular a máximo 50 kilómetros por hora. Para el caso de espacios rurales, “en caminos con una pista de circulación en cada sentido: 100 kilómetros por hora”, pero “en caminos de dos o más pistas de circulación en un mismo sentido: 120 kilómetros por hora”. En estos lugares los buses y camiones de 3.860 kilos o transporte escolar no pueden superar los 90 kilómetros por hora y los interurbanos, los 100.
Ahora bien, según lo que explica la secretaria ejecutiva de Conaset, “la ley de tránsito es muy clara y hoy existe un margen de cinco kilómetros sobre el límite (a partir de los 55) que se empieza a multar. Pero este es un sistema que se implementará de a poco y al inicio se multan los excesos más extremos, para luego ir aumentando la cobertura”.
¿Será efectiva?: Junto con las cámaras se instalarán carteles que adviertan a los conductores que están siendo vigilados. Esto, con el objetivo de que las personas bajen la velocidad, porque “no serán cámaras escondidas, sino que se visualizarán los puntos, con una señalización formal de que es una zona de control automático para inhibir la conducta, porque, al ser una máquina, la multa llega si o si”, explica Vollrath.
Alberto Escobar, gerente en movilidad y especialista en seguridad vial de Automóvil Club de Chile, aplaude la medida y afirma que en otros países donde se ha implementado resulta muy efectiva. “Se habla de que una vez que se instala este sistema se reduce en un 25% la mortalidad el primer año y 10% más cada año siguiente”, afirma Escobar.
“Con las cámaras se producen dos efectos”, dirá el especialista, “uno es un efecto directo. Si voy en mi auto y paso a exceso de velocidad, la cámara registra mi patente y la envía al centro. Ahí el CATI selecciona que la foto sea inapelable y envía la infracción. Pero además de la multa propiamente tal, cuando ves los carteles, bajas la velocidad. Es decir, también hay un efecto disuasivo”, agrega.
“La evidencia internacional que existe en Alemania, Suecia, Holanda y Gran Bretaña, los países más seguros para conducir, reafirma que los radares o cámaras cumplen ese efecto. Además, tienen una consecuencia educativa, porque la gente más joven comienza a manejar conociendo el sistema, pareciéndole natural bajar la velocidad”, finaliza el experto en seguridad vial.
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