• Marco Zecchetto Rocco, equipo de Facts
• |
• Ver más de facts

Aunque el nuevo paro nacional de docentes convocado por el Colegio de Profesores (iniciado el miércoles) contemplaba tan sólo 48 horas de movilización, el gremio señaló con anterioridad que se estaba evaluando la posibilidad de llamar a una paralización indefinida en caso de no llegar a acuerdos con el Gobierno. Son ocho los ejes centrales que busca resolver el petitorio gremial destinado al Ministerio de Educación.

En 2019, el gremio llevó a cabo un paro nacional que se prolongó por 51 días. Esto debido al rechazo de los docentes a una de las propuestas y la falta de acuerdos con el Ejecutivo que, en ese entonces, establecía como condición volver a clases para reanudar el diálogo. Fue la tercera movilización de profesores más extensa que se ha realizado en la última década, donde una de las demandas más fuertes contemplaba la solución a la llamada “deuda histórica”.

El paro docente más largo de los últimos años (incluso desde la vuelta a la democracia) ocurrió en junio de 2015, durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet, y se extendió 57 días, hasta el 27 de julio.

A esto se le suman los constantes paros estudiantiles que han ocurrido al interior de liceos emblemáticos y establecimientos públicos en los últimos años, como el caso del Liceo de Aplicación, el Internado Nacional Barros Arana, o el Instituto Nacional, situación que ha generado preocupación en torno al impacto educacional por la falta de clases.

Además, los datos del Centro de Estudios del Mineduc arrojaron que la tasa de desvinculación escolar experimentó un aumento del 1,38% en el periodo 2018-2019 (que representa a 40.757 estudiantes) al 1,47% en el periodo 2021-2022 (44.845 estudiantes). Del mismo modo, se observó un incremento del 28% al 38% en el porcentaje de estudiantes con inasistencia grave desde el año 2019 al 2022, con diez regiones al alza.

“Un elemento a considerar es que, desde antes, y peor aún, como fruto de la pandemia, la situación de salud mental de los estudiantes puede calificarse como grave: Más del 50% de ellos con problemas de depresión y/o ansiedad y/o consumo de drogas. Repito: 50%. Las implicaciones para el proceso educativo, así como para la violencia y delincuencia juveniles, son simplemente feroces. Mientras más paros haya, y mientras más pérdidas de clase haya, el fenómeno continuará agravándose, y haciéndose progresivamente irreversible para toda una generación de estudiantes de básica y media”, expresa el Fundador y Ex Presidente de Educación 2020, Mario Waissbluth.

El impacto de la pérdida de clases y el costo para los estudiantes

La decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián (USS), Ana Luz Durán, destaca que, más allá de la cantidad de días perdidos que puedan pasar producto de los paros, es importante identificar que el problema radica en el tipo de establecimientos que concentran las movilizaciones, donde, según la experta, son precisamente los liceos emblemáticos y municipales o públicos (SLEP) los involucrados.

La académica explica que la gravedad de esta situación es que los establecimientos que atienden a los niños y jóvenes más vulnerables son los con más pérdida, acrecentando aún más la brecha entre los establecimientos.

“Tenemos evidencia de los impactos de las pérdidas de clases en el aprendizaje, los análisis del banco mundial, UNESCO y a nivel nacional el Diagnóstico Integral de Aprendizajes y el propio Simce. El problema tiene dos caras, uno que es el carácter permanente de la brecha entre niveles socioeconómicos y la otra cara es la brecha de aprendizaje como efecto de la pandemia, que pasó a ser estructural”, asevera.

En esa línea, Durán sostiene que la pérdida de clases ahora es más grave que la ocasionada en la pandemia porque no permite generar nuevos aprendizajes y tampoco cerrar las brechas existentes desde la pandemia.

Haciendo alusión a las estimaciones del Banco Mundial, la experta en educación indica que este año se deberá intentar recuperar la pérdida de un año de aprendizaje estandarizado, producto del promedio de 12 meses de clases que estuvieron cerradas las escuelas en Chile.

“La brecha de 59 puntos en matemática y de 55 puntos en lenguaje en 4° básico (SIMCE), el 60% de los estudiantes de entre 6° básico y 3° medio que no alcanzaron los niveles de logro esperado en lenguaje y matemática (Diagnóstico Integral de Aprendizajes), y asociada esta realidad académica al componente de salud mental y convivencia también deteriorado. No olvidemos que la escuela y el liceo tienen además un componente de protección, de cuidado y eso también lo están perdiendo los estudiantes”, afirma la decana de la Facultad de Educación USS.

Lo que se puede esperar

Mario Waissbluth, critica que el Colegio de Profesores, “de manera muy irresponsable, está contribuyendo a agravar esta situación”. Es por esto, que el experto espera que el reciente paro tenga la menor convocatoria posible, y que la mayoría de las escuelas continúen en clases.
“En cualquier caso, deberían buscar la manera de resolver sus diferencias con el Mineduc mientras continúan las clases”, agrega el Fundador y Ex Presidente de Educación 2020.

Según Ana Luz Durán, cualquier demanda que implique mejorar las condiciones basales como convivencia, salud mental, infraestructura, o condiciones de ejercicio docente, son plausibles. Sin embargo, puntualiza que el problema es la falta de propuestas para abordar estos problemas.