Problemas de infraestructura, seguridad y brechas sociales: ¿Cuáles son los desafíos de la educación pública en Chile?
- Marco Zecchetto Rocco, equipo de Facts
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Tras un comunicado emitido por el Liceo de Aplicación, las clases (actualmente suspendidas producto de los incidentes ocurridos el fin de semana) se retomarán este jueves 27 de julio. Esto, luego de la explosión ocasionada el sábado durante una toma al interior del recinto, la cual provocó graves quemaduras en el cuerpo y vías respiratorias de un alumno de 16 años. Situaciones como esta han marcado algunos de los diferentes problemas que enfrenta la educación pública en el país.
Distintos temas como la deserción escolar, los problemas en las infraestructuras de establecimientos, los negativos resultados Simce, las preparaciones de comidas y alimentos entregados por la Junaeb, e incluso, las dificultades para resguardar la seguridad dentro de los recintos, han sido enfoque de críticas hacia las autoridades a lo largo del tiempo.
“Mi impresión es que la educación pública -en promedio- enfrenta similares problemáticas con la educación particular subvencionada, aunque agravadas por el hecho de que la condición social y cultural de sus estudiantes y sus familias es mucho más compleja. Esto es producto de la sistemática segregación social y geográfica del sistema educativo chileno, que recién ha comenzado a paliarse con la Ley de Inclusión, que ha sido un gran avance por mucho que le duela a algunos sectores políticos”, asegura el Fundador y Ex Presidente de Educación 2020, Mario Waissbluth.
De acuerdo con la decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián (USS), Ana Luz Durán, la educación pública se encuentra en una “encrucijada” debido a que se está llevando a cabo un proceso de desmunicipalización que traspasa los establecimientos municipales al Estado a través de los servicios locales.
La académica explica que este proceso ha estado marcado por los problemas, principalmente por dificultades para contratar equipo con cualificaciones, poca claridad en las dotaciones de personal a traspasar y de infraestructura. Además, la experta destaca como tema complejo la amplitud de los territorios que cubre un servicio local. “En la práctica, el ente administrador queda más lejos que el municipio. El actual Gobierno propuso, en la ley miscelánea que se aprobó, postergar la entrada en vigencia de los nuevos servicios locales por los problemas que existen”, comenta.
Según Durán, los liceos emblemáticos han ido perdiendo calidad y prestigio, argumentando que esto ha sido producto de políticas que no apuntan a la calidad, sino que a aspectos estructurales y de equidad en el acceso principalmente. También, la decana enfatiza en que no se han abordado las condiciones basales como infraestructura, convivencia escolar, salud mental de los profesores y estudiantes, o bienestar familiar. “No podemos pensar en la calidad si no tenemos lo básico. Los liceos Bicentenario son un ejemplo a seguir”, expresa.
Principales problemas que han llevado a las tomas y paros
Mario Waissbluth señala que los petitorios y tomas de los liceos emblemáticos de Santiago representan un micro universo que no llega más allá del 2% o 3% de la matrícula de la educación pública nacional, pero que, por su presencia en la capital, generan una “caja de resonancia” mucho mayor.
El especialista afirma que, estos liceos están prácticamente condenados a un deterioro irreversible, argumentando que las sucesivas generaciones de sus líderes consideran una traición a las anteriores si ellos no hacen su habitual toma anual, con desmanes incluidos. “Esto no lo estoy inventando, algunos me lo han dicho tal cual. El problema se viene repitiendo ya por demasiados años, y da igual el petitorio que hagan”, sostiene.
En esa línea, Waissbluth prevé que probablemente algunos de los nuevos Liceos Bicentenario de Santiago pasen a ser los próximos establecimientos de excelencia de la educación pública, como solía ser el caso de los liceos emblemáticos (Ej: Liceo de Aplicación o Liceo Nacional), que ahora casi no logran llenar sus vacantes. El experto asevera que no existe ningún alcalde de Santiago que pueda resolver esta situación, y menos ante el polarizado ambiente político nacional.
Entre las principales demandas y petitorios en los paros de los liceos, Ana Luz Durán menciona: más personal docente, materiales pedagógicos y deportivos, talleres y academias y preocupación por la salud mental.
“Estas demandas suenan razonables, pero equivocan el camino, la violencia no les dará posibilidad alguna de salir de la crisis en la que están. La pregunta es en qué está el municipio de Santiago que no aborda estos temas, sobre todo porque desde el discurso planteaban defender la educación pública”, manifiesta la decana de la Facultad de Educación USS.
De acuerdo con la académica, abordar este tipo de conflictos es complejo, y sostiene que, en primer lugar, se deben recuperar las confianzas, para luego abordar las condiciones “basales” de convivencia y salud mental, argumentando que no tiene sentido preocuparse por otros temas sin resolver lo básico.
“Hay tres factores esenciales: brechas sociales, profesores, y directivos. Lo demás es música de fondo, pues los grandes problemas de infraestructura y equipamiento escolar están por lo general bastante resueltos”, comenta Mario Waissbluth.
La calidad educacional del sistema público
Según Waissbluth, hasta hace muy poco, los resultados de las escuelas públicas y particulares subvencionadas con similar composición social eran semejantes. Ante esto, el experto asegura que las grandes diferencias se deben a que la educación pública debe hacerse cargo (en promedio) de estudiantes con menor bagaje cultural y mayores problemas familiares.
El Fundador y Ex Presidente de Educación 2020 explica que ambos tipos de educación enfrentan graves problemas, cuyo origen estructural está en la deficiente formación de la mayoría de sus profesores y directivos. “Mientras más del 50% de los egresados de Educación Media, pública y particular subvencionada, sigan egresando sin comprensión total de lectura y aritméticas básicas, y sin capacidad adecuada de expresión oral, el sistema educativo seguirá en crisis… y el futuro del país seguirá hipotecado”, añade.
Ana Luz Durán destaca que el problema de la calidad es del sistema en su conjunto. De acuerdo con la académica, los resultados de los distintos estudios Simce, del Banco Mundial, o de la UNESCO, plantean que ha habido una pérdida de aprendizaje por la pandemia de más de un año de aprendizaje estandarizado.
“Los resultados del Simce golpearon en el corazón del sistema, porque volvieron a dejar en evidencia que el nivel económico es un factor de alta incidencia en los resultados. La política pública ha fallado en su integralidad porque no ha logrado romper el círculo de la pobreza y la calidad educativa”, agrega la decana de la Facultad de Educación USS.
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