• Marco Zecchetto Rocco, equipo de Facts
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Luego de que una banda de 10 delincuentes entrara en su casa, en Maipú, una mujer de 20 años resultó herida de bala, y sufrió hasta el robo de sus perros. Estos denominados “turbazos” (robos perpetrados por grupos grandes) han ido creciendo en el país, pasando de delinquir en farmacias y supermercados, hasta el interior de los domicilios de los chilenos.

Otro caso ocurrió en la comuna de Ñuñoa, el 11 de septiembre. Esta vez, fue un grupo de seis asaltantes (cinco hombres y una mujer), quienes, alrededor de las tres y media de la madrugada, ingresaron a un domicilio, rompiendo el portón perimetral, y robaron consolas de videojuegos, notebooks, televisores, y un automóvil (todo avaluado en 20 millones de pesos).

Además, diferentes familias en Puente Alto, Quinta Normal, Peñalolén y Cerro Navia han sido víctimas de esta creciente y violenta forma de robo en sus domicilios. Hasta el momento, sólo en la Fiscalía Metropolitana Occidente, en un período de casi un año, se han podido identificar 10 casos de turbazos al interior de las casas.

“Estamos en la etapa de agrupar, analizar y estudiar todas las causas que reúnen este modus operandi, para establecer las identidades de las personas que integran estas bandas”, informó a El Mercurio la fiscal Tania Mora, de la unidad de Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos (Sacfi) de la zona metropolitana Occidente.

Según consignó la persecutora en dicho medio, la modalidad es llevada a cabo generalmente en sectores residenciales de algunas comunas, como Maipú, donde grupos de entre siete a 10 personas ingresan a los hogares. Mora aseveró que estos grupos suelen robar casas mayoritariamente sin moradores, por lo que se presume que pueden existir planificaciones y vigilancia, a modo de escoger las viviendas y realizar los robos de una forma masiva.

La proliferación de los “turbazos” y las recomendaciones para su prevención

Eduardo Labarca, prefecto en retiro de la PDI, y consultor en seguridad pública y privada, explica que esta es una forma de delito que fue importada, la cual tiene sus orígenes en Brasil, en donde una gran cantidad de personas –en su mayoría jóvenes y niños-, bajaban de las favelas a realizar estos “turbazos” a las playas de Río Janeiro.

El especialista explica que esta modalidad opera por imitación. “Ven dónde lo pueden hacer, se juntan una gran cantidad de jóvenes, y empiezan a hacer este delito en Chile. Ha ido creciendo, sí, no es una gran cantidad, pero efectivamente ha ido creciendo”.

La Capitán Javiera García, de Comunicaciones Sociales de Carabineros, señala que específicamente, este fenómeno empieza después de la pandemia, momento en que prolifera una nueva modalidad en distintos delitos, entre ellos, el robo en lugar habitado.

“Hasta antes de pandemia encontrábamos que el robo a domicilio ocurría en horarios donde no habían ocupantes, y muchas veces estos trataban de evitar dejar algún tipo de señal o pista para no ser encontrados, muchos de estos también cometidos por grupos de juveniles. Aquí lo que encontramos ahora es la acción de bandas con cierta planificación, con también alguna logística. Se movilizan en vehículos, existen también distintos roles, quién realiza la vigilancia, quién ingresa, pero ya son más de tres personas las que actúan acá y cometen el robo, la sustracción de las especies. Son a lo menos de tres a cinco personas”, asegura la uniformada.

De acuerdo con García, estas bandas neutralizan a las víctimas generando estos “turbazos”, e indica que, con anterioridad, era una modalidad que se observaba en el comercio establecido, como en ciertos minimarkets u otros, donde ingresaban varias personas y de forma rápida, sin dejar ningún tipo de capacidad de reacción para sus víctimas, sustraían y robaban todo lo que iban encontrando a su paso.

“Esto mismo lo hemos encontrado en los robos a domicilio, específicamente en la Región Metropolitana, donde hemos encontrado, o tenemos en este momento en investigación más de ocho casos, que hablan de una forma de bandas que se han articulado, que tienen una acción un tanto más dinámica, que ingresan o irrumpen a domicilios y roban todo lo que encuentran a su paso. El punto importante es que encontramos que estas bandas han mantenido algún tipo de vigilancia previa al lugar donde van a atacar”, afirma la Capitán de Comunicaciones Sociales de Carabineros.

Eduardo Labarca detalla que este tipo de bandas suelen ser grupos de carácter esporádico, pero no mayoritariamente ligadas a redes importantes de crimen organizado.

El especialista comenta que estos grupos de asaltantes ingresan con mucha violencia, generando un gran shock en las víctimas. En ese contexto, recomienda siempre prevenir y anticiparse a estas situaciones, manteniendo claras las inmediaciones de las viviendas, junto con hacer uso de cámaras de seguridad o algún tipo de cerco eléctrico. “Al final de cuentas, la gente de bien se tiene que encerrar producto de esta delincuencia”, añade.

Por su parte, Javiera García advierte que es importante tener cuidado con la información que divulgan las personas, por ejemplo, en redes sociales, como las direcciones, fotografías al interior de los domicilios, y todo tipo de detalles que puedan servir como fuente de información para las bandas que cometen estos delitos.

“Ahora tenemos que el sujeto muchas veces puede llegar a merodear la cercanía del inmueble, pero también existe el levantamiento de información a través de distintas plataformas como redes sociales, Facebook y otros. Muchas veces en ciertos avisajes, como en la compra o venta de algún producto”, agrega la Capitán de Carabineros.