Inicio » Facts » Equipo

Una nueva disminución de la natalidad: ¿Cuál es la importancia de este indicador y sus implicancias para Chile?

Caída en el primer cuatrimestre del 2024 en la tasa de natalidad profundiza aún más la tendencia en la disminución de nacimientos en Chile.

Las constantes bajas en la tasa de natalidad en Chile, se han convertido en una estadística preocupante para el desarrollo del país. De acuerdo con las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el primer cuatrimestre de este año, la cifra decreció un 22% en comparación con el mismo período del año pasado; y la situación es más dramática al compararlo con el 2022, ya que cayó un 25%.

Esta es una tendencia que se ha profundizado en los últimos 10 años, en el boletín estadístico: Estadísticas Vitales Coyunturales del INE, en su edición N.º 4, de junio, informan que durante abril de este año se registraron 12.023 nacimientos, que, aunque fue más alta que la de abril (11.537), continúa siendo una tendencia que preocupante. Sin embargo, en las mismas estadísticas señalan que estas cifras son de carácter provisional y podrían sufrir cambios al momento de publicar las cifras rectificadas en el anuario de estadísticas vitales del año.

En cuanto a la tasa de natalidad, de acuerdo con datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), Chile posee la menor cifra del continente, 1,5 hijos por mujer. Le sigue Argentina (1,6) y Brasil (1,9). No obstante, esta no es una tendencia solo del país, es un fenómeno mundial. Según los datos del FPNU, en 1950, a nivel mundial el promedio de hijos que ponía tener una mujer era cinco, en 2024, la cifra disminuye a 2,3 hijos.

¿Cuál es la importancia de este indicador?

La Dra. Sandra Lanza, académica de Medicina de la Universidad Andrés Bello (UNAB), presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina del Estilo de Vida y Magíster en Salud Pública, comenta que de continuar disminuyendo este indicador puede ocasionar distintas consecuencias, por ejemplo, explica que el país comienza a envejecer: “Para el año 2050 se estima que alrededor de un tercio de la población sea mayor de 65 años y una sociedad envejecida se enfrenta a distintos desafíos. Por ejemplo, mayores costos en salud”.

natalidad-disminucion-chile-1

Lanza comenta que “un tema no menor en Chile es el cómo financiar el sistema previsional, es decir, poner en riesgo el sistema de pensiones, lo que podría ser más complejo aún en un sistema de reparto, por ejemplo, pero también puede darse en un sistema de capitalización individual con un componente solidario”.

Asimismo, señala como otra consecuencia la producción de una brecha de cuidado, ya que habría menos jóvenes disponibles para cuidar a una población envejecida, lo que puede significar una mayor carga financiera y emocional para las familias que tienen que dar cuidado a personas mayores.

La especialista comenta que para analizar el fenómeno se deben conocer los distintos factores que pueden influir en la toma de decisión de tener o no un hijo. Lanza explica que estos pueden variar según nivel socioeconómico, porque las causas pueden ser distintas en los estratos sociales, “y si lo consideramos a grosso modo, puede ser el querer consolidar una carrera profesional, laboral, de estudios, la autorrealización personal, el alto costo económico que significa la crianza de un hijo y la crisis social y o medioambiental, lo que estaría provocando esta baja en la natalidad”.

Lanza señala como un factor importante la producción de un cambio de paradigma en lo que “significa ser y realizarse como mujer. Hoy tiene que ver no solo con el hecho de ser madre, no es el fin último de ser mujer, sino que hay una serie de diversas prioridades como el de realización profesional y laboral. Hoy las oportunidades y condiciones laborales, pese a que queda mucho por avanzar, han ido mejorando. Hay menos presión por ser madre, ya no es aceptable preguntar o que uno deba preguntar cuándo vas a ser mamá o por qué no has sido mamá”. Asimismo, comenta que el retraso de la decisión de la maternidad también genera un impacto, debido a que el nivel del cuerpo de la mujer experimenta una disminución en la capacidad reproductiva.

Viviana Salinas, académica de Sociología de la Universidad Católica, apunta a que esta disminución coloca a Chile en niveles “extremadamente bajos de fecundidad” y puntualiza a que esta cifra seguirá disminuyendo. En cuanto a las consecuencias, Salinas menciona que en términos demográficos se trata del envejecimiento de la población: “Si eso se combina con indicadores de salud en cuanto a prevalencia de enfermedades crónicas (hipertensión o diabetes, por ejemplo) y a bajas pensiones, el panorama se vuelve problemático a futuro, porque va a demandar mucho gasto público en salud y pensiones”.

¿Incentivos económicos para Chile?

Algunos países que atraviesan por el mismo problema han propuesto incorporar incentivos económicos para que los ciudadanos tengan hijos, por ejemplo, en 2001, Japón introdujo un paquete de incentivos económicos para aumentar la natalidad, estos incluían subsidios para el cuidado, descuentos fiscales y obsequios en efectivo, de acuerdo a lo que consignó la BBC.

Salinas comenta que “esta discusión estuvo sobre la mesa en los primeros años del primer gobierno del expresidente Sebastián Piñera, pero no llegó a puerto. En general, la evidencia internacional (porque muchos países lo han hecho) indica que no es la medida más costo-efectiva para aumentar o al menos estancar la caída de la fecundidad”.

¿La razón? La especialista señala que “se trata de una política muy cara (el incentivo tiene que ser bastante grande) y que no tiene efectos que se mantengan en el tiempo: si se elimina el bono, la fecundidad vuelve a su patrón de disminución. Los incentivos que a nivel internacional más éxito han tenido son incentivos que no solo piensan en el nacimiento, sino también en la crianza. Se trata de varias medidas que se sostienen en el tiempo, más que una sola acción”.

Por ejemplo, Salinas detalla que se puede tratar de una “disminución de impuestos para familias con hijos, subsidios a la vivienda o el arriendo, un buen sistema de cuidado infantil -jardines infantiles, pero también programas para niños en edad escolar después que termine el colegio- y políticas que promueven la participación más activa de los padres en la crianza, porque sociedades más igualitarias en términos de roles de género tienden a tener tasas de fecundidad mejores que la nuestra”.

Más sobre Facts

Comentarios Deja tu comentario ↓
Ver Comentarios