“Enanitos Verdes”: La curiosa historia que dio origen a su nombre basada en una supuesta foto paranormal

En 1979 un médico mendocino tomó una de las fotografías más famosas de la historia paranormal argentina.

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En la tarde del 25 de febrero de 1979, una familia argentina oriunda de Mendoza, que volvía de una excursión al Cristo Redentor, se detuvo en la fuente termal del Puente del Inca, un célebre lugar turístico mendocino, para tomar varias fotos. La alegre comitiva familiar la integraban el prestigioso infectólogo y profesor universitario Juan Nobiltá, de 44 años, y su esposa Inés Magdalena Tecchioli, de 41 años, además de sus hijos Alicia (15), Gabriel (13) y Juan (10), y sus sobrinos Silvana (10) y Martín (5 años).

El Puente del Inca en Mendoza.

El Puente del Inca en Mendoza.

Juan Nobiltá, usando una cámara Kodak y una película Fujicolor, tomó varias fotos. En ese momento nadie percibió nada fuera de lo común, pero cuando mandaron a revelar las fotos a una casa fotográfica de Mendoza, una a dos semanas más tarde, Inés Tecchioli descubrió en la última imagen que algo más aparte del sonriente grupo familiar se destacaba en esa foto: una curiosa mancha anaranjada-rojiza ubicada a la izquierda del clan familiar, con forma de pequeño ser humanoide, cuya cabeza tenía forma de cono y que parecía levantar el brazo izquierdo en gesto de saludo. “Mirá lo que salió”, dijo Inés al ver la foto, mientras sus hijos comentaron que “parece un muñequito”.

La famosa fotografía tomada por el doctor Juan Nobiltá en 1979, en la cual supuestamente aparece un pequeño ser humanoide con aspecto de "enanito".

La famosa fotografía tomada por el doctor Juan Nobiltá en 1979, en la cual supuestamente aparece un pequeño ser humanoide con aspecto de “enanito”.

Curiosamente, Inés relataría que había experimentado una extraña sensación en la tarde en que habían estado sacándose las fotos en el Puente del Inca. “Juan sacó la foto porque yo le insistí. Percibí algo raro en ese momento, algo diferente. Y cuando vi la foto me di cuenta qué era lo que había sentido. Sí, sentí como una manifestación, más allá de la foto y de lo poco que conocía de ufología. Sentí una percepción de lo extraordinario, como esas grandes interrogantes existenciales que invariablemente nos llevan a Dios”, comentaría la mujer al medio Infobae, agregando que tras ver la supuesta imagen del ser humanoide se contactó con el ufólogo argentino Victorio Corradi para obtener una opinión más calificada.

Corradi, tras ver la foto, emitió un opinión concluyente: “Esto es un gnomo o un extraterrestre”. Más tarde, en cuestión de horas, los medios locales ya comenzaban a informar la noticia del supuesto descubrimiento del extraño ser, que pronto se propalaría a toda la provincia de Mendoza e incluso a Buenos Aires.

“Como en Buenos Aires decían que la foto podía ser trucada, la vieron en la revista ‘El Gráfico’. ¿Yo voy a dedicarme a trucar fotos? El Gráfico comprobó que la foto era verídica. Nos alojaron en el Bauen Hotel. Una noche el conserje nos preguntó si podíamos recibir a unos contralmirantes, almirantes o capitanes de la Marina. Ellos, después de ver la foto, nos dijeron que atrás del gnomo había un platillo volador. ‘De ahí descendió’, dijo un marino. Ni Corradi se había dado cuenta de eso”, comentó Juan Nobiltá al mismo medio Infobae.
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El fotógrafo Atilio Spinello, un reconocido profesional de la fotografía ampliamente conocido en Mendoza, también analizó la imagen y concluyó que la pequeña figura del enanito, gnomo o extraterrestre era auténtica. “Por entonces no existía el photoshop, no había forma de incorporar en el negativo algo que no está. Era imposible que fuera el producto de una falla en el negativo. El enanito era un conjunto de microimágenes que formaban una imagen. Nunca tuve una experiencia así, pero no me cabe la menor duda de que ‘ellos’ conviven con nosotros en esta tercera dimensión, sin hablar de la cuarta, la quinta, en otras dimensiones y que, en determinado momento, se pueden plasmar en la tercera dimensión”.

Otros fotógrafos argentinos, tras analizar la imagen, también coincidieron en que no se trataba de un truco fotográfico y que la emulsión no estaba dañada. Según ellos, no era un reflejo, una ‘imagen fantasma’ u otro fenómeno definible fotográficamente. “Todos descartaron que hubiese habido algún tipo de defecto en el revelado”, comentó Spinello.
ENANOS 10

Sin embargo, pese a lo anterior, tres expertos del grupo Ground Saucer Watch Inc (GSW), especializado en el análisis de fotos ovni, discreparon de esas conclusiones, afirmando que “creemos que la imagen es una mancha química, rara solo en su forma, que ocurrió durante el revelado de los negativos originales”. Esta opinión sería apoyada por el químico chileno Andrés Duarte, experto en análisis de imágenes, quien opinó que “creo que es un defecto de revelado. Es importante aclarar que un defecto de revelado no implica daño en la emulsión, de manera que la aparente ausencia de evidencias de daño no implica que no pueda haber un defecto de revelado.”

Como sea que fuere, el célebre caso del supuesto enanito, gnomo o extraterrestre que fue fotografiado en 1979 en el puente del Inca de Mendoza, y cuyo color por cierto no era verde, inspiraría a una joven banda de rock mendocina a bautizar a su grupo como “Los Enanitos Verdes”.

“Leyenda o realidad, un amigo nuestro que era periodista de una revista bautizó a nuestro novato grupo con el nombre de Los Enanitos Verdes de Puente del Inca, aunque después acortamos el nombre sólo a Los Enanitos Verdes. Con ese nombre comenzamos a presentarnos en 1983 y cuando grabamos y presentamos nuestro primer álbum. El resto es historia y cuando ya nos hicimos famosos en el extranjero, siempre nos preguntaban por nuestro curioso nombre y contábamos el caso de la fotografía del enanito en el Puente del Inca”, recordaría Marciano Cantero, líder y cantante de Los Enanitos Verdes.
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Hoy, más de 40 años más tarde, Juan Nobiltá, el autor de la controvertida fotografía del diminuto ser que supuestamente apareció en el Puente del Inca en Mendoza, reconoce que ese lejano episodio lo hizo acreedor de una fama nacional que no se esperaba. “Me decían: ‘Che, cuentero, qué andás haciendo vos con los platos voladores, con los ovnis’ … jaja. Pero la gente no fue escéptica. Cree en eso. Además, yo no la busqué, ¡vino sola!. Ahora, más de cuatro décadas más tarde, creo que es una foto verídica de un ser que estuvo ahí con los chicos y que apareció de una forma en que nadie hubiera imaginado”.

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