El Museo Británico (“The British Museum”), fundado en 1753 y ubicado en la ciudad de Londres, Inglaterra, es considerado el primer museo nacional en el mundo y uno de los más importantes de todo el orbe, recibiendo anualmente a 5 millones de visitantes. En su interior custodia más de ocho millones de objetos de todos los continentes, incluyendo antigüedades y obras orientales, egipcias, griegas, etruscas, romanas, chinas y europeas, como la valiosa sección dedicada al Antiguo Egipto, la más importante del mundo después de la del Museo Egipcio de El Cairo, y que incluye el cuerpo de un antiguo egipcio muerto hace 5.500 años, acurrucado dentro de una reconstrucción de su tumba de arena.

En un reportaje titulado “¿Hay fantasmas rondando por el Museo Británico?”, el prestigioso semanario inglés “The Economist” publicó un reportaje donde abordaba la presunta existencia de fenómenos paranormales dentro de las dependencias del Museo, cuyos funcionarios han reportado la ocurrencia de extraños sucesos en el interior del centenario edificio construido en 1852, como avistamientos espectrales, caídas repentinas de temperatura y ruidos de “raspaduras y gemidos de ahogados durante las horas de apertura”, las mismas que “pueden volverse desconcertantemente fuertes por la noche”.

Uno de los los funcionarios del Museo Británico, por ejemplo, relató a The Economist que “entré a la galería Sutton Hoo, que alberga tesoros de un barco anglosajón, entre ellos un casco de aspecto feroz que se cree que usó Raedwald, rey de East Angles, en el siglo VII. En una ocasión, un guardia echó el cerrojo a las puertas dobles y pasó a la siguiente habitación, sólo para que un operador de las cámaras de seguridad le informara que las puertas estaban abiertas de nuevo. Las imágenes del video de la galería las mostraban moviéndose espontáneamente”.

Otro de los fenómenos que suele repetirse de manera inexplicable en algunas partes del museo son los repentinos bajones de temperatura. “A veces es un descenso repentino de la temperatura, como las inquietantes manchas de aire frío que permanecen junto al toro alado de cabeza humana de Nimrud en la entrada de las galerías asirias”, relató el mismo funcionario.

The Economist también informó que una vez “una noche un guardia de seguridad pasaba por las galerías africanas del sótano y se detuvo un momento ante la figura de un perro de dos cabezas. El guardia creía que el fetiche congoleño de madera del siglo XIX, erizado de toscos clavos de hierro, poseía algún poder misterioso. En esta noche en particular sintió una compulsión irresistible de señalarlo con el dedo. Mientras lo hacía, las alarmas contra incendios en la galería se dispararon. A los pocos días el guardia volvió a la galería con su hermano, quien también señaló al perro de dos cabezas. De nuevo sonaron las alarmas”.

Noah Angell, un artista estadounidense que ha estado investigando desde el 2016 los extraños fenómenos paranormales que se producen en el Museo Británico, entrevistando a más de 50 testigos, relató en The Economist que en la galería Clocks and Watches una vez una pareja holandesa que visitaba el museo tomó una fotografía del galeón mecánico, un modelo de barco de cobre dorado y hierro de la Alemania del siglo XVI, sólo para encontrar, reflejado en la vitrina, “la aparición de una enana vestida con un traje del siglo XVI a la que le faltaban mechones de cabello y les devolvía la sonrisa”.

El medio británico también relató que, una vez, “alrededor de las 3 de la madrugada, se activó una alarma en un baño para discapacitados y un par de guardias se apresuraron a verificar qué estaba pasando. Nada parecía estar mal hasta que un guardia recibió una llamada de un operador de las cámara de seguridad, quien dijo que grandes bolas de luz blanca flotaban sobre una escalera en el Gran Patio y se perseguían por el aire. ´No podemos ver nada´, respondió el guardia de seguridad. ´Están a tu alrededor´, respondió el operador de las cámaras. El guardia que se encontraba entre las bolas de luz se preguntó si podrían estar conectados con una de las exhibiciones: una puerta blanca de hierro forjado del campo de concentración de Buchenwald que tenía el lema ´Jedem das Seine´ (‘A cada uno lo que se merece’). ´Creo que estos objetos contienen energía y producen estos extraños fenómenos’, dijo el guardia”.

Noah Angell comentó que “la mayoría de las personas de las que he recopilado estas historias, gente de servicios de visitantes y seguridad, no se identifican como creyentes en fantasmas. En su mayor parte son tipos de clase trabajadora y no arman un escándalo a menos que esté pasando algo realmente serio. Pero en lo que todos parecen estar de acuerdo, es que algunos de los antiguos objetos del Museo Británico contienen energía”. El investigador concluyó que la mayoría de los funcionarios del Museo Británico parecían estar ya acostumbrados a este tipo de situaciones paranormales, aunque de vez en cuando ocurren ciertos sucesos inesperados que siguen sorprendiendo incluso a los más veteranos.