La Elevación de los Pupilos: Dos trilogías de ciencia-ficción dura

A lo largo de seis tomos, David Brin construye un orden estelar que es amenazado por la ya mítica raza de los Progenitores.

Guía de: Literatura Fantástica

Dentro del mundo literario de la ciencia-ficción, no son pocas las sagas que se disputan la atención de los lectores. Basta pensar en la ineludible Fundación, de Isaac Asimov; los seis títulos que componen el ciclo original de Dune; Hyperion, la tetralogía de Dan Simmons; o la épica trilogía marciana de Kim Stanley Robinson, que narra la conquista del Planeta Rojo a lo largo de diferentes generaciones.

Navegante Solar

Foto: La Factoría de Ideas

En esta verdadera galería de títulos y autores, hay un lugar destacado para David Brin, responsable de dar vida a su serie de la Elevación de los Pupilos, ganadora de los premios Hugo, Nébula y Locus. Y que si bien se publicó en castellano entre fines de los años ’90 y comienzos de la siguiente década, todavía se puede encontrar en algunas librerías.

Durante los ‘80 este autor se forjó su prestigio gracias a sus dotes narrativas, su licenciatura en Física y posterior doctorado en Astrofísica. De esta forma, David Brin, que trabajó como colaborador en la Universidad de California en San Diego y fue consultor de la NASA, logró dar un nuevo impulso a la ciencia-ficción basada en antecedentes científicos duros. Basta recordar su participación en la Segunda Trilogía de la Fundación.

La serie nació a partir de una primera trilogía compuesta por “Navegante Solar” (reeditada hace poco por La Factoría de Ideas), “Marea Estelar” y “La Rebelión de los Pupilos”. A lo largo de estos tres títulos, Brin presenta un universo plagado de extrañas razas que tienen en común la creencia de que las especies más evolucionadas tutelan el ascenso —o elevación— de los pupilos, que son razas más jóvenes e inexpertas, a través de la influencia cultural y la manipulación genética.

Sin embargo, este esquema ancestral que se remonta a los ya míticos Progenitores —la primera raza que elevó a otra hace dos mil millones de años— se ve quebrado por los seres humanos, una especie que aparentemente alcanzó la tecnología para viajar por el espacio y hacerse un lugar dentro del contexto galáctico sin la ayuda de otra raza superior. Aunque algunos sospechan que los misteriosos rothen son los perdidos instructores de los terrestres.

Esta primera trilogía tiene como eje narrativo las desventuras de la nave terrestre Streaker, perseguida por diferentes razas que sospechan que transporta reliquias de los Progenitores, y cuya existencia en muchos casos pondría en peligro sus propias creencias.

La segunda, inaugurada con “Arrecife Brillante” (Ediciones B, 1998), está centrada en el planeta Jijo, un mundo vedado a la colonización. Pero que en forma ilegal, a lo largo de 200 años, se ha convertido en un refugio para fugitivos provenientes de los diferentes mundos que componen el orden político de las Cinco Galaxias.

La Costa del Infinito

Foto: Ediciones B

Y que a diferencia de sus hermanos de raza —enemistados en muchos aspectos—, en Jijo los refugiados han desarrollado una cultura propia y compleja basada en la cooperación y la tolerancia multiétnica. Una sociedad no exenta de mitos, como el que habla del día en que esa paz y seguridad se rompan para siempre.

La llegada del Streaker, escapando de sus numerosos y despiadados perseguidores, pone a prueba a esta civilización. Así, con la unión de estos dos hilos argumentales comienza “La Costa del Infinito”, segunda entrega que introduce mayores cuotas de acción que el primer título.

El desenlace de esta saga está dado en “Los Límites del Cielo”, donde se produce la lucha frontal por repeler la amenaza externa y así salvar a Jijo. Pero el lector también encuentra respuestas a incógnitas sobre el contenido del Streaker y el destino de los Progenitores.

A lo largo de esta segunda trilogía, Brin describe detalladamente un complejo y numeroso panorama de personajes y razas. Al punto que el lector se enfrenta reiteradamente con parlamentos escritos en primera persona singular, primera personal plural o incluso tercera persona, como una forma de diferenciar a los personajes humanos y no humanos.

Así, Jijo es el escenario en el que neodelfines (cetáceos cuya inteligencia ha sido aumentada artificialmente por el hombre) como Kaa aprenden a convivir con criaturas tan diferentes como los hoons, qheuens, traekis y urs, sin mencionar a los temidos jophurs. Y por supuesto, con los humanos.

La Serie de la Elevación de los Pupilos es una obra que merece ser leída en orden, título a título. Aunque cada libro puede ser comprendido como una obra en sí misma.

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