Para muchos, el año comenzó bastante mal cuando George R.R. Martin anunció que no alcanzaría a publicar “The Winds of Winter” ―el esperado sexto libro de su mundialmente famosa saga Canción de Hielo y Fuego―, antes de que HBO estrene la nueva temporada de Juego de Tronos en abril próximo.

No es fácil construir la trama de una novela de fantasía épica y mucho menos una serie que considera siete títulos. Sin embargo, vale la pena recordar que a pesar de sus millones de seguidores, Martin no es el único nombre consagrado de este género. Y que existen otros autores que también han escrito ―y siguen escribiendo― historias fascinantes de igual complejidad.

“Las naves de la magia” es el inicio de una de las trilogías más importantes de Robin Hobb.

Precisamente, es el caso de la escritora  estadounidense Margaret Ogden, quien con el nombre de Robin Hobb ha escrito numerosas obras que además se han ido conectando entre sí, construyendo un universo dinámico y fascinante. Como es el caso de la llamada Trilogía del Asesino, ovacionada por la crítica y los lectores.

Una de esas grandes obras es su trilogía de Las Leyes del Mar, publicada en inglés a fines de la década de los ’90 y cuyo primer título, “Las naves de la magia” (Plaza & Janés, $ 16.000), vuelve a las librerías nacionales tras varios años de ausencia.

A lo largo de sus 744 páginas, nos adentramos en una lejana costa al sur de los Seis Ducados. Allí se erige Mitonar, un cosmopolita polo de comercio en manos de una antigua nobleza mercante, la cual ha acumulado poder y riqueza gracias a sus navíos vivientes. Enormes embarcaciones construidas con troncojuro, la valiosa “madera viviente” que solo se puede encontrar en los Territorios Fluviales y que es uno de las mercancías más preciadas de este mundo.

De esta forma, los barcos fabricados con estas invaluables maderas tienen la capacidad ―al igual que cualquier otro ser viviente― de crecer y desarrollarse, hasta alcanzar un estado de conciencia real y establecer vínculos emocionales con sus dueños.

Una de estas familias de constructores son los Vestrit, dueños del navío “Vivacia”, que se convertirá en el eje de una verdadera tormenta de envidias y conspiraciones. Por una parte, para Althea Vestrit, este barco representa su legítima herencia, pero que le ha sido negada. Mientras que para Wintrow, sobrino de Althea, la embarcación será la responsable de que él deba abandonar sus estudios religiosos y tenga que servir a bordo.

Pero Althea no es la única que desea poner sus manos sobre “Vivacia” y a medida que avancen las paginas, iremos conociendo nuevos actores de una trama que sorprenderá a los lectores, haciéndolos devorar las páginas de “Las naves de la magia”.

La trilogía se completa con “Las naves de la locura” y “Las naves del destino”, que ya están traducidas y que en los próximos meses llegarán a las principales librerías del país. En otras palabras, una oportunidad imperdible para conocer o regresar a la privilegiada pluma de Robin Hobb, quien actualmente trabaja en una nueva trilogía: “The Fitz and the Fool”.