“Los Cazahuesos”: Lo más entretenido de la saga de Malaz… hasta ahora

Steven Erikson se toma un respiro y, primero, desarrolla más a sus personajes en este nuevo libro y luego los involucra en una vorágine de acción que deja sin aliento.

Debo reconocer que al leer los libros de Malaz, de Steven Erikson, no siempre me va bien. A veces me ahogo un poco entre lo apabullante de sus historias y los cientos de personajes que las desarrollan. En varias oportunidades me he encontrado con historias enteras que me han parecido ambiciosas en extremo, generando una lectura compleja.

Malaz-Los Cazahuesos

Esta sexta entrega de la saga Malaz. El Libro de los Caídos, tiene 864 páginas.

Hoy, no obstante, puedo decir con agrado que “Los Cazahuesos” (Océano-La Factoría de Ideas, $ 23.820), la sexta entrega de la saga, no me provocó esa sensación; todo lo contrario. Pese a la gran cantidad de páginas del libro —nada raro en esta serie— me fue imposible dejar de leer siquiera un momento.

Personalmente, considero que “Los Cazahuesos” no es una novela que tenga un nudo central fuerte, como suele ser en el resto de las entregas de Malaz, donde usualmente hay un relato muy preponderante, algunas historias de mediana importancia y otras que parecen no tener ninguna en el desarrollo de la trama.

Por momentos, el autor nos lleva a creer que el escape del ejército de rebeldes —encabezados por el legendario general Leomán de los Mayales— y la infatigable persecución de estos que lleva a cabo el ejército imperial malazano, es la trama central. Pero de ahí, poco a poco, nos lleva a girar nuestras miradas hacia otros objetivos.

Por extraño que parezca, esto no me parece malo. La razón es que Erikson, esta vez, es bastante equitativo a la hora de desarrollar sus historias y personajes, logrando ―desde mi perspectiva―, despertar interés por tramas que nunca antes me habían parecido atractivas.

En concreto, ahora logré conocer a los personajes y comenzar a preguntarme con curiosidad sobre los misterios que encierra el mundo de Malaz y disfrutar, además, de un sello de este autor: el humor con el que matiza las situaciones más terribles, por ejemplo, en una extenuante campaña militar por el desierto.

Al contrario de los anteriores libros, me parece que esta vez todo aporta a la historia y a seguir leyendo sin cesar, aunque a veces pareciera que Erikson se está tomando una pausa. De hecho, he escuchado a algunos fans decir que “pasa poco en el marco de la trama de la saga completa”, pero yo, al revés, considero que el escritor está reordenando sus piezas en el tablero y dándoles más sentido.

Por lo demás, aunque la primera mitad del libro es más pausada, dedicada a observar a los personajes, la segunda se torna vertiginosa, con escenas de asedios, persecuciones y situaciones desesperadas que parecen no tener fin. La acción es trepidante y logra dejar al lector sin aliento. No me había pasado antes con Malaz.  Y en ese contexto, destaco todas las apariciones de Karsa Orlong, Icarium, Apsalar, Cotillion y Tronosombrío.

En mi opinión, el libro más entretenido de Malaz, hasta ahora.

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