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Miguel Ángel, el “vidente” transexual que remeció a Chile

En 1983 un drogadicto aseguró que la Virgen María le habló en un cerro de Peñablanca, lo cual fue desestimado por la Iglesia, dejando en evidencia una errática existencia de un joven alcoholizado y travestido.

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La vida de Miguel Ángel Poblete no había sido nada fácil. Tras ser abandonado por su madre a las dos semanas de vida, su niñez y adolescencia transcurrió en diversos hogares de menores, desde donde escapaba con regularidad para entregarse a las drogas y la vagancia.

El 12 de junio de 1983 el joven, que se encontraba viviendo por ese entonces en la comuna de Villa Alemana, subió con dos amigos al cerro El Membrillar de Peñablanca para drogarse y aspirar neoprén. En esa ocasión Poblete sufrió varias convulsiones antes de caer desmayado. Cuando despertó aseguró a sus compañeros que había hablado con la Virgen María.

Miguel Ángel

Foto: El Mercurio

Una profesora de Quilpué escuchó su historia y comenzó a rodar la bola. La noticia se fue esparciendo rápidamente y entre los años 1983 y 1988 el país casi se paralizó por las presuntas apariciones de la Virgen, llegando a reunirse más de cien mil personas en el cerro y sus alrededores. El presunto vidente, que entraba en estados de éxtasis místico, lloraba sangre y hablaba en un idioma desconocido, aseguraba que recibía continuos mensajes de la Virgen relativos a la situación religiosa y política de Chile.

Rol de la Iglesia

La Iglesia Católica investigó concienzudamente estos hechos y descartó que las apariciones marianas fueran auténticas. Poblete no sólo era un reconocido drogadicto, sino que los psicólogos que lo habían atendido en los hogares de menores explicaron que su personalidad era tornadiza, fría, calculadora e histriónica. Además, los supuestos milagros que él veía, como luces en la noche o figuras en el cielo, no pudieron ser vistos por los investigadores.

Fue bastante vox populi que el régimen militar, que gobernaba Chile por ese entonces, aprovechó el revuelo causado por el vidente para distraer la atención de las primeras protestas contra Pinochet. Las autoridades militares de Valparaíso llegaron a disponer de buses del ejército para que los peregrinos fueran a Villa Alemana, a fines de 1984. Ello incrementó las suspicacias, aunque Poblete siempre negó haber recibido presiones en tal sentido. Lo único cierto es que en un lapso de cinco años, éste aseguró que había sostenido nada menos que 480 encuentros con la Virgen.

El extravagante comportamiento de Miguel Ángel Poblete (una vez salió dentro de un pastel gigante para celebrar el cumpleaños de la Virgen) lo alejaron de sus seguidores y con el tiempo el mundo lo fue olvidando. Sólo en el 2002 salió de nuevo a colación, ya desacreditado como vidente, cuando la prensa descubrió que se había convertido en mujer (se había implantado senos, tomaba hormonas y se hacía llamar Karol Romanoff).

Chile me mató porque me llevaron a un mundo de nada, a un mundo que yo no quería. Me usaron y después me abandonaron“, confesó en esa oportunidad.

La muerte finalmente sorprendió a Miguel Ángel Poblete en el 2008, alcoholizado y con cirrosis, rodeado por unos pocos seguidores de su congregación religiosa llamada “Los Apóstoles de los Últimos Tiempos”, en una casa de campo rodeado de animales.

Ahora Miguel Ángel Poblete, el ex vidente de Villa Alemana, es recordado como un personaje triste y simbólico, pero bastante icónico de una época chilena. Su caso ha inspirado varios libros e incluso una película.

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