El músico y cantante norteamericano Iggy Pop, ex vocalista de The Stooges, es considerado uno de los frontman más importantes e influyentes de la historia del rock, debido a su voz, actitud y audacia escénicas, que le granjearon el apelativo de el “Padrino del Punk”.

Iggy Pop.

Admirador de cantantes como James Brown, Jim Morrison y David Bowie, quienes lo inspiraron a depurar su actitud sobre los escenarios, Iggy Pop conoció a un joven Kurt Cobain y sus compañeros de Nirvana en 1990, gracias al fotógrafo Michael Lavine, quien los había fotografiado ese mismo año, cuando todavía no eran masivos y ya habían lanzado su álbum “Bleach”.

Iggy Pop recordaría que “la primera vez que vi a Nirvana fue en el Pyramid Club, en Nueva York. No era conocido por tener bandas en vivo, sino por el travestismo y el baile. Yo tenía un amigo fotógrafo (Michael Lavine), y me dijo: ‘Hay una banda de Seattle que tienes que ver. ¡Van a tocar en el Pyramid!’. Se podía oler el talento de Kurt Cobain. Tenía ese tipo de alguien delicado y pequeño. Estaba saltando y lanzándose en cada tema. Había una especie de troll diabólico sobre su guitarra, pero escuchabas el poder gutural de su voz. Al final de la presentación, se aventó a la batería. Fue una, de tal vez 15 presentaciones, que he visto donde el rock & roll es muy, muy bueno. Después de eso, compré el ‘Bleach’, y lo escuchaba en Europa y Asia cuando estaba de gira. Todavía me gusta mucho ese disco, pero había una canción, ‘About a Girl’, que no es igual al resto del álbum. Sonaba como si alguien le diera Thorazine a The Beatles. Y pensé: ‘Si hacen un disco lleno de eso, van a ser realmente ricos’. Y así fue”.

La fotografía de Iggy Pop , Kurt Cobain y Kris Novoselic tomada el 29 de mayo de 1991 en Jabberjaw, Los Ángeles, California.

Iggy Pop agregó que “conocí a Kurt en un club en Los Ángeles justo antes de que el álbum ‘Nevermind’ saliera. Nos tomamos una foto y me dijo: ‘¡Vamos a enseñarles el dedo!’. Así lo hicimos. Compré el ‘Nevermind’ y pensé: ‘Este disco realmente lo tiene todo’. Nirvana logró dinamismo. Te llevaba hacia abajo, arriba, y cuando oprimen un determinado botón, te llevan más allá. Rockearon sin prisas y arreglaron melodías sin ser insípidas. Fue emocionante sin sonar cursi o débil”.

Iggy Pop añadió que “algún tiempo después, Kurt me trató de contactar. Perdí su llamada, pero mi esposa tomó el mensaje: ‘Kurt Cobain quiere entrar al estudio contigo’. Mira, ahora tengo 113 años; tenía unos 72 en los años 90′, por lo que me iba a dormir como a las 10:00 de la noche y él llegaba alrededor de las 11:00. Le llamé un par de veces. El número era del hotel Four Seasons de Los Ángeles, y me hubiera gustado tener respuestas como: ‘El Sr. Cobain no ha salido de la habitación durante tres días’ o ‘El Sr. Cobain está en la cama’. En cuanto a su legado: él era Johnny B. Goode. El último ejemplo que puedo pensar, dentro del rock & roll, en el que un chico pobre y sin familia, de una pequeña zona rural, ocasionó una explosión emocional seria en un mundo juvenil significativo. No fue hecho en Hollywood. Estaba muy anclado en sus raíces. Alguien que no era nadie ni de ningún lugar apareció y puso el dedo sobre el mundo. Quizás lo puso justamente sobre su herida”.

Iggy Pop concluyó que “es una pena que este muchacho no haya podido disfrutar su vida y de disfrutar más de su tiempo en la tierra. Yo creo que eso pasó por la gente con quienes se juntaba y no me refiero sólo a su esposa, sino a todo el mundo a su alrededor. Él hizo tanto dinero para tanta gente que se volvió muy valioso demasiado pronto, así que tengo tuvo morir. Así es este negocio, no fue nada placentero”.