Durante la gira que en 1993 el grupo Depeche Mode hizo para promocionar su álbum “Songs of Faith and Devotion”, el famoso fotógrafo y cineasta holandés Anton Corbijn, autor de varias de las portadas de álbumes del grupo y quien también dirigió el famoso videoclip del single “Enjoy The Silence”, le tomó una significativa fotografía al cantante David Gahan, quien por entonces pasaba por un pésimo momento profesional y personal, debido a su adicción a la heroína.

David Gahan.

La fotografía tomada por Corbijn en cuestión mostraba a David Gahan tirado en la cama de un hotel de Alemania, profundamente dormido, con la barba y el cabello largo, luciendo muy delgado y con pequeñas heridas en el torso y brazos que él mismo se había autoinflingido en una de sus tantas crisis de drogas.

En la página de Facebook “Depeche Mode Fans Italy”, una usuaria llamada Catherine Roussel, tras publicar la mencionada fotografía en esa red social, hizo un lúcido análisis de aquella fotografía en un artículo que tituló “Una imagen que vale mil palabras”:

“Esta foto me hizo sentir incómoda, no me gustaba. Lo encontré demasiado escenificado, demasiado crudo, demasiado cliché. Lo sobrevolé varias veces sin pensar en ello. Y me encontré con una entrevista con Anton Corbijn. Anton cuenta lo que sabemos hoy sobre David en 1993: drogas, confinamiento en habitaciones de hotel, momentos de lucidez, crisis, tensiones con los demás miembros del grupo. Anton se había convertido en miembro del grupo. Pasó desapercibido y él mismo acabó haciéndose fotos en el acto, sin escenografía, como hacemos en vacaciones o en familia, por el ambiente o el recuerdo. Un día ve a David durmiendo después de un concierto en Frankfurt, con los brazos extendidos, abandonado al sueño. Encuentra hermosa la pose (involuntaria) y le hace pensar en una representación de Cristo. Él toma la foto. Al revelarlo, la intensidad de lo que había capturado se le aparece aún más deslumbrante. Todo lo que estaba pasando David estaba ahí, en su cuerpo dormido: las ojeras, la delgadez, los rasguños autoinfligidos, en total abandono”.

La fotografía de David Gahan tomada por Anton Corbijn en 1993.

La usuaria agregó que “esta anécdota me llamó la atención y entendí por qué había rechazado esta foto: no era ni escenificación, ni cruda, ni cliché, sólo la expresión de la realidad. No hay necesidad de palabras cuando una sola imagen dice tanto. Esta realidad que descubrí era mucho más intensa de ver que de leer. Y aún sabiendo que todo terminó bien (a pesar de las dificultades), mi hipersensibilidad sólo pudo arrojarme violentamente a esa habitación de hotel en 1993 con un sentimiento de profunda tristeza. Esta foto es para mí una de las más bonitas de Anton y agradezco a David que lo haya autorizado a publicarla mucho más tarde, cuando tuvo la retrospectiva de aceptar ver lo que había vivido. Esta foto es parte de su historia y construyó al hombre en el que se convirtió más tarde”.