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Lipidosis Hepática Felina: Una complicación en enfermedades crónicas

La Lipidosis Hepática es una complicación frecuente en gatos que cursan cualquier tipo de enfermedad de varios días de curso. Lo importante es estar atentos, para tratarla a tiempo.

Para los propietarios de mascotas, especialmente gatos, no debe ser novedoso el hecho de que una enfermedad “X”, que estaba evolucionando lenta, pero positivamente, de pronto tenga una complicación extra, la cual ha sido explicada por su Médico Veterinario como una falla o problema en el Hígado.

Esta condición suele darse en enfermedades crónicas (de curso de varios días) o enfermedades agudas pero que tienen el común denominador de que los gatos sufren de anorexia (no quieren comer) o hiporexia (comen pero en cantidades insuficientes) durante varios días.

En algunos gatos, la anorexia es la causa de esta condición. En otros, es el resultado de ella. El 90% de los gatos que la sufren, previamente presentaban algún grado de obesidad.

Lipidosis

Foto: mascotas.facilisimo.com

El 90% de los gatos que la sufren, previamente presentaban algún grado de obesidad.

La Lipidosis Hepática es la enfermedad de hígado más frecuentemente diagnosticada en gatos, seguida de la Colangiohepatitis.

Lo que sucede aquí, en resumidas cuentas, es que por una condición dada, existe un aumento en el retorno de lípidos hacia el hígado, el cual no sintetiza demasiado hacia circulación. Esto hace que, entre otras causas moleculares, se deposite la grasa en el hígado (muy parecido al Hígado Graso del ser humano), lo cual hace que éste no funcione adecuadamente.

Se ve un agrandamiento clínico palpable del hígado, un aumento violento de la circulación de bilirrubina, lo cual hace que un signo clásico sea la ictericia (color amarillo de mucosas, ojos e incluso piel). Hay una manifiesta pérdida de peso, deshidratación y prolongamiento de la anorexia, lo cual hace que el cuadro se convierta en un círculo vicioso.

La circulación de la bilirrubina por el organismo tiene un carácter de cierta toxicidad, por lo que el paciente debe ser estabilizado y observado en hospital durante un tiempo prudente, hasta que se vea una evolución realmente positiva del cuadro.

Una vez que el paciente con Lipidosis Hepática es estabilizado durante las primeras horas de hospital, se debe iniciar un tratamiento agresivo nutricional, con alimentación forzada. Para ello se recomienda la colocación de una sonda esófago-gástrica. A través de ella se establece una alimentación rica en proteínas.

El Médico Veterinario, junto con esto, suplementará los medicamentos y los nutrientes que sean esenciales para el gato, dada la enfermedad que está presentando.

El éxito del tratamiento de la Lipidosis Hepática varía de 60 a 80%, dependiendo del momento del diagnóstico y de la agresividad del tratamiento. Sin embargo, el éxito total del tratamiento dependerá de la enfermedad concomitante.

La Lipidosis Hepática es una complicación esperable de las enfermedades crónicas en pacientes felinos, hospitalizados, o no; pero tiene, en general, una buena respuesta al tratamiento, siempre y cuando sea el adecuado y el oportuno.

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