• Gilberto Godoy, ex Guía de Mascotas
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Hace unos días atendí a una persona que me contó que había sufrido una severa inflamación ocular cuando niño, lo cual hizo que, finalmente, tuviesen que extraérselo. Ahora posee una prótesis. Me dijo que hace poco tiempo habían llegado a la conclusión de que lo que tuvo fue a consecuencia de Toxocara cati, un parásito de los animales domésticos que puede ser transmitido al ser humano. Eso es una Zoonosis.

En los animales, los parásitos gastrointestinales pueden provocar trastornos como vómitos, diarrea, hemorragia, obstrucción intestinal, pérdida de peso, abdomen abultado y menor crecimiento.

En los humanos, los parásitos zoonóticos generan problemas dependiendo del estado del parásito, de la vía de entrada, de la edad de la persona y de su estado inmunitario y de la carga parasitaria (cantidad de parásitos). Los signos pueden ir desde subclínicos (no evidentes) hasta ceguera o, en casos extremos, la muerte.

Los más perjudicados con las zoonosis son generalmente los niños pequeños, ya que cuidan menos su higiene y suelen tener un contacto mucho más directo con sus mascotas. Las personas inmunodeficientes también corren un alto riesgo.

Los parásitos intestinales (huevos y larvas) están en todas partes. Los cachorros, prácticamente nacen con los parásitos, los cuales se van desarrollando en el tiempo y, además, los siguen adquiriendo.

Algunas formas parasitarias son muy resistentes y pueden vivir en la tierra por muchos años, por lo que se hace sumamente difícil el control de estos.

Los parásitos pueden ingresar al organismo a través de la ingesta accidental de huevos o larvas o bien a través de la piel desnuda en contacto con tierra contaminada. Las formas de contagio son bastante probables.

Cuando las mascotas son muy jóvenes, por lo general tienen un estado inmunitario menos capacitado, por lo que eliminan gran cantidad de huevos por sus deposiciones. El contacto de las deposiciones con la piel que luego los mismos animales se lavan o cuando se acicalan unos a otros, hacen que la contaminación sea mayor mientras más animales están presentes, obviamente si no existe un manejo sanitario al respecto.

Cuando las mascotas salen a jugar a la calle o al parque también corren el riesgo de adquirir parásitos, ya que abundan otros animales por esos sectores, muchos callejeros, sin manejo de ningún tipo.

Los parásitos más comunes que pueden considerarse zoonosis en nuestro país son: Ascáridos, Ancilostomas, Tenias (Dipylidium y Echinococcus) y Tricúridos.

Desparasitar

Por ello, se recomienda la Desparasitación Estratégica Rutinaria, que es ampliamente utilizada.

Una forma establecida dice que se desparasita a los cachorros cada 15 días con un antiparasitario, generalmente, líquido y especial para animales jóvenes. Luego, después de los 3 meses, se desparasita 1 vez al mes. Hay quienes comienzan, inmediatamente desde los 4 meses u, otros, desde los 6 meses a desparasitar con comprimidos que poseen la suma de drogas antiparasitarias y que se mantiene, de por vida, cada 3 o 4 meses.

La dosificación de los antiparasitarios siempre depende de la condición inmunitaria y del peso del paciente.

En ocasiones, la Desparasitación Estratégica no es suficiente y se requiere un examen, solicitado por su Médico Veterinario, para realizar una Desparasitación Terapéutica, en la que puede variar la dosificación y/o la frecuencia del medicamento o, en otras circunstancias, el fármaco.

Con esta Desparasitación Estratégica logramos eliminar los parásitos existentes y eliminar los parásitos antes que puedan reproducirse.

Con ello, reducimos la contaminación ambiental, reducimos el riesgo de contagio (zoonosis) y reduce la reinfestación en animales de compañía.

Por eso y mucho más, desparasite constantemente a su mascota.