10 mitos instalados como ciertos por el cine que jamás podrían ocurrir en la vida real

Explosiones en el espacio y bestias que aumentan de tamaño son cosas imposibles, según la física y la ciencia. Revisa más ejemplos.

Guía de: Mitos y Enigmas

El cine, desde sus orígenes, se ha acostumbrado a mostrar ciertas cosas increíbles en la pantalla grande, cosas insólitas que de tan repetidas se han ido instalando en nuestra mente hasta el punto de parecernos perfectamente posibles.

Mitos falsos del cine

Por ello, a lo largo de la historia del Séptimo Arte, no son escasas las películas que, debido a simple ignorancia o en forma de licencia artística y creativa, dan por hechas ciertas cosas reñidas con las leyes de la física y de la biología para ofrecer una historia atractiva y verosímil, especialmente en el caso de todas aquellas superproducciones que cuentan con imaginativos guionistas y generosos presupuestos.

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El director francés Jean-Luc Godard aseguró una vez que “el cine no es un arte que filma vida, pues el cine está entre el arte y la vida”. Por lo mismo, bajo ese concepto hemos sido testigos desde hace décadas de varios mitos que el cine ha instalado, mitos que sencillamente no podrían existir jamás en la vida real. Aquí van 10 de los más conocidos.

1) Cine: Se puede sobrevivir a una caída en el agua desde gran altura

Realidad: Los expertos consideran que una caída a más de 130 kilómetros por hora sobre el agua es fatal, consignando que una persona media cae a más de 190 kilómetros por hora después de sólo 60 metros de caída.

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La velocidad terminal (VT), un factor ligado intrincadamente a cualquier cálculo sobre supervivencia desde grandes alturas, es la máxima velocidad en caída libre que un humano puede alcanzar en el aire. Una vez que se alcanza la VT, sin importar la altura desde la que una persona caiga, esta no se incrementará a medida que descienda hacia el suelo. Aunque existen algunas disputas sobre su valor, la VT de un humano se cree que es de aproximadamente 325 Km/h.

Según Linn Emrich, autor del libro “The Complete Book of Sky Sports”, una persona de 77 kilos podría alcanzar la velocidad terminal después de 14 segundos. A esa velocidad caería 3.048 metros en un minuto (Los famosos clavadistas de Acapulco ni siquiera se acercan a esos 14 segundos en el aire, por eso pueden zambullirse en el agua después de lanzarse desde un gran acantilado y sobrevivir).

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Si bien muchos creen que si una persona cae desde una gran altura sobre el agua, tiene grandes chances de sobrevivir debido a que el agua sería una especie de colchón acuático, en estricto rigor caer desde una gran altura sobre el agua equivaldría a experimentar un fuerte impacto que podría acarrear serias lesiones e incluso la muerte, especialmente tomando en cuenta el hecho de que la desaceleración al chocar con el agua sucede en más o menos 1 segundo.

2) Cine: En el espacio se producen fuertes explosiones de fuego

Realidad: Algunas sagas legendarias del cine, como Star Wars, nos han mostrado hasta el hartazgo que las explosiones de naves espaciales y de planetas generan grandes y ruidosas bolas de fuego en el espacio, pero pocos saben que en el espacio no hay oxígeno y, por lo tanto, no hay combustión (sin una cantidad de oxígeno suficiente que alimente el fuego en el espacio, solo veríamos un breve flash de luz). De allí que sea imposible que se produzcan llamas, fuego o explosión alguna en el espacio, porque para que haya combustión se necesita oxígeno, aunque las estrellas sí que explotan, pero no por combustión, sino por fusión de hidrógeno.

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Por otro lado, el sonido de la explosión no se transmite en el vacío, pues el espacio es el lugar más silencioso. No hay materia y, por lo tanto, el sonido no se transmite. Por ello, a juicio de los entendidos, las películas con escenas rodadas fuera de las naves espaciales deberían ser mudas, tal como ocurre en la cinta “2001: una odisea del espacio” (1968), de Stanley Kubrick, una de las pocas películas de ciencia ficción que respetó esta ley natural, pues en las escenas rodadas fuera de la nave sólo se oye la respiración del astronauta (y la famosa banda sonora de Johann Strauss puesta por el propio director).

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Fotograma de la película “2001: Una Odisea en el espacio” (1968).

Por las mismas razones que no pueden explotar en el espacio, las naves espaciales tampoco pueden hacer piruetas ni quedarse paradas si se apaga el motor, pues no hay fricciones, ya que el concepto de inercia no existe. Por otra parte, en la clásica película de ciencia ficción “El imperio contraataca” (1980), el Halcón Milenario pilotado por el intrépido contrabandista Han Solo hacía todo tipo de zigzagueos para eludir a la temida flota imperial y evitar chocar contra una nutrida tormenta de asteroides, pero en realidad en el espacio existen kilómetros de distancia entre un asteroide y otro, por lo que la probabilidad de colisión con uno de ellos es remota.

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3) Cine: los rayos láser son visibles

Realidad: Los rayos láser precisan de materia sólida para que sean visibles. Por ello, las famosas espadas láser o sables de luz que usan los caballeros Jedi en “Star Wars” son, a juicio de los científicos, una incongruencia, porque la luz del láser precisa materia sólida para que sea visible (no simplemente aire). Una prueba muy sencilla para demostrar esto es el siguiente experimento: si con el borrador golpeamos suavemente una pizarra varias veces, se desprenderá polvo de tiza. Si en ese momento hacemos que un rayo de un puntero láser atraviese la nubecilla, veremos cómo el rayo láser se puede materializar y, por tanto, se puede ver. De otra manera, es invisible a los ojos humanos.

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4) Cine: Animales y criaturas pueden aumentar y disminuir de tamaño

Realidad: Muchas cintas de ciencia ficción y cine B nos han mostrado simios, arañas, lagartos y personas como si fueran gigantes, pero que no pueden existir bajo ningún parámetro científico. La explicación reside en la llamada ley cuadrado-cúbica, enunciada por Galileo Galilei en el siglo XVI, que describe la relación entre volumen y área de un cuerpo a medida que aumenta o disminuye su forma o figura y que establece que en un determinado campo gravitatorio hay un tamaño máximo para cualquier cuerpo.

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Según la ley cuadrado-cúbica, cuando a un objeto físico, manteniendo la misma densidad, se le agranda, su masa se incrementa por el cubo del multiplicador, mientras que su superficie sólo aumenta por el cuadrado de dicho multiplicador, es decir, cuando el objeto final se acelera al mismo ritmo que el original, más presión se ejerce sobre la superficie del mismo. Esto significa que por más gigantesca que sea una hormiga, sus patas, aunque sean proporcionales al tamaño, no podrían aguantar el peso en un planeta con una fuerza de gravedad como la Tierra, por mucho que se hayan estirado. Así como un elefante enano se arrastraría y no podría caminar debido a su peso.

5) Cine: Los cuerpos humanos explotan si son expuestos al vacío del espacio

Realidad: Nuestra piel es una barrera natural contra una descompresión explosiva, por lo que si un astronauta se llegara a quitar el traje en el espacio moriría asfixiado, congelado o achicharrado, pero de ningún modo explotarían sus órganos.

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6) Cine: las balas pueden tumbar a una persona y hacerla caer despedida varios metros hacia atrás debido a su potencia

Realidad: si bien en cintas como “Matrix” o “Django desencadenado”, el pistolero de ocasión puede disparar con un arma a una persona y tumbarla, ocasionando un cinematográfico desplazamiento hacia atrás (como si a la víctima le hubieran dado una violenta patada de karate), en realidad el escaso peso y la baja energía cinética de las balas ocasionará que, como mucho, el sujeto caerá atrás sin mover los pies del suelo. Como las masas de las balas oscilan entre los 6 y 10 gramos, con una velocidad que suele variar entre 300 y 600 m/s, que se va amortiguando al atravesar el cuerpo de la persona -porque el propio cuerpo absorbe una parte de la escasa energía cinética de la bala-, la posibilidad de que quien sufra el impacto de una bala salga despedido violentamente hacia atrás es prácticamente nula.

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Por otra parte, las balas tampoco causarán chispas cuando chocan ya que son de plomo y no, por ejemplo, de acero.

7) Cine: el malvado de la película puede secuestrar fácilmente a su víctima usando cloroformo, pues éste actúa en pocos segundos

Realidad: Según la mayoría de las ficciones, el cloroformo, un líquido volátil, no inflamable, incoloro, de olor penetrante, dulzón y cítrico que es usado como un anestésico por inhalación, tiene la capacidad de dormir a cualquier persona instantáneamente sólo con oler el producto y dejarla inconsciente o dormida durante horas. No obstante, en realidad hay que inhalar los vapores del cloroformo durante, al menos, 5 minutos para causar sus efectos, sin mencionar que el efecto de inconsciencia tampoco dura mucho y que la persona, al despertar, sufrirá mareos, somnolencia, farfullará las palabras y caminará de forma inestable.

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8) Cine: Dos personas que se lanzan en paracaídas pueden conversar mientras permanecen en el aire

Realidad: Aunque la taquillera película de 1991 “Punto de Quiebre” nos mostraba a los intrépidos personajes de Bhodi (Patrick Swayze) y Johnny Utah (Keanu Reeves), lanzándose desde un avión en paracaídas y dándose ánimos el uno al otro mientras flotaban en el aire a la espera de que se abrieran sus respectivos paracaídas, la verdad es que esto es imposible, pues en la realidad ninguno de los dos se escucharía debido a la velocidad y ruido del viento.

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9) Cine: un desfibrilador puede poner de nuevo en marcha a un corazón que ha dejado de latir

Realidad: Algunas cintas suelen mostrar cómo una persona, tras sufrir un fulminante ataque al corazón que ha detenido su pulso y toda señal de vida, es revivida gracias al oportuno uso de un desfibrilador, un aparato electrónico portátil que diagnostica y trata la parada cardiorrespiratoria, y que es muy eficaz para la mayor parte de los llamados paros cardíacos, que en su mayor parte son debidos a que el corazón fibrila y su ritmo no es el adecuado. Sin embargo, este aparato es totalmente ineficaz en los casos de actividad eléctrica sin pulso (AESP) y de parada cardíaca con asistolia pues el corazón, en esta circunstancia, además de no bombear la sangre, tampoco tiene actividad eléctrica. En estos dos últimos casos, los especialistas aconsejan realizar una compresión torácica mientras se establecen otras medidas de emergencia.

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10) Cine: Se puede abrir un candado con un sólo disparo de pistola a corta distancia

Realidad: Muchas películas suelen mostrar cómo el héroe ocasional, desde una distancia de dos metros y con una puntería sorprendente, puede abrir limpiamente un candado de una puerta de un solo disparo. No obstante, en la vida real esto no es tan fácil, ya que incluso a quemarropa, un disparo de pistola no dañará el candado. Los expertos aseguran que sólo sería posible abrir un candado con un arma de fuego utilizando un buen rifle, y por medio de varios disparos, aunque habría que disparar el arma desde unos 25 metros de distancia, porque el rebote de la metralla podría resultar fatal.

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