Una de las historias más notables e increíbles de la historia militar es, sin duda, la de el teniente general del ejercito británico Sir Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart (1880-1963), un temerario militar británico al que nadie lograría matar en tres célebres guerras del siglo XIX y XX, pese a sufrir gravísimas heridas que le hicieron perder un ojo y una mano, y recibir además disparos en la ingle, la oreja, el estómago, el tobillo, la cadera y el cráneo. Este osado combatiente sobreviviría a dos accidentes aéreos y cinco intentos de fuga de una prisión militar, llegando a arrancarse a mordiscos sus propios dedos despedazados cuando el médico se negó a amputárselos, declarando posteriormente que, “francamente, he disfrutado de la guerra”.

Sir Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart, el veterano y osado militar británico que peleó tres famosas guerras y al que nadie pudo matar jamás.

Sir Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart nació en Bruselas el 5 de mayo de 1880, en el seno de una aristócrata familia descendiente de nobles belgas e irlandeses. Tras la muerte de su madre cuando tenía seis años de edad, se radicó con su padre –un importante magistrado- en El Cairo, donde aprendió muy pronto a hablar árabe.

A los 11 años fue enviado a estudiar a Inglaterra en un prestigioso internado y en el Balliol College, uno de los colegios de la prestigiosa Universidad de Oxford, pero en el año 1899, cuando tenía 19 años, abandonó repentinamente los estudios para ir a Sudáfrica y alistarse en el ejército británico que se aprestaba a combatir en la Segunda Guerra Anglo-Bóer. Para no dar pistas sobre su juventud y su origen noble, se enroló bajo el nombre falso de “Trooper Carton”, asegurando tener 25 años de edad.

En esa guerra Adrian Carton de Wiart sería herido en el estómago y la ingle y por ello llegaría casi inválido a su casa. Tras convencer a su padre que su vocación era la carrera de las armas, obtuvo un puesto en la Segunda Caballería Ligera Imperial, siendo enviado de nuevo a combatir a Sudáfrica, para posteriormente, en 1902, ser enviado a la India como segundo teniente en el cuarto Dragoon Guards.

Sir Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart en sus inicios de su carrera militar, antes de perder un ojo y su mano izquierda.

El inicio de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Carton de Wiart combatiendo en Somalía contra las fuerzas de Mohammed bin Abdullah. En un ataque a una fortaleza enemiga en Shimber Berris, Carton de Wiart recibiría dos disparos en la cara, que le supusieron la pérdida de parte de una oreja y de su ojo izquierdo, lo que le obligaría a usar un característico parche negro para el resto de su vida. Por este hecho de valentía sería galardonado en 1915.

En febrero de 1915, cuando la Primera Guerra Mundial comenzaba a vivir su etapa más álgida, Carton de Wiart sería enviado a Francia a las sangrientas trincheras del frente occidental para comandar tres batallones de infantería y una brigada. En ese conflicto sería herido en siete oportunidades, perdiendo su mano izquierda después de ser alcanzado por la metralla, llegando a arrancarse a mordiscos los dedos dañados luego que el médico se negara a amputárselos.

Carton de Wiart recibiría nuevas heridas en la batalla del Somme, donde sufrió disparos en el tobillo y en el cráneo. A su doloroso historial añadiría heridas en la cadera en la batalla de Passchendaele y en la pierna en la batalla de Cambrai, sin mencionar otra herida en la oreja sufrida durante los combates en Arras. Cuando se recuperaba de todas estas heridas sería condecorado por su valor y arrojo con la Cruz de la Victoria, el honor militar más aclamado del país, y ascendido en 1917 a teniente coronel para posteriormente ser nombrado mayor de los Dragoon Guards; posteriormente, sería galardonado con el reconocimiento belga de la Croix de Guerre en marzo de 1918.

Cartón de Wiart escribiría tras el fin de la Primera Guerra Mundial que ese conflicto no había representado para él ningún trauma, a pesar de recibir varias heridas, un disparo en el cráneo y sufrir la pérdida total de una mano. “Francamente, he disfrutado de la guerra. ¿Por qué la gente querría la paz si la guerra es mucho más divertida?”, escribiría por entonces.

Gracias a su temerario desempeño en los campos de batalla, Carton de Wiart lograría numerosas condecoraciones y galardones, entre los que se cuentan la mencionada Cruz de la Victoria, Caballero de la Legión de Honor, la Cruz de Guerra 1914-1918, la Orden del Baño, Caballero comendador de la Orden del Imperio británico, la Orden de Servicios Distinguidos, Compañero de la Orden de San Miguel y San Jorge y la Orden Virtuti Militar.

Algunas de las condecoraciones recibidas por Sir Adrian Carton de Wiart por su valeroso desempeño en los campos de batalla.

En el periodo de entreguerras Carton de Wiart serviría en la misión militar británica en Polonia, volviendo a Inglaterra después de la invasión nazi en 1939. Tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en 1940 y ya con 60 años de edad, Carton de Wiart lideró una operación malograda para tomar la ciudad noruega de Trondheim para frenar el avance de los bombardeos nazis, pero que fracasó cuando colapsaron las líneas de suministro.

En 1941, cuando se dirigía a la Misión Militar británica en Yugoslavia, su avión se estrelló en el Mar Mediterráneo a una milla de la costa de Libia, una colonia italiana. Pese a estar manco y tuerto, el sexagenario oficial se las arregló para nadar hasta la costa, donde fue capturado por el ejercito italiano y enviado a un campo de prisioneros en Italia. Allí protagonizó cinco intentos de fuga (uno de ellos tras cavar un túnel), consiguiendo en una ocasión evadirse durante ocho días, siendo capturado cuando fue reconocido por su parche en el ojo y porque no hablaba italiano.

Tras ser liberado en 1943, regresó a Londres, para ver cómo su casa y sus pertenencias eran arrasadas por un bombardero alemán, aunque él salvaría con vida. Ese mismo año, el Primer Ministro Winston Churchill lo envió como su representante especial a China.

Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart, el veterano soldado británico que sobreviviría a tres famosas guerras y que llegaría a ser considerado casi invulnerable por sus soldados, se retiraría finalmente de su ajetreada vida militar en 1947 para vivir una vida pacífica, falleciendo en 1963 en el condado de Cork en Irlanda, cuando tenía 83 años de edad. Sus biógrafos aseguran, con toda razón, que el suyo fue el típico caso de un militar nato que vivió por y para la guerra.