“El núcleo del demonio” y la tercera bomba atómica que EE.UU. no lanzó sobre Japón

Esta tercera bomba nuclear debía albergar un núcleo de plutonio-239, que causaría la muerte de dos científicos.

Guía de: Mitos y Enigmas

El 6 y 9 de agosto de 1945 Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki dos nuevas armas bautizadas como “Little Boy” (construida con uranio-235) y “Fat Man” (construida con plutonio-239), dos mortíferas bombas nucleares que borraron del mapa a esas dos ciudades japonesas, causando un saldo de más de 200 mil muertos, lo que gatillaría la rendición incondicional de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Las dos nubes de hongo atómico que se levantaron tras los ataques nucleares a Hiroshima y Nagasaki.

Las dos nubes de hongo atómico que se levantaron tras los ataques nucleares a Hiroshima y Nagasaki.

Hasta la fecha, estos dos bombardeos, que provocaron en estricto rigor un saldo de unos 240 mil muertos (aunque sólo la mitad falleció los días de los bombardeos), constituyen los únicos ataques nucleares de la historia, los cuales fueron concebidos e implementados en el marco del llamado Proyecto Manhattan, investigación científica dirigida por el físico estadounidense Robert Oppenheimer con el fin de diseñar y fabricar nuevas armas de destrucción masiva usando la energía nuclear.

La primera bomba atómica de la historia, bautizada como “Gadget”, sería probada a las 10.30 de la mañana del 16 de julio de 1945, cerca de la localidad de Alamogordo, Nuevo México, en lo que se conoció como “Prueba Trinity”, causando una explosión equivalente a unas 20 mil toneladas de dinamita. La prueba superó todos los pronósticos y tras presenciar el gigantesco hongo atómico causado por la explosión, los físicos del Proyecto Manhattan Isidor Rabi (Premio Nobel 1944) declaró que “tenia la piel de gallina”, mientras que Hans Bethe (Premio Nobel 1967) sintió “que habían hecho historia”.

720

Sin embargo, pocos saben que, tras los dos conocidos ataques nucleares que se llevaron a cabo en territorio japonés, el gobierno norteamericano del Presidente Harry Truman, en la eventualidad de que el imperio nipón no se hubiera doblegado y hubiera seguido luchando en la guerra, tenía proyectado lanzar una tercera bomba atómica utilizando un núcleo de plutonio conocido como “Rufus”, una esfera de 6.2 kilogramos de plutonio y galio refinados, similar al que se había utilizado en la bomba “Fat Man” que detonó sobre Nagasaki, y que se habría dejado caer sobre una tercera ciudad japonesa desprevenida tan sólo cuatro días después del segundo ataque nuclear.

” ‘Rufus’ era esencialmente igual al núcleo de ‘Fat Man’, lo que significa que podría haberse convertido en una bomba con capacidad de generar una explosión de unos 20 kilotones, como ocurrió en Nagasaki. De acuerdo a algunas comunicaciones oficiales del gobierno norteamericano, una bomba fabricada a partir de ‘Rufus’ tendría que haber estado lista para ser lanzada a partir del 17 o 18 de agosto de 1945, pero tras los dos devastadores ataques nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki quedó claro que dos bombas habían sido suficientes, sino demasiado”, comentó Alex Wellerstein, historiador especialista en armas nucleares y autor del blog Nuclear Secrecy, en un artículo publicado por BBC Mundo.

La bomba atómica conocida como "Fat Man", dispositivo que medía 3,25 m de longitud por 1,52 m de diámetro, pesaba 4.670 kilogramos y tenía una fuerza  de 21 kilotones. Fue detonada a una altitud de 550 metros sobre la ciudad de Nagasaki, tras ser lanzada desde un bombardero B-29 Bockscar.

La bomba atómica conocida como “Fat Man”, dispositivo que medía 3,25 m de longitud por 1,52 m de diámetro, pesaba 4.670 kilogramos y tenía una fuerza de 21 kilotones. Fue detonada a una altitud de 550 metros sobre la ciudad de Nagasaki, tras ser lanzada desde un bombardero B-29 Bockscar.

El experto agrega que, en todo caso, a partir del 21 de agosto los investigadores del Laboratorio Los Álamos en Nuevo México, donde se diseñaron las bombas atómicas, comenzaron a utilizar el núcleo de plutonio de “Rufus”, una masa subcrítica de plutonio de forma esférica con un peso de 6,2 kg que accidentalmente alcanzaría la masa crítica en dos eventos separados en los años 1945 y 1946, causando la irradiación aguda, envenenamiento y subsecuente muerte de dos de los expertos americanos más respetados en el uso de las armas atómicas.

Después del segundo incidente “Rufus” sería bautizado como “núcleo del demonio” (“demon core”, en inglés), aunque a primera vista su aspecto no era demasiado impresionante: un hemisferio de metal opaco con una protuberancia de plutonio que sobresalía de su centro, protuberancia que, por cierto, era cálida al tacto debido a su radioactividad.

La primera víctima del “núcleo del demonio” sería el físico estadounidense Harry Daghlian, quien a la sazón contaba con 24 años de edad. Por entonces los investigadores que trabajaban en Los Álamos estaban empeñados en precisar cuál era el límite en que el plutonio, el combustible altamente inestable usado en la mayoría de las bombas nucleares, se volvía supercrítico, es decir, cuál era el punto en que una reacción en cadena del plutonio desataría una explosión de radiación mortal. Todos estaban al tanto, en todo caso, que manipular un núcleo de plutonio era una maniobra extremadamente delicada y peligrosa. Por esa misma razón los investigadores se referían metafóricamente a estos riesgosos ejercicios como “hacerle cosquillas a la cola de un dragón”.

Harry Daghlian.

Harry Daghlian.

Harry Daghlian, uno de los físicos que había trabajado en el Proyecto Manhattan, con el que Estados Unidos fabricó sus primeras bombas nucleares, el martes 21 de agosto comenzó a realizar un experimento que consistía en colocar una pila de bloques de carburo de tungsteno (un metal muy denso que reflejaba la radiación de neutrones, acercándolos a la criticidad) alrededor de ‘Rufus’, con el propósito de ver si lograba crear un “reflector de neutrones” en los que rebotaran los neutrones lanzados por el núcleo y, de esa manera, llevarlo de manera más eficiente al punto crítico.

Era de noche y Daghlian cometió el error fatal de trabajar solo, violando los protocolos de seguridad. El joven científico ya había apilado varios bloques de carburo de tungsteno alrededor de “Rufus”, pero cuando estaba terminando de colocar el último, su dispositivo de monitoreo le indicó que, si lo hacía, el núcleo podría volverse supercrítico. Daghlian maniobró para retirar el último bloque, pero para su mala fortuna lo dejó caer sobre la esfera donde se encontraba el núcleo, que entró en estado supercrítico y generó una ráfaga de neutrones, generando un resplandor de luz azul junto a una ola de calor.

Daghlian de inmediato retiró el ladrillo, notando al hacerlo una sensación de hormigueo en su mano. Luego comenzó a quitar los ladrillos alrededor del plutonio, uno a uno, y la inminente reacción en cadena se detuvo.

photo_207662_27ff5dcf7

Sin embargo, en ese breve instante de apenas un minuto el físico había recibido una dosis letal de radiación. A las pocas horas comenzó a sentir náuseas, el primer signo de enfermedad por radiación. Después de unos días, sus manos, que habían recibido la mayor parte de la radiación, comenzaron a llenarse de ampollas debido a las quemaduras por radiación. El 15 de septiembre, veinticinco días después del accidente, Harry Daghlian finalmente fallecería como consecuencia de una dosis fatal de radiación.

“El núcleo del demonio” cobraría su segunda víctima nueve meses más tarde. El 21 de mayo de 1946, el físico canadiense Louis Stolin, de 35 años de edad y quien por entonces era el mayor experto del mundo en el manejo de cantidades peligrosas de plutonio, junto a un grupo de seis colegas estaba haciendo otro experimento para llevar el núcleo de plutonio de “Rufus” al punto supercrítico, realizando una demostración que implicaba la generación de una reacción de fisión al colocar dos semiesferas de berilio (material reflector de neutrones) en forma de cuenco alrededor del mismo núcleo de plutonio que había matado a Daghlian.

Louis Slotin (de gafas) fotografiado durante la prueba Trinity.

Louis Slotin (de gafas) fotografiado durante la prueba Trinity.

Slotin portaba un destornillador que separaba los hemisferios teniéndolos parcialmente cerrados, pero repentinamente el destornillador resbaló de una de sus manos, los hemisferios se cerraron completamente y el núcleo alcanzó el nivel supercrítico, liberando una alta dosis de radiación y una corriente de neutrones que produjeron un intenso brillo azul. En ese momento Stolin, quizás intuyendo su propia muerte, pronunció en tono resignado la frase “Bueno, eso es todo”.

Raemer Schreiber, uno de los físicos que se encontraban participando en el experimento, relataría en un informe posterior que ese momento se dio la vuelta, vio un destello de luz azul y sintió una ola de calor en su rostro, mientras Slotin gritaba al grupo: “cierren esa puerta y que no entre nadie”.

Schreiber añadiría que “el destello azul era claramente visible en la habitación aunque estaba bien iluminada desde las ventanas y posiblemente las luces del techo… La duración total del flash no podría haber sido más de unas décimas de segundo. Slotin reaccionó muy rápidamente al separar rápidamente las dos semiesferas de berilio y deteniendo la reacción en cadena”.

Recreación del incidente con el "núcleo del demonio" en 1946, donde puede verse el hemisferio de berilio levantado por un destornillador.

Recreación del incidente con el “núcleo del demonio” en 1946, donde puede verse el hemisferio de berilio levantado por un destornillador.

Sin embargo, pese a reaccionar rápido, Slotin había recibido una dosis letal de radiación. Primero, su mano izquierda, la que había estado más cerca del núcleo, se llenó de ampollas. Cinco días después sus glóbulos blancos bajaron drásticamente, mientras su temperatura y pulso comenzaban a fluctuar. Después sufrió náuseas y dolor abdominal y comenzó a perder peso y experimentar períodos de “confusión mental”, mientras sus labios se ponían azules. Debió ser trasladado a una tienda de oxígeno, pero cayó en un coma profundo y finalmente falleció nueve días después del accidente, debido al síndrome de radiación aguda o enfermedad por radiación.

El “núcleo del demonio” ya había cobrado dos víctimas, pero no serían las únicas. El físico Alvin Graves, la persona más cercana a Slotin durante su accidente, también debió ser hospitalizado durante varias semanas debido a un envenenamiento por radiación. Y si bien fue finalmente dado de alta, desarrollaría en los años siguientes varios problemas de salud, incluida la pérdida de la visión, falleciendo 18 años después, a los 55 años de edad.

El soldado del ejército Robert J. Hemmerly, de 29 años y quien había sido destinado como guardia en el laboratorio cuando ocurrió el accidente de Harry Daghlian, en tanto, fallecería 33 años después, a la edad de 62 años, de leucemia, provocada supuestamente por su exposición a la radiación durante el accidente. En cuanto a los otro seis científicos que estaban en la sala con Louis Slotin, se cree que al menos tres de ellos tuvieron vidas más cortas por culpa del “núcleo del demonio”.

Las dos trágicas muertes de Daghlian y Stolin, en todo caso, servirían para que se reformularan las medidas de seguridad en los procedimientos con material radioactivo. A partir de entonces, este tipo de ejercicios comenzaron a realizarse de manera remota, a una distancia mínima de unos 200 metros entre el personal y el material radioactivo.

En cuanto al “núcleo del demonio”, el núcleo del plutonio-239 que había matado a dos de los científicos más importantes de Estados Unidos, fue puesto en otra bomba atómica -bautizada como “Able”- que fue detonada el 1 de julio de 1946 en las islas Bikini, un atolón deshabitado de las Islas Marshall, en el Océano Pacífico, en lo que sería la cuarta explosión de una bomba nuclear en la historia.

Vista aérea de la detonación de la bomba atómica "Able", dispositivo de 23 kilotones de TNT que fue activado a una altitud de 160 metros.

Vista aérea de la detonación de la bomba atómica “Able”, dispositivo de 23 kilotones de TNT que fue activado a una altitud de 160 metros.

Más sobre Mitos y Enigmas

Comentarios Deja tu comentario ↓
Ver Comentarios