Leonardo da Vinci: ¿Su madre fue una esclava caucásica?

La madre del genio renacentista habría sido una joven de la Circasia que fue raptada cuando niña para ser vendida como esclava en Florencia.

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Las biografías más fiables de Leonardo da Vinci (1452-1519), genio renacentista que fue a la vez pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, ​botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, músico e inventor, dicen que nació el 15 de abril de 1452 en una casa de campo cercana a la ciudad italiana de Florencia, fruto de una relación ilegítima entre Piero da Vinci, un rico notario de la República florentina, y una tal Caterina, una misteriosa campesina de orígenes humildes de la que se tienen muy pocos antecedentes.
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El historiador italiano Carlo Vecce, en su libro “Il sorriso di Caterina” (“La Sonrisa de Caterina”), escrito en forma de novela a partir del descubrimiento de un documento encontrado en los Archivos de Florencia, afirmó que la madre del genio renacentista Leonardo da Vinci fue en realidad una joven esclava de orígenes caucásicos, supuestamente “reclutada” por Donato di Filippo di Salvestro Nati, viejo “aventurero” florentino y esposo de Monna Ginevra, una dama florentina que “poseía esclavos en Oriente Próximo y en la región del Mar Negro”.

Según explicó Carlo Vecce, “la madre de Leonardo era una joven de la Circasia que en un cierto momento fue raptada y vendida como esclava, llegando desde Constantinopla a Venecia y después a Florencia, donde conoció al padre de Leonardo da Vinci”.

Vecce llegó a esta sorprendente revelación tras encontrar en el Archivo de Estado de Florencia el “acta de liberación” de la madre de Leonardo da Vinci por parte de su última dueña, la mencionada Monna Ginevra, que dos años antes la había adquirido como nodriza.

Este documento, fechado el 2 de noviembre de 1452 (seis meses después del nacimiento de Leonardo da Vinci), está escrito “de puño y letra” del notario Piero Da Vinci, el padre del futuro creador de la “Mona Lisa” y en el se establece que se le concedía la libertad a una tal Caterina, una circasiana (región del Cáucaso septentrional) hija de un hombre llamada Jacob que había sido arrancada de su tierra natal, a orillas del Mar de Azov (en la actual Rusia), cuando era sólo una niña, para ser posteriormente trasladada a Italia.

Sobre cómo llegó la madre de Leonardo da Vinci a Florencia, Carlo Vecce explicó que la esclavitud fue un sistema que todavía se usaba en las repúblicas itálicas del Medievo, sobre todo por los mercaderes venecianos y genoveses. En Florencia, concretamente, según reveló el historiador, el mercado demandaba sobre todo mujeres jóvenes cuyo destino era servir como nodrizas, cuidadoras, concubinas o esclavas sexuales.
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La hipótesis de que Caterina, la madre de Leonardo da Vinci, pudiese haber sido una esclava, no es nueva, pues muchos biógrafos e investigadores creían desde hace tiempo que podía ser una joven que había sido traída a la fuerza a Italia desde un país extranjero. Históricamente siempre se la describió como una campesina iletrada, pero esto podría deberse simplemente a que era extranjera y, por lo tanto, no sabía leer ni escribir en la lengua de Florencia.

El historiador Carlo Vecce afirmó que probablemente Piero da Vinci la habría conocido cuando ella tenía unos 15 años de edad y servía como nodriza en el Palazzo Castellani (hoy sede del Museo Galileo Galilei), y la dejó embarazada, aunque se desconoce si se trató de una relación consensuada, algo difícil tratándose de una esclava. Como sea que fuere, de esa relación habría nacido Leonardo Da Vinci, tras lo cual la mencionada dama Monna Ginevra, ya fuera por voluntad propia o persuadida por Piero da Vinci, liberó a Caterina.

Leonardo da Vinci vivió los primeros diez años de infancia con su madre, aunque Piero da Vinci no se casó con ella, ya que por su posición como notario de Florencia estaba obligado a casarse con una dama. Los documentos de la época, de hecho, se refieren a Leonardo como “el sobrino” de Piero da Vinci, un apelativo bastante común usado por aquel entonces para referirse a los hijos ilegítimos.
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El recuerdo de la misteriosa madre de Leonardo da Vinci está presente en varias de las obras del genio renacentista, especialmente las que realizó en su juventud. En 1480 el autor de “El Hombre de Vitruvio” pintó su primera obra, “La Anunciación”, para el convento de San Bartolomeo en Monte Oliveto, un lugar donde el marido de Monna Ginevra, la dueña de Caterina, había levantado un panteón familiar.

Carlo Vecce, tomando en cuenta que en ese famoso cuadro “se ven una montaña y una ciudad marítima”, aventuró la posibilidad de que “Caterina podría haberle hablado a su hijo de los lugares de su infancia” antes de que fuera secuestrada y trasladada a Florencia.

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