Los cuatro padres de The Beatles: ¿Cómo eran y se veían los progenitores de los Fab Four?
Guía de: Mitos y Enigmas
- Héctor Fuentes
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A estas alturas, ya han corrido verdaderos ríos de tinta para referirse a The Beatles, considerado por los críticos como el mejor grupo de la historia de la música popular. La vida, música, aficiones, controversias, mujeres e incluso los hijos de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr han sido descritos con lupa por miles de periodistas y cronistas a lo largo de seis décadas, aunque todavía persiste cierto desconocimiento sobre los padres de los cuatro inmortales músicos de Liverpool.
John Lennon, quien creció bajo el cuidado de su tía Mary tras el prematuro fallecimiento de su madre, Julia, tuvo una controvertida relación con su padre, Alfred Lennon, un marino que visitaba poco el hogar hasta que desapareció por completo. En el documental “Anthology” Lennon confesaría que “nunca conocí a mi padre. Lo vi dos veces en mi vida, una con cinco años, otra con 22 años. Sólo volvió a aparecer cuando ya los Beatles teníamos mucho éxito. Lo vi en las oficinas de nuestro manager y le hablé, pero decidí que no quería conocerlo”.
En efecto, el 14 de abril de 1964, mientras los Beatles rodaban la película “La Noche de un día agitado”, el desconocido padre de John, un tipo al que llamaban Alf, pero que también era conocido con el apelativo de Freddie, se presentó en Argyle Street, en la oficina del manager del grupo, Brian Epstein. Iba acompañado por un periodista del “Daily Mail” y vestía atildadamente, luciendo el pelo gris y facciones muy parecidas a las de de su famoso hijo, aunque tenía la cara más gorda. Una vez en el edificio, le espetó a la recepcionista: “Soy el padre de John Lennon”.
Ese encuentro sería bastante desagradable para John, quien tras intercambiar unas palabras con su padre, decidió que no quería seguir viéndolo. John y su progenitor se encontrarían por última vez en octubre de 1970, en Ascott, durante las sesiones del disco “Imagine”, diez años antes del asesinato del ex beatle. Alf (Freddie) Lennon, al parecer, quería hacer las paces con su hijo y que conociera a su nueva esposa Pauline y a su hijo de 18 meses.
Un testigo del tenso reencuentro contaría que “comenzaron a discutir y John agarró a Freddie por las solapas y lo sacudió, gritándole e insultándole, lo que hizo llorar a su hermanastro de meses. John le dijo a su padre que si iba a la prensa con su historia de vida, lo encerraría en una caja y lo arrojaría de un avión al océano para que se ahogara. Freddie creía que su hijo estaba lo suficientemente desequilibrado como para hacer precisamente eso”. Después de ese altercado, Freddie (Alfred Lennon) nunca más vería a su hijo John.
Freddie Lennon fallecería en Brighton, el 1 de abril de 1976, a la edad de 63 años, curiosamente un par de semanas antes que muriera el padre de Paul McCartney. Días antes, desde el hospital, la última esposa de Freddie, Pauline, había llamado al sello Apple Records para decirle a John que su padre se estaba muriendo. Tres días antes de su deceso, John llamó al hospital para preguntar por su salud, mientras mandaba un gigantesco ramo de flores a su habitación.
John Lennon recordaría en el documental “Anthology” que “la última vez que nos vimos yo estaba en plena terapia de la ‘Primal Scream’. En esa ocasión le dije a mi padre que se largara y se fuera de la casa, y desearía no haberlo hecho. Realmente porque todos tienen sus problemas, incluidos los padres que son así. Ahora soy un poco mayor y entiendo la presión de tener hijos o divorcios y las razones por las cuales las personas no pueden hacer frente a su responsabilidad”.
La historia de Paul McCartney con su padre, en tanto, sería mucho más grata que la de Lennon. Macca había nacido el 18 de junio de 1942 en plena Segunda Guerra Mundial, en el Hospital Walton, Liverpool, Inglaterra, donde su madre, Mary Patricia Mohin (1909-1956), trabajaba como enfermera. Sin embargo, su progenitor, James “Jim” McCartney (1902-1976), un vendedor y empleado de los servicios municipales de limpieza que era aficionado a la música, estuvo ausente en el alumbramiento debido a su trabajo como bombero voluntario.
Pese a que James McCartney era un protestante que se había vuelto agnóstico, tanto su hijo Paul como su hermano menor, Michael (nacido el 7 de enero de 1944), fueron bautizados en la fe católica de su madre. En 1954, Paul conoció a George Harrison en un autobús escolar y se hicieron amigos rápidamente. Por entonces, la madre de McCartney, Mary, trabajaba como partera y era la principal proveedora de ingresos de la familia, lo que les permitió a la familia McCartney-Mohin trasladarse a una cómoda casa en el barrio de Allerton, donde vivieron hasta 1964. “Tuve una buena familia”, recordaría Paul años más tarde. El 31 de octubre de 1956, cuando McCartney tenía catorce años, su madre moriría de cáncer.
Amante de la música durante toda su vida, James McCartney había sido un dotado trompetista y pianista en la Jim Mac’s Jazz Band en la década del 20′. En su casa tenía un piano vertical y siempre fomentó en sus hijos la educación y el conocimiento musical. Tenía una gran y variada colección de discos de 78 revoluciones (pm) y los ponía cada vez que podía con el fin de enseñarles a sus hijos a distinguir los instrumentos de cada canción y el orden de las armonías entre éstos, un factor que obviamente contribuyó muchísimo a la forma de componer de su hijo Paul.
James McCartney le regalaría a su hijo Paul una trompeta en su catorce cumpleaños, pero cuando el rock and roll se puso de moda y para aminorar la pena por la reciente muerte de su madre, le regaló una guitarra acústica. Con esa guitarra Macca compondría su primera canción, “I Lost my Little Girl”, mientras que con el piano de la casa compuso otra que se convertiría años después en “When I’m Sixty-Four”.
Paul conocería a John Lennon y su grupo The Quarrymen en el salón de la Iglesia de St Peter en Woolton, el 6 de julio de 1957, una fecha escrita con letras de oro en la historia de la música popular, porque sería el simiente de The Beatles. James McCartney moriría de neumonía el 18 de marzo de 1976, semanas antes de la muerte del padre de John Lennon, Alfred. Su viuda Angela declararía después que sus últimas palabras fueron: “Estaré con Mary pronto”.
James McCartney sería cremado en el Cementerio Landican, cerca de Heswall, el 22 de marzo, pero su hijo Paul no pudo asistir al funeral ya que estaba a punto de iniciar la gira europea de su grupo Wings.
En cuanto a George Harrison, su padre, Harold, había sido un marinero que se ganaba la vida como conductor de autobús, mientras que su madre, Louise, era una abnegada ama de casa de origen irlandés que intentó educar a sus hijos (tres niños y una niña) en el catolicismo. Harrison recordaría haber tenido una infancia feliz, aunque humilde. Desde pequeño, escuchaba todo tipo de música por la radio, desde el viejo music-hall británico hasta la música country.
Cuando tenía 13 años de edad George le compró a un amigo su primera guitarra, tras pagar por ella algo más de tres libras. Por entonces se hizo amigo de Paul McCartney, con quien realizaba el mismo trayecto diario en autobús. Y fue Paul quien lo presentó a John Lennon, con quien formaba el grupo The Quarrymen.
George Harrison recordaría que cuando entró a la escuela primaria comenzó a vivir una verdadera pesadilla, debido sobre todo al rudo trato que recibía de los profesores. “No me gustaba la escuela. Creo que fue horrible; la peor época de mi vida… The Big School, Liverpool Institute, fueron un auténtico dolor de cabeza. Los profesores eran viejos veteranos de guerra o recién salidos de la universidad, así que no sabían mucho de todos modos y si ves la foto de ellos, verás lo que estoy diciendo. Entonces supe que no eran el tipo de personas para enseñar, pero yo no estaba calificado para decirlo”.
Cuando uno de los maestros golpeó al pequeño George Harrison, su padre, Harold, se convertiría en un héroe para todos los niños de la escuela. Paul McCartney, en una entrevista de 1984, recordaría esa imperdible anécdota: “Una vez azotaron a George; éramos compañeros en la escuela, y quiero decir que en realidad nunca hicimos nada malo, pero los profesores te podían maltratar por tener pantalones ajustados y peinados estilo Ted, porque eso, según ellos, te señalaba como un alborotador”.
Paul agregó que “así que George llegó a su casa con dos grandes moretones. Estaba tomando el té con su papá, y todos estaban charlando sobre cómo les había sido en la escuela. Y su papá, cuando vio los moretones, le preguntó: ‘¿Qué es eso?’ y George dijo: ‘El maestro lo hizo’. Así que al día siguiente estaban en clase, y el padre de George asomó su cabeza por la puerta, llamando al maestro que había golpeado a George. “Salga un momento, por favor’, le dijo. Él salió, y el padre de George le preguntó ‘¿Le hiciste eso a mi hijo?’ y él respondió ‘Sí, lo hice’, y entonces lo golpeó delante de todos los alumnos. Para nosotros, entonces, el padre de George se convirtió en un héroe, en el héroe de la escuela”.
La madre de George, Louise, no sería la única que apoyaría el amor que George sentía por la música, pues su padre organizó las primeras lecciones musicales de su hijo. Sin embargo, Harold Harrison en realidad quería que su vástago tuviera un trabajo decente y fuera un “miembro productivo de su comunidad”, no que se convirtiera en músico.
Harold, un hombre muy trabajador que había programado la ruta de todos los autobuses en Liverpool -lo que implicaba 6.000 autobuses y 80 rutas diferentes- quería que George, por ejemplo, se convirtiera en electricista, para poder abrir así un taller de reparación con sus hermanos. Cuando George tenía 12 años de edad, de hecho, le regaló para Navidad un juego de herramientas eléctricas.
Más tarde, cuando quedó en evidencia que George estaba decidido a ser músico y comenzó a tocar en lo que sería The Beatles, Harold, quien fallecería en mayo de 1978 a los 69 años de edad, se resignó y decidió apoyar a su hijo en todos los sentidos posibles.
El baterista Ringo Starr, por su parte, había nacido el 7 de julio de 1940 como hijo del matrimonio compuesto por Elsie Gleave y Richard Starkey, ambos confiteros. Su infancia transcurrió en el Dingle, un suburbio portuario de Liverpool. Cuando tenía tan sólo tres años de edad, su padre abandonó a la familia y su madre tuvo que trabajar en distintos trabajos para mantener a la familia.
Cuando Ringo tenía trece años, después de que su madre contrajera matrimonio con Harry Greaves, fue internado en el Myrtle Street Hospital debido a una pleuresía. Allí permanecería internado durante dos años, período que aprovecharía para aprender a tocar el tambor en las clases que se impartían. Su ausencia de la escuela le dificultó el aprendizaje, por lo que a su salida apenas sabía leer y escribir, pero su padrastro pronto le encontró trabajó para la British Rail como mensajero, aunque a las seis semanas fue despedido por no pasar el examen médico. Poco tiempo después, su mismo padrastro, Harry Greaves, lograría encontrarle otro empleo como aprendiz de ensamblador en una compañía mecánica local.
Cuando el adolescente Ringo Starr salió del hospital y debido al auge del skiffle (movimiento juvenil musical precursor del rock and roll) en Inglaterra, su mayor afición era la música. El 25 de diciembre de 1958 Ringo recibiría de regalo de Navidad una batería de segunda mano que se convertiría en su primera batería profesional. Se la había regalado su padrastro, Harry Greaves, un bondadoso y verdadero sustituto paternal al que Ringo siempre quiso mucho.
Con su nueva batería, Ringo comenzaría de inmediato a tocar para algunas bandas locales. En el otoño de 1960, y después de numerosos conciertos en su Liverpool natal, Ringo, junto a su grupo Rory Storm and the Hurricanes, la banda más popular en Liverpool por esa época, tocó en Hamburgo, Alemania, donde conoció a John, Paul y George, los otros tres integrantes de lo que serían los Beatles. Lo demás, como se dice, es historia.
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