Luke Skywalker y la puesta de sol binaria de Tatooine: ¿Qué simboliza en el universo de Star Wars?

Esta recordada escena de la película “La Guerra de las Galaxias” es una de las más poéticas y logradas de la saga.

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Muchos la han llamado la puesta de sol más memorable y poética de la historia del cine. A los 25 minutos del metraje de la película “La Guerra de las Galaxias” (1977, el capítulo IV llamado “Una Nueva Esperanza”), Luke Skywalker, un joven peón de granja ansioso de aventuras que vive en el desértico planeta de arena Tatooine, le ruega a su tío Owen que le permita abandonar ese arenoso e inhóspito lugar para ingresar a la academia de vuelo junto a sus amigos.

Luke Star Wars

El malhumorado Tío Owen, sin embargo, se niega de plano, argumentando que necesita a Luke para la próxima cosecha, por lo que el cabizbajo joven sale de la vivienda subterránea, casi resignado a pasar el resto de su existencia viviendo como campesino en “el planeta más alejado del centro del universo”, tal como le dice minutos antes al androide C3P0, cuya reciente llegada y la de R2D2 cambiará su vida para siempre, aunque él no lo sospecha.

En ese momento, en pleno atardecer de Tatooine, parado sobre una pequeña duna aislada, vemos al rubio y joven Luke Skywalker mirando en lontananza hacia un horizonte púrpura, donde dos impresionantes soles que se ponen –uno de contorno rosado y el otro más rojo, ardiente y de color sangre- parecen devolverle la mirada, mientras suena la melodía de la pieza musical “The Force Theme”, compuesta por John Williams, componiendo una de las escenas más soberbias, poéticas, misteriosas y reconocibles de toda la historia del Séptimo Arte.

29  Marzo 1976; Túnez; se rueda la escena en donde LukeSkywalker observa los soles binarios de Tatooine

Pero, ¿qué significa realmente aquella escena en el universo de Star Wars, que fue rodada originalmente en el desierto de Túnez, en el norte de África, el 29 de marzo de 1976? Muchos fans y estudiosos de la mitología creada en los ’70 por George Lucas –quien comentó una vez que sus películas son como “poesía… más o menos. Riman”- aseguran que la puesta binaria de los dos soles de Tatooine simbolizan el inminente cambio (el fin del Imperio y el pronto restablecimiento de la desaparecida República) o bien una especie de dualidad (como el yin y el yang) que cruza todo lo existente en el universo.

Otros, en tanto, han picado más alto y apuestan que la aparición del atardecer binario a lo largo de la serie de las nueve películas inspiradas en la mitología creada por George Lucas, es la fibra conectiva que mantiene unidas todas las ramas de la saga de Star Wars, sin mencionar que el ciclo de la vida del mismo Luke Skywalker está marcado a fuego por estos atardeceres; el nacimiento, la vida y la muerte, cuya última escena -en la cinta “The Last Jedi”- no sólo representa la muerte física de Luke, sino el inicio de un nuevo viaje para él, hacia la inmortalidad, a un mundo más espiritual, fascinante y misterioso del que nunca había soñado.

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Don Nero, en un artículo publicado por la revista Esquire, comenta que “en el Episodio IV, Luke ve un sol blanquecino con un contorno rosado y otro de color rojo sangre. Es una imagen impactante, que, especialmente con la majestuosa trompa de la orquesta de John Williams, nos inspira mucho asombro. Pero hay más. Al final de la trilogía, llegamos a comprender que, en ese momento formativo, Luke estaba mirando justo por encima del umbral. Unas pocas escenas más tarde, sus padres adoptivos morirán quemados y él abandonará Tatooine para enfrentarse a un padre que está arrastrando a su único sol a un régimen genocida -aunque todopoderoso- de los Sith. Un sol es la luz, el otro es la oscuridad. En ‘El retorno del Jedi’ se nos hace saber que depende de Luke decidir cuál de esos soles va a dejar que se ponga sobre él”.

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Nero agrega que “28 años más tarde, pero sólo unas cuantas décadas en la línea temporal de Star Wars hacia atrás, volvemos a ver los soles en ‘La venganza de los Sith’, de 2005. Esta vez, son la imagen final que vemos. Owen y Beru, dos granjeros de humedad en Tatooine, vislumbran el atardecer binario después de que se les confíe lo que resultará ser la última esperanza de la Galaxia: El niño Luke Skywalker. Mientras que antes esta imagen representaba una elección entre la luz o la oscuridad para el niño salvador, aquí, años antes de que la historia de Luke comience realmente, el atardecer binario es una señal de esperanza. Sí, la galaxia se ha perdido a manos de Lord Sidious, sí, el “elegido” ha seguido el camino de los Sith, pero al final de la trilogía de precuelas, se nos recuerda que aún hay esperanza. Y no sólo en forma de un niño. Hay dos soles: uno para cada uno de los hijos gemelos de Padme”.

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Nero añade que “no volvemos a ver el atardecer binario durante mucho tiempo…12 años después del Episodio III…Pero en ‘Los últimos Jedi’, Luke no es exactamente el mismo que habíamos conocido antes. El Luke Skywalker del Episodio VIII es un tipo insensible, envejecido y abatido. En los años que hemos estado lejos de él, Luke ha fracasado: No ha conseguido devolver la vida a la Orden Jedi, no ha entrenado a su sobrino Ben Solo y, lo que es peor, se ha fallado a sí mismo. Resignado a una vida solitaria lejos del resto de la Galaxia, aislado de la Fuerza, Luke se convirtió en una sombra del héroe que una vez fue. Pero en ‘Los últimos Jedi’, por fin vuelve a la luz. Con la ayuda de Rey, Luke acepta por fin su fracaso, aprende de su derrota y hace un sacrificio legendario, su última resistencia contra ese sol rojo sangre”.

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Nero agrega que “Luke muere como un guerrero en el lejano planeta Ahch-To, pero no antes de volver a vislumbrar el atardecer binario. Lo último que ve Luke antes de desaparecer en un montón de túnicas vacías es un par de soles. Claro, no son los soles de Tatooine, pero ciertamente señalan este motivo recurrente, excepto que esta vez, los soles no son una representación de la elección, sino un recordatorio del sacrificio. Un recuerdo de aquellos que vivieron -y murieron- antes que él. Para que Luke se convirtiera realmente en el héroe que eligió ser, tuvo que hacer este último sacrificio, igual que Obi-Wan hizo por él. Mirando a estos dos soles, ha aprendido su última lección”.

Los soles binarios de Tatooine también aparecen en la última cinta de la saga de Star Wars, "The Rise of Skywalker" (2019).

Los soles binarios de Tatooine también aparecen en la última cinta de la saga de Star Wars, “The Rise of Skywalker” (2019).

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