“Plan 9 del espacio exterior”: ¿Por qué es considerada la película más mala de la historia del cine?
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- Héctor Fuentes
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En 1980 los críticos de cine norteamericanos Harry y Michael Medved publicaron el famoso libro “The Golden Turkey awards” (“Los premios pavo dorado”), donde reseñaban las películas más pobres en calidad de todos los tiempos, y a los directores y actores cuyo trabajo había sido crónicamente inepto.
Los autores, después de ver más de dos mil películas y organizar una consulta pública que fue respondida por 3 mil papeletas de sus lectores, escogieron sin dudar a la película “Plan 9 del espacio exterior” (1959) como la cinta más mala en la historia del cine, mientras que su director, Ed Wood, fue escogido como el peor realizador en la historia del Séptimo Arte. Todo ello, por supuesto, no hizo sino despertar la curiosidad de los cinéfilos de todo el mundo por esta bizarra pieza de cine que hoy, debido precisamente a sus yerros e imperfecciones, es considerada una verdadera pieza de culto y el primer film del llamado subgénero Z (un derivado del cine B, caracterizado por presupuestos miserables y guiones irrisorios).
Para abordar la desopilante historia de “Plan 9 del espacio exterior”, primero conviene reseñar la figura de Edward Davis Wood, Jr., quien también se desempeñaría en el mundo del cine como productor, guionista, editor y actor de cine y sería conocido por la posteridad simplemente como Ed Wood. Nacido en Poughkeepsie, estado de Nueva York, el 10 de octubre de 1924, el joven Ed se interesó desde muy pequeño por el cine, especialmente por las películas de terror y del Lejano Oeste. Cuando cumplió 11 años de edad, sus padres le regalaron una cámara de cine, lo cual gatilló su pasión por la industria cinematográfica.
En 1942 Ed Wood trabajó como acomodador en un teatro antes de alistarse en los marines y combatir en la Segunda Guerra Mundial. Allí peleó en las Islas Marshall y en Naumea, sobrevivió a la sangrienta batalla de Tarawa y perdió la mayoría de sus dientes frontales en un combate cuerpo a cuerpo con un japonés. Tras servir en el ejército, donde años después confesó haber combatido vistiendo ropa interior de mujer, Wood se estableció en Hollywood en 1948, lugar en el que empezó a actuar en obras de teatro a la vez que intentaba encontrar productores dispuestos a financiar sus curiosos proyectos.
Tras escribir, producir, dirigir y co-protagonizar su primera película: “Crossroads of Laredo”, una especie de miniwestern, Wood conoció al actor húngaro Bela Lugosi, famoso intérprete de películas de terror durante los años 30’, época en la que se hizo famoso encarnando al Conde Drácula, y que ya se encontraba en la etapa crepuscular de su vida, solo, sin filmar cintas y adicto a la morfina. Sin embargo, tras hacerse amigo de Ed, Lugosi volvería al mundo del cine y participaría en las primeras películas de éste.
El primer film importante de Ed Wood fue “Glen o Glenda” (1953), un docudrama semi-autobiográfico donde el director abordaba el controvertido tema del travestismo. Su segunda película, “La Novia del monstruo” (1955), supuso la primera incursión del particular director en el género de terror, dando el papel protagonista a Bela Lugosi, secundado por el luchador sueco Tor Johnson.

Fotograma de “La novia del monstruo” (1955), film de Ed Wood protagonizado por el famosos actor húngaro Bela Lugosi en el papel del Doctor Eric Vornoff, un científico ruso con planes absurdos para crear una raza superior y dominar al mundo. A su lado aparece el calvo luchador Tor Johnson en el papel de Lobo, el bruto ayudante de Vornoff.
Después del estreno de esta cinta, Lugosi ingresaría en un centro de desintoxicación para tratar su adicción a la morfina. Mientras intentaba recuperarse en medio de noches de soledad y sufrimiento, soñando que Ed Wood lo estaría esperando con un gran rol en una nueva película, Lugosi fallecería de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1956, lo que supuso un duro golpe para Wood, quien después de varias incursiones en la televisión y proyectos de menor categoría, se aprestaba a filmar la que él creía iba a ser su “obra maestra”: “Plan 9 del espacio exterior”.
Partiendo de las últimas escenas que había rodado con Bela Lugosi en vida (unos 5 minutos de rodaje), Ed escribió el guión de esta cinta en menos de dos semanas y utilizó metraje sobrante en estudios de otras películas. “Plan 9 del espacio exterior”, según Wood, iba a ser un film épico, cuyo argumento utilizaba elementos de la ciencia ficción como la existencia de civilizaciones extraterrestres y el miedo atómico, dos temas muy populares en la época. Todo ello combinado con el horror gótico, un género del cine que había experimentado su peak de popularidad en las décadas del 30’ y 40’, pero que en ese momento se encontraba en total declive.
¿Cuál era el argumento de “Plan 9 del espacio exterior”? La película iba a comenzar con un primer plano de Jeron Criswell King, un popular psíquico norteamericano conocido como “The amazing Criswell”, quien era amigo de Ed Wood y durante la filmación de la cinta era la estrella televisiva del programa de predicciones “Criswell predicts” (“Criswell predice”) del canal KLAC 13. Criswell iba a darle a la película un tono sensacionalista, dando a entender que la cinta estaba basada en hechos reales y en el testimonio de los supervivientes.
Criswell, al comenzar la película, comenzaba a hablarle al público desde una cripta, revelándole una historia alucinante y secreta. Los alienígenas, tras observar nuestro planeta, habían llegado a la conclusión de que los humanos representaban una amenaza para el universo, por lo que implementaban el Plan 9 para la destrucción total de la Tierra, reviviendo a los muertos para que lucharan contra los humanos como zombis, desatando el caos y la muerte. Los extraterrestres querían aniquilar a los seres humanos para precaverse del poder destructivo de la raza humana, tanto por la bomba atómica como por el descubrimiento de un nuevo mineral, la “solaronite”, que tenía una capacidad aniquiladora terrible y podía destruir tanto el sol como el resto de la galaxia. La cinta, a continuación, mostraba a Jeff y Paula Trent, una joven pareja que se iba a vivir cerca de un cementerio, donde era testigo de extraños sucesos, producidos por la raza alienígena que pretendía invadir la tierra y, con tal propósito, comenzaba resucitando a los muertos para formar con ellos un ejército, mientras la policía de Los Ángeles intentaba investigar todo lo que estaba ocurriendo.
Como Ed Wood no había conseguido despertar el interés de ningún estudio cinematográfico para que financiaran su disparatada película, consiguió que una iglesia bautista de Beverly Hills le facilitara 60 mil dólares para empezar el rodaje. Los jerarcas de esta iglesia, que tenían en mente desarrollar una serie de films religiosos con el dinero que potencialmente recaudase la película de Ed Wood, sólo accedieron a financiar el film con la condición de que todo el equipo se bautizara en una piscina antes de comenzar el rodaje. Además de ejercer como productores, varios miembros de la iglesia bautista también formaron parte del reparto, como el reverendo Lym Lemon que se interpretó a sí mismo, o J. Edwards Reynolds y Hugh Thomas, quienes hicieron el papel de sepultureros.
Wood quiso contratar para su película al actor Gregory Walcott para el personaje principal de Jeff Trent, pero éste, después de leer la historia de Wood, declaró que era el peor guión que había leído en su vida, aunque posteriormente igual participaría en la película, probablemente por influencia del productor ejecutivo J. Edwards Reynolds, ya que Walcott asistía a la misma iglesia bautista. También en la cinta aparecería el otro actor fetiche de Wood, el fornido y calvo luchador sueco Tor Johnson, en el rol del inspector de policía Clay.
El actor Bela Lugosi, gran amigo de Wood, antes de morir le había sugerido a Wood la contratación de Maila Nurmi, más conocida en aquella época como Vampira, después de haberla visto por televisión en un programa de terror de la cadena KABC. Cuando Wood le propuso a Vampira actuar en una de sus películas, esta rechazó de plano la proposición, pero posteriormente, tras quedarse sin trabajo, decidió integrar el esperpéntico grupo de colaboradores de Ed Wood, aunque puso la condición de aparecer en la película sin tener ningún diálogo. Así, Vampira interpretaría a uno de los muertos vivientes apareciendo tras los arbustos del cementerio sin decir una sola palabra en toda la película. Vampira, quien solía ponerse su disfraz en su casa y tomaba un autobús al estudio donde se filmaban las escenas, posteriormente relataría que recibió un pago de 200 dólares por aparecer en la cinta.
Como el mismo Bela Lugosi, gran amigo del director, había fallecido antes del rodaje de la película, Ed Wood incorporó en la película escenas grabadas en los últimos meses de vida del viejo actor húngaro, como cuando aparecía en el frontis de la casa de Tor Johnson recogiendo flores, o caminando de día por un cementerio, acercándose a la cámara para extender melodramáticamente su capa de Drácula. Pese a que estas escenas no tenían nada que ver con el argumento de “Plan 9 del espacio exterior”, Ed Wood las incluyó igual a modo de homenaje.
Para sustituir a Lugosi en el resto de las escenas, Ed Wood contrató a Thomas R. Mason, el quiropráctico de su esposa. Y para evitar que el público se diera cuenta de que no era Lugosi, Mason debía taparse el rostro con su capa. Sin embargo, mientras Lugosi era ya un anciano, Mason era bastante más joven y bastante más alto que él, lo que dio lugar a una serie de planos donde la diferencia entre ambos personajes era más que evidente.
La película, finalmente, se rodaría íntegramente entre el 11 de agosto y el 5 de septiembre de 1956, en los Quality Studios en Hollywood, Los Ángeles, California, mientras que algunos de los planos de exteriores se filmaron en San Fernando, California. Y como ya casi no había presupuesto para los efectos especiales, Ed Wood debió ingeniárselas con lo que había. Por ello, en la icónica escena de los platillos voladores sobrevolando la ciudad de Los Ángeles, Wood utilizó unos kits de platillos de jueguetes colgados de unos hilos, que no fueron disimulados y que todavía pueden verse en la edición final de la cinta.
La escasez de medios se palpaba en varios fotogramas de la cinta, como puede verse en la cabina de la nave espacial, que estaba hecha de cartulina, mientras que las cruces y lápidas del cementerio estaban hechos de papel cartón. Ed Wood llegó a utilizar una cortina de baño, que aparece como la “puerta” de la cabina de los pilotos de un avión y de la nave de los extraterrestres y como tela para envolver una bomba. En la escena de la estación espacial, en tanto, pueden apreciarse un gran número de aparatos electrónicos baratos, entre los que destaca una señal luminosa que había sido robada de una obra el día anterior de la filmación. En la edición final, Wood utilizaría incluso filmaciones de otras películas, como el mapa de Estados Unidos del Pentagóno, que fue sacado de la película “Bagdag after midnight” (1954), mientras que la escena en que los militares disparan contra los platillos voladores fue sacada de los archivos del ejército americano.
“Plan 9 del espacio exterior” también entraría a la historia por su gran cantidad de errores garrafales, especialmente a nivel de continuidad. Ese fue el caso del cambio del día y noche en una misma escena, o el coche de policía que cambia de modelo en varios planos, sin mencionar otros hechos insólitos como ver al actor John Breckinridge (en el papel de Ruler), a quien se le puede ver leyendo claramente su texto durante una escena, o la secuencia en la cabina de los pilotos donde se puede ver arriba la sombra de los micrófonos.
La cinta sería estrenada en el teatro Carlton de Los Ángeles el 15 de marzo de 1957 bajo el nombre de “Grave Diggers from Outer Space” (“Los excavadores de tumbas del espacio exterior”), resultando ser un absoluto fracaso. Dos años después, en 1959, la Corporación de Distribuidores de América ( D.C.A)., recuperó la película bajo el nombre de “Plan 9 del espacio exterior” y la proyectó en numerosos cines de Estados Unidos, como parte de programas dobles. Como era de esperarse, la cinta sería un auténtico fracaso, tanto en crítica como en taquilla y los productores jamás recuperaron su inversión.
“Plan 9 del espacio exterior” posteriormente sería vendida a la televisión, donde se exhibió sin pena ni gloria, hasta 1980, cuando luego de ser catalogada por el libro “The Golden Turkey awards” como “la peor película de la historia”, adquirió gran notoriedad y despertó el interés del público por verla nuevamente.
Ed Wood, el idealista realizador de “Plan 9 del espacio exterior”, moriría en 1978, enfermo, alcoholizado y arruinado por completo, aunque siempre manifestó que esta cinta era motivo para él de orgullo y alegría.
La vida de este bizarro realizador sería genialmente llevada a la gran pantalla por el director Tim Burton en la película “Ed Wood” (1994), con Johnny Depp encarnando a Wood, y que fue rodada en blanco y negro como homenaje a sus películas. En esta cinta se narran, por cierto, muchos de los detalles de la vida del polifacético e incomprendido cineasta, así como su gran amistad con el actor Bela Lugosi y las dificultades para encontrar presupuesto para sus películas y sus ingeniosas formas de conseguirlo.

Un fotograma de la película “Ed Wood” (1994), de Tim Burton. El actor Martin Landau (segundo de izquierda a derecha) ganaría un Premio Oscar por su notable interpretación del decadente actor húngaro Bela Lugosi.
Pese a que “Plan 9 del espacio exterior” es considerada por muchos como lo peor que alguna vez se haya filmado en el Séptimo Arte, algunos críticos afirman que la cinta no es tan mala y que, incluso, esconde un cierto encanto. El español Vicente Ruiz Calpe, por ejemplo, asegura que “pocas películas han logrado cautivar y escandalizar a partes iguales a los críticos sin que éstos puedan conseguir ponerse de acuerdo a la hora de catalogar esta producción tan bizarra. “Plan 9 del Espacio Exterior” es una de esas películas que todo el mundo debe ver al menos una sola vez, y que desde luego no deja a nadie indiferente. Eso sí, unos quedarán tan aborrecidos después del visionado que arrojarán el DVD (o equivalente) directamente a la basura, mientras que otros la conservarán como paño en oro entre su colección exquisita de cine”.
El crítico agrega que “aunque en el apartado técnico es donde se hallan las carencias de la cinta, resulta divertido ver como Vampira (interpretada por la actriz Maila Nurmi) no dice ni una palabra en todo el film. Los elementos decorativos son todo cartón barato (como las lápidas del cementerio), a los platillos volantes se les puede ver el hilo que los mueve, y algunos actores leyeron sus diálogos de papeles pegados en paredes y suelo. Incluso hay planos de la misma escena que en un momento están rodados a plena luz del día y al instante siguiente completamente de noche. Y sin embargo, pese a todo lo anterior, Plan 9 tiene algo en sí misma que engancha, es como una especie de placer culpable, un film absurdo y entretenido a la vez, donde el espectador se lo puede pasar en grande si le gustan los films clásicos de la ciencia ficción de la década de los 50′. Y a aquellos que no les guste, pues seguramente se rían a carcajadas. Ed Wood no es el peor director de la historia, ni “Plan 9 del Espacio Exterior” la peor película. No es una obra extremadamente aburrida, insípida o carente de interés que entren ganas de apagar la televisión. A pesar de sus grandes defectos, su carencia de medios y sus malos actores, resulta un rompecabezas digno cuyas piezas se juntan gracias a un excelente manejo del ingenio y del sentido del humor”.
El argentino Alejandro Franco, en tanto, en el portal de cine “Arlequin” refrenda lo anterior al firmar que “Ed Wood no es el peor director de la historia, ni “Plan 9 del Espacio Exterior” la peor película. Para ejemplos de cine malo está “King Kong Vive”, “Krull”, o buena parte de la cinematografía de Charles Band (por citar algunos casos). Son filmes aburridos, chocantes o ridículos que resultan imposibles terminar de ver. Por el contrario, “Plan 9 del Espacio Exterior” y otros filmes de Wood son un placer culpable, ya que son deliciosamente absurdos y totalmente entretenidos. El nivel de error e idiotez es tan grande, que es imposible no reírse a carcajadas”.
Trailer película “Plan 9 del espacio exterior”:
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