“The End”: La enigmática canción en la que Jim Morrison plasmó todos sus fantasmas

Este tema grabado por The Doors en 1966 es una de las canciones más legendarias y polémicas de la historia de la música.

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La leyenda cuenta que en 1966 un novel y desconocido grupo californiano llamado The Doors, durante una presentación en el célebre local Whisky A-Go Go de Los Ángeles, interpretó su canción “The End”, una sombría e hipnótica canción de 11 minutos y medio de duración cuyo título (“El Fin”), según el cantante Jim Morrison, se refería a una especie de despedida.

The Doors, con el cantante Jim Morrison a la cabeza.

The Doors, con el cantante Jim Morrison a la cabeza.

Durante la interpretación de “The End”, el mismo Jim Morrison, quien antes de subir al escenario había tomado según su propia confesión “10,000 micro gramos de ácido”, lo que lo había hecho entrar en una especie de trance creativo, comenzó a improvisar unas líneas basadas en los mitos griegos clásicos y en los escritos del filósofo alemán Friedrich Nietszche.

Entonces, repentinamente y en medio de la envolvente música, Morrison soltó la famosa estrofa edípica que entraría en la historia de la música popular del siglo XX y que decía en su inglés original lo siguiente: “Father / Yes, son / I want to kill you / Mother / I want to fuck you” (“Padre / Sí, hijo / Quiero matarte / Madre / Quiero tener relaciones contigo”).

The Doors performing

Tras la impactante frase de Morrison, toda la audiencia presente esa noche en el Whisky A-Go Go pasó de la sorpresa a la perplejidad, mientras se hacía en el local un silencio sepulcral. De ese modo, de una manera impactante y cual mazazo en la cabeza, los Doors terminaron dramáticamente su presentación.

Sin embargo, tal como muestra una escena de la película “The Doors” (1991), cuando sus cuatro integrantes se dirigieron a los camerinos, allí los esperaba Phil Tanzini, dueño del Whisky A-Go Go, quien, encolerizado por la provocativa improvisación de Morrison y por el escandaloso colofón final, echó a patadas al grupo del local, asegurándoles que jamás volverían a tocar allí.

Para fortuna de los Doors, entre el público que había presenciado esa histórica presentación se encontraba Jac Holzman, propietario del sello discográfico Elektra Records, quien había ido al Whisky A-Go Go acompañado del productor Paul Rotchild. Holzman, impresionado por la performance de Jim Morrison y sus tres compañeros de banda, de inmediato les ofreció un contrato.

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Los Doors, con la producción del mismo Paul Rotchild, grabarían en unas pocas semanas lo que sería su álbum debut, el cual sería lanzado oficialmente el 4 de enero de 1967.

La última canción de ese disco sería “The End”, pista de 11 minutos y 35 segundos que fue grabada en una sola toma, es decir, casi en vivo y cuya letra mantuvo casi íntegramente el famoso monólogo improvisado por Jim Morrison en el Whisky A-Go Go, que, como ya se mencionó, se basó en la tragedia griega de Edipo Rey, el ciudadano de Tebas que adivinó el enigma de la esfinge, mato a su padre el rey Layo (sin saber que era él) y se casó con la mujer de éste, la reina Yocasta, para al final descubrir que era su propia madre.

En la parte del final de la canción “The End”, eso sí, serían censuradas unas palabras que Jim Morrison repite como si fuera una especie de mantra (“Fuck, Fuck, Fuck….Yeah”), aunque la canción volvería a ser publicada en su versión original tras el lanzamiento del álbum recopilatorio de The Doors “Legacy: the Absolute Best” (2003).

Jimbo smiling

Con respecto a la letra de “The End”, compleja e hipnótica canción cargada de influencias psicoanalíticas y metáforas alucinantes y depresivas, Morrison sólo comentaría en 1969 que “cada vez que oigo esa canción, significa algo más para mí. Comenzó como una simple canción de despedida …Probablemente sólo a una chica, o podría ser un adiós a una especie de infancia. Realmente no lo sé. Creo que es tan suficientemente compleja y universal en su idiosincracia, que podría ser casi cualquier cosa que quieras que sea”.

Ray Manzarek, tecladista de The Doors, consultado por la famosa frase edípica de “The End”, aclaró que Jim Morrison sólo “estaba dando voz en una canción de rock & roll, a la recreación del complejo de Edipo; no estaba diciendo que quería hacerle el amor a su propia madre ni nada parecido. ¡Fue teatro!”.

The Doors (front image)

El baterista John Densmore, en su autobiografía “Riders on the Storm”, recordando la grabación de la canción “The End”, relataría que “en un momento Jim estaba llorando, y gritó en el estudio, ‘¿Alguien me entiende?’. Y le dije que sí, que yo lo hacía, aunque en ese mismo momento entramos en una larga discusión; Jim seguía diciendo que matar al padre se reduce a esto, matar a todas esas cosas en ti mismo, que te han inculcado, que no son tuyas, son conceptos ajenos que no vienen de ti mismo y deben morir. Hacerle el amor a la madre es muy básico, y significa volver a la esencia, a lo que es la realidad, no la interpretación de los hechos. Así que lo que Jim dice al final de la canción ‘The End’, es que hay que matar a los conceptos ajenos, volver a la realidad, al comienzo de los conceptos propios, no los inculcados”.

Jim Morrison

El productor Paul Rothchild, que produjo la mayor parte de los discos de The Doors, cree por su parte que la canción “The End” habla sobre un viaje interior, y que el “kill the father” (“matar al padre”) significa destruir todo lo que te controla, restrictivo y autoritario dentro de tu cabeza, mientras que “fuck the mother” (“fornicar a la madre”) significaría abrazar la libertad, lo que fluye libre y sin limites dentro de tu cabeza, idea que enlazaría la canción con algunos conceptos de la cultura india.

En 1977 el cineasta Francis Ford Coppola usaría la canción “The End” para abrir y cerrar su magna obra maestra “Apocalypse Now”, su particular recreación del clásico literario del escritor Joseph Conrad “En el corazón de las tinieblas”.

Un joven Jim Morrison (de traje, al lado derecho de la imagen) junto  a sus padres y sus dos hermanos.

Un joven Jim Morrison (de traje, al lado derecho de la imagen) junto a sus padres y sus dos hermanos.

Muchos años después de la muerte de Jim Morrison -acaecida en París en 1971, cuando el carismático cantante tenía sólo 27 años de edad-, su madre Anne Morrison Chewning, en una entrevista concedida al medio Del Mar Times, consultada por la famosa estrofa edípica de la canción “The End”, confesó que “la gente me susurraba: ‘¿Ustedes están molestos por The End? Y yo les decía: ‘No, en lo más mínimo. Las letras son solo un mito griego. Jim lo hizo de una manera nueva y me encantó su dramatismo”.

Video de The Doors: “The End” (1966):

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