Britney Spears sigue atravesando difíciles momentos. La coyuntura la ha empujado a estos días a tomar una de sus decisiones más duras: la cantante rechazó ceder su tutoría a su padre.

La princesita del pop ha perdido en los últimos años su independencia. Con alegatos que rondan la salud mental, Britney perdió su autonomía en los últimos tiempos y, como suelen repetir los portales “no puede ni siquiera salir a comprar una hamburguesa”. En días donde se cuestiona la pérdida de las libertades individuales por las decisiones adoptadas por diferentes gobiernos ante el avance del covid-19, no está de más recordar que la vida en sociedad y según leyes, implica de por sí, la aceptación de límites al comportamiento individual.

Spears ha reclamado al tribunal que rechaze el pedido de tutoría exclusiva que presentó su padre James. La cantante solicita que sea la abogada Jodi Montomery quien siga intercediendo en las decisiones de la estrella pop. “Britney se opone firmemente a que James regrese como el tutor de su persona. Más bien, prefiere que la señora Montgomery continúe en ese papel como lo ha hecho durante casi un año”, destacó Los Angeles Times.

La tutoria de su padre expira en el próximo fin de semana y fue causante de diversos tormentos en la salud de Britney a lo largo del último año. Por lo pronto, el colectivo #FreeBritney ha organizado una marcha a los juzgados para cuando deba tomarse una decisión.

Los mayores problemas comenzaron para Britney en el año 2007 cuando cayó en diversas adicciones y tuvo erráticos comportamientos públicos. En 2008 perdió la tenencia de sus hijos y desde entonces no tiene autoridad sobre sus propias decisiones: sus diversos tutores, no obstante, la continuaron haciendo trabajar y ganar fortunas ¿Britney está capacitada para generar dinero pero no para administrarlo?