Habló Enrique Iglesias. Y dejó sabrosos comentarios, de esos que hacen las delicias de los medios de comunicación, en saber más sobre la vida privada de los famosos. Pero lo más sorprendente: el cantante brindó detalles de su vida sexual junto a Anna Kournikova, su mujer desde hace ya casi dos décadas.

Dato contradictorio: hace años que Anna ha bajado radicalmente el perfil y no suele hablar de ella, ni mostrarse en demasía, ni siquiera publicar fotos suyas, teniendo en cuenta su pasado como modelo. Kournikova surgió como tenista más de dos décadas atrás. Pronto su escaso talento perdió terreno junto a la carrera de modelo que se abría. Rusa y blonda, Anna es una de las mujeres más bellas del mundo.

Ahora la pareja ha sido padre de dos gemelos, diez meses atrás. Lucy y Nicolas llegaron al mundo para consolidar los 18 años de pareja estable de Enrique y Anna. Para los memoriosos, la pareja surgió entre sospechas de promoción y conveniencia y no pagaba ni dos pesos a la duración. Ya ven: todos han perdido y la banca arrasó con todos los cínicos, allí había amor verdadero.

Quién te ha visto, quién te ve. Enrique y Anna, 18 años atrás

Pero acaso en el momento menos oportuno, al bueno de Enrique se le ha dado por hablar de la relación, quizá con demasiado lujo de detalles. “Probablemente estamos teniendo más sexo que nunca. El sexo no ha bajado”, reveló el artista a The Sun. La frase ya es portada. ¿Era buen momento para pronunciarla, justo cuando Anna se halla dedicada a pleno a los gemelos? Perdonen al hombre; está feliz con su nueva vida y así poco menos que lo grita a los cuatro vientos.

Como cualquier otra pareja, pasas por tus momentos altos y tus momentos bajos, y no siempre es perfecto –amplió Enrique–. Pero es perfecto de un modo: es increíble verla ser tan buena madre. Es increíble ver a una madre hacer lo que hace, cuando el instinto de una madre aparece”.

Sobre cómo es tener niños, el artista reflexionó sobre la posibilidad de retirarse, para dedicarse solamente a cuidar de ellos y su crianza: “Hay días en los que mentiría si dijera que no pasa por mi cabeza parar… Probablemente se haga realidad en un futuro próximo. Cuando tenía 19 años y viajaba alrededor del mundo con mi primer disco, había momentos en los que pensaba: ‘Madre mía, quizá debería parar de hacer eso. Necesito un descanso’. Y ese pensamiento ha cruzado mi mente a lo largo de los años. Pero ahora la cruza bastante más que antes. Quizá no me vea haciendo mucho más que unos pocos álbumes y ya está. Y luego no hacer nunca nada más que ser padre” .