Miguel Bosé eligió una pequeña ceremonia para despedir a su madre, la columna de su matriarcal familia, a meses de su fallecimiento. Lucía Bosé falleció a fines de marzo, en pleno estallido del covid 19, tras gozar de una amable salud. La mujer es recordada por sus buenos modales y su gran entendimiento con diversas personas del mundillo artístico y los medios. A meses de su despedida, su hijo optó por una reunión íntima para despedirla.

Bosé ha conservado aún en su funeral sus eternas extravagancias. El cantante decidió continuar lo que muchos portales han calificado como los años más difíciles de su vida: y para despedir a su madre, decidió cerrar las puertas a su sobrino. Según publicó ABC, Miguel Bosé llamó uno a uno a los invitados al demorado funeral. Familiares y amigos recibieron la convocatoria a la reunión íntima que tuvo lugar en casa del artista.

Entre los invitados, una persona no fue requerida: su sobrino Olfo, hijo de la hermana de Miguel, Lucía Dominguín. El hombre contestó a la prensa y confirmó que su tío le pidió expresamente que no concurriera al funeral: “Han pasado siete años desde que cometí un error. Parece que soy una especie de Judas. Yo solo quería despedirme de mi abuela y de toda mi familia, pero mi tío no me ha dejado”.

La razón proviene de la elección católica de Olfo, que hace años se convirtió al hinduismo durante uno de sus viajes al Asia y no practica el catolicismo.

Lucía Bosé falleció el pasado 23 de marzo a los 89 años. Justo en plena etapa desesperante del coronavirus. Ahora, meses después, sus familiares pudieron despedirse. pero no todos. Olfo no fue de la partida, por su elección religiosa.