El cantante Ozuna culminó del peor modo el que debió ser un show divertido, entretenido, genial. Pero no fue así. Cuando todo promediaba, fueron los golpes los que se adueñaron de la noche. Y terminó como terminó: en un escándalo, un auténtico papelón.

Aún no se ha podido establecer bien los pasos de cómo se sucedieron los hechos. Para no ahondar en detalles, Ozuna se enojó con un hombre de seguridad que se hallaba demasiado cerca del escenario. Aparentemente, el hombre tenía un micrófono que no quería entregar a la gente de sonido.

“¿Tienes problemas? Papi, bájate, que no puedes estar aquí. Ayer fue lo mismo”, le espetó el músico al agente, que no quería alejarse de un sitio que no le correspondía. Como el hombre no dio respuestas ni hizo ademán de alejarse, el músico de veinticinco años se acercó y lo golpeó en la cabeza con su propio micrófono, sin mediar agresión alguna del otro lado. Pronto saltaron más personas y todo concluyó en desastre.

La polémica continuó en las redes. Donde la mayoría de la gente –no todos– tomaron partido por la víctima. “Ante todo tienes que mostrar educación y respeto”, fue uno de los comentarios críticos. Pero Ozuna no se hechó atrás: “Un artista hace algo bueno y nadie dice nada, sólo basta un incidente para que todos te juzguen”, empieza su mensaje. “Así es la vida y el precio de la fama, como todos quieren ahora juzgarme no más, IG los amo público, luego los veo”, se defendió el artista en las redes.