Ya pasaron 20 años. Diana Spencer falleció el 31 de agosto de 1997 y es al día de hoy que se siguen mencionando las polémicas relaciones que la princesa de Gales mantuvo a lo largo de toda su vida.

También se escribieron páginas acerca del estilo rebelde que Lady Di quiso imponer. Un estilo que desafió al protocolo y el bajo perfil que los miembros de la aristocracia británica, tradición mediante, estaban acostumbrados a respetar.

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Ese estilo no se limitó al tipo de vestimenta que Diana solía utilizar y que causó rechazo en sus pares. Implicó una forma distinta de comportarse. De pasar de la mujer sumisa a la mujer con carácter. También, a las infidelidades que derivaron en el divorcio con el príncipe Carlos en 1996.

Seguro. La princesa mostró actitudes cuestionables. Quizá impropias de alguien con su investidura. Es tan cierto aquello, como que ya no puede defenderse de las acusaciones de traición.

Su romance con el cineasta marroquí Dodi Al Fayed, una vez confirmada la ruptura con Carlos, terminó de la peor manera. Ya había comenzado mal, con los paparazzis siguiéndole los pasos de una forma demasiado pegajosa.

Todos pretendían la primicia y obtener las imágenes exclusivas de Diana y Al Fayed. Pero se extralimitaron como nunca. Por eso, tras la cena en el hotel Ritz de París que compartieron, los novios pretendieron viajar sigilosamente a bordo de un Mercedes.

Fue imposible: los reporteros estaban esperando el momento exacto para atacar. Las motocicletas no dejaron tranquilos a los novios y provocaron que el chofer -luego se demostró que estaba alcoholizado- que los trasladaba, chocara violentamente al intentar cruzar el túnel de Pont de l’Alma. 

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La tristeza, por volver a revisar un hecho como este, es mucha. Pero sirve, al mismo tiempo, para recordar que existen momentos en los cuales conviene dejar la ambición de lado. Que conviene dejar pasar la codicia. Ceder ante un episodio mayor.

Porque los fotógrafos, luego del accidente, continuaron con su trabajo como si nada. Reflejaron el instante como si se tratara de un espectáculo, cuando dos personas (Al Fayed y el chofer) murieron al instante y otra más (Lady Di) luchaba por sobrevivir. Aun cuando las fotos del accidente tuviesen un valor de 1 millón de dólares.

Diana Spencer falleció horas más tarde en el hospital Pitié-Salpêtrière, producto de las graves lesiones que fueron demasiado para su cuerpo de 36 años.

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El Príncipe Harry se refirió a los paparazzis por primera vez

Recientemente se dieron a conocer unas declaraciones que el Príncipe Enrique de Gales brindó a la BBC para el documental “Diana, 7 días”, donde habló por primera vez sobre los fotógrafos que persiguieron a su madre.

Hubo que esperar estas dos décadas para que el príncipe, a sus 32 años, emita una opinión. Es que al momento de la tragedia era un niño de 12. Y lo hizo -con lógica- en duros términos. 

“Esas personas que la persiguieron en el túnel y causaron el accidente, en lugar de ayudar, estuvieron sacando fotos de ella mientras moría en su asiento”, dijo Harry.

Once años después del hecho se determinó que el chofer, de nombre Henri Paul, fue responsable del choque, así como también los paparazzis.

Y Harry aseguró que “ella tenía una lesión grave en la cabeza, pero todavía estaba viva en el asiento trasero. William (el duque de Cambridge, su hermano) y yo lo sabemos, nos lo ha dicho gente que tiene conocimiento de que fue así”.