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La peor humillación de Martina Navratilova: Sufrió a su padrastro por confesar su orientación sexual

La tenista checoslovaca nacionalizada estadounidense padeció a su padrastro, quien calificó su condición de lesbiana como "una enfermedad".

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No todas fueron pálidas para Martina Navratilova. Al margen de la excelencia como tenista con el saque y volea que salían de su zurda “mágica”, la jugadora que nació en Checoslovaquia antes de la disolución (1956) y que en 1981 se nacionalizó estadounidense, gozó del cariño de algunas oponentes de peso que tuvo en el circuito.

Ellas fueron Chris Evert y Steffi Graf, quienes reconocieron su potencial como deportista y la apoyaron en su lucha contra la discriminación. La alemana habló acerca de su rivalidad y tuvo cálidas palabras para con Navratilova.

“Tengo el mayor de los respetos por ella y lo que hizo sobre la cancha. Fue una gran deportista que siempre me empujó a ser mejor. Siempre he estimado a Martina por su sinceridad y sobre todo me impresionó por su amor por el tenis”, declaró.

No todas fueron pálidas. Pero hubo un enfrentamiento inesperado que la marcó. Es que en 1981, además de marcharse a los Estados Unidos, confesó que se sentía atraída por las mujeres. Navratilova temía porque no le concedieran el permiso para salir de su país: en su momento, señaló que en Checoslovaquia “a los gays se los envía a un asilo para enfermos mentales y las lesbianas no salen del armario”.

La confesión de Martina fue repudiada categóricamente por su padrastro (su padre falleció cuando era muy pequeña y como resultado fue criada por Miroslav Navratil), al punto de decir que la homosexualidad era una “enfermedad” y de precisar que hubiese preferido que su hijastra se dedicara a la prostitución con tal de que cambiara su orientación.

Poco tiempo atrás compartíamos lo que fue la niñez de la tenista croata Mirjana Lucic y cómo padeció los maltratos físicos y psicológicos de su padre, que le impidieron competir en el plano profesional durante varios años. Y ni Lucic ni Navratilova fueron las únicas: Mary Pierce, Jennifer Capriati y Jelena Dokic fueron otras tenistas que hubieran elegido a otros padres de haber tenido la posibilidad de escoger.

De todas formas, y aun cuando la propia tenista reconoció no entender que ser lesbiana le restara apoyo de sus seguidores, 15 de sus 18 Grand Slams los consiguió luego de todas las complicaciones por la que pasó.

Su primera relación estable con otra mujer, con la escritora Judy Nelson, no terminó en los mejores términos. Sin embargo, pudo encontrar, después de mucho tiempo, a su “media naranja” en la modelo rusa Julia Lemigova, quien también debió afrontar una perturbadora historia.

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