Foto: Diario de las flores.

Luego que el Presidente Alberto Fernández dispusiera mediante decreto un nuevo cierre de colegios y medidas restrictivas para la movilidad, padres de alumnos protestaron y presentaron recursos ante la Justicia invocando el derecho de los niños a la educación. El fallo ordenó la apertura de los colegios de la ciudad de Buenos Aires generando un enfrentamiento jurídico y político entre la ciudad y el Gobierno federal de final aún incierto.

Noticia en desarrollo

La vida en Argentina es una gran “noticia en desarrollo”. Un viajero que haya salido de Buenos Aires el pasado miércoles 14 de abril y retorne hoy, se encontrará con un panorama absolutamente distinto del que apreciaba a su partida.

En la noche del miércoles, el presidente anunciaba haber dispuesto mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) una cuarentena estricta para el Área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) motivada por un crecimiento en la cantidad de afectados de Covid-19. Las medidas incluían el cierre de colegios  de todos los niveles de enseñanza e instruía la realización de clases virtuales por quince días.

Decretaba, también, el patrullaje de la ciudad por las fuerzas militares: “Esta decisión que acabo de tomar voy a hacerlas cumplir con las Fuerzas Federales”, dijo. Algo que fue interpretado como una virtual intervención gubernamental en el distrito que más rechazo cosecha su gestión.

 Una cadena interminable de acontecimientos

Apenas culminaron las palabras del Presidente estalló el furioso sonido de cacerolas golpeadas en diversos barrios de la ciudad, e incluso en zonas del Gran Buenos Aires. Padres, junto a sus hijos, expresaron su repudio al cierre de colegios frente a la Residencia Presidencial. Violando incluso el horario establecido para la prohibición de circulación. A tal punto fue sonora la protesta que por primera vez en más de cuarenta años se procedió a instalar un vallado frente a la residencia para evitar desmanes.

Otro tanto ocurría frente a la Casa Rosada, sede del gobierno argentino. En ambos casos los padres reclamaban de manera unánime: “Abran las escuelas”. Recordemos que desde marzo 2020 los colegios estuvieron cerrados. Este año se abrieron a instancias de la presión de padres, educadores, médicos e infectólogos que demostraban el muy bajo índice de contagios en las escuelas.

Nace “la rebelión de las mamis del WhatsApp”

Al día siguiente, jueves, algunos grupos de padres solicitaron asesoramiento jurídico y recurrieron a la Justicia. Se cuenta que “los grupos de WhatsApp” de los padres de alumnos hervían con acalorados intercambios y propuestas de acción. Al día siguiente, el viernes, varios grupos de padres presentaron acciones de amparo ante la Justicia, tanto de provincia como de la ciudad de Buenos Aires. Lo mismo hacía el jefe de gobierno de la ciudad, Horario Rodríguez Larreta, pero presentando el recurso ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ), ya que estaba en discusión la autonomía de la ciudad consagrada en la Constitución Nacional.

Fue un fin de semana tenso, eléctrico y donde corrían versiones de todo tipo. El sábado se produjo un inicial fallo adverso a la presentación de los padres a través del juez federal Esteban Fournari. Sin embargo, la fiscal ante la Cámara de Apelaciones de la ciudad, Karina Cicero, dictaminó a favor del recurso de los padres. Y tal como sucede en las buenas novelas la decisión de apertura llegó al filo del momento culmine, domingo por la noche.

Los jueces de la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo, Marcelo López Alfonsín, Nieves Macchiavelli y Laura Perugini, revocaron la decisión del juez de primera instancia Marcelo Segón, quien había rechazado el amparo presentado por un grupo de padres.

La primera victoria

La celebración del fallo de la Cámara hizo que se volvieran a poner incandescentes los chats de los padres de alumnos. Esta vez con aplausos y felicitaciones. Pero no todo es sencillo en Argentina, al conocerse el fallo que ordenaba abrir las escuelas y dar clases, dos gremios docentes decretaron un paro de actividades para ese mismo lunes. Los gremios están muy ligados a la política del gobierno nacional.

El lunes hubo colegios abiertos en la ciudad de Buenos Aires con una presencialidad de casi 70%. La ministra de Educación de la ciudad adujo que la presencialidad no fue mayor debido a la nocturnidad del fallo que llegó cuando ya estaban programadas actividades virtuales. En la provincia el gobernador amenazó con quitar la matrícula a aquellos colegios que abrieran sus puertas. Los padres y alumnos concurrieron a los colegios cerrados y rodearon pacíficamente las instituciones en señal de protesta.

Foto: Silvana Colombo – La Nación. Un colegio hoy, miércoles en Buenos Aires.

El contraataque gubernamental

La misma noche del fallo de la Cámara de Apelaciones, tanto el presidente como algunos encumbrados funcionarios expresaron su desagrado mencionando que ese fallo no tenía validez y que era un “estrago jurídico”, según especificó el presidente. Ocurre que en la lectura del fallo se señalaba con precisión que la jurisdicción de la ciudad no podía ser avasallada por un decreto del gobierno, a riesgo de violar las pautas establecidas en la Constitución Nacional.

Al día siguiente, lunes, el gobierno presentó un recurso ante la Justicia para anular lo dispuesto por la Cámara. El fallo de un juez federal llegó en la noche del martes, siempre sobre la hora. Disponía que las escuelas debían ser cerradas y respetar lo dispuesto por el DNU presidencial. De inmediato volvieron a estallar con mucha más fuerza los cacerolazos en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Algunos cronistas señalaron que fue el episodio más ruidoso que se recuerde en años.

Al respecto, varios expertos constitucionalistas y juristas señalaron que un juez federal no puede modificar el fallo de la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Buenos Aires por ser jurisdicciones distintas.

Unas horas después, el gobierno de la ciudad emitió un comunicado donde se ajustaba a lo dispuesto por la Cámara de Apelaciones y dejaba en suspenso lo dispuesto por el juez federal, hasta que la Corte Suprema de Justicia dirima el entuerto jurisdiccional entre la ciudad y el gobierno federal.

Miércoles: Tensando la cuerda

Hoy, miércoles, los colegios abrieron normalmente y con mucha más afluencia de alumnos y padres.”Nos vuelven locos”, afirmaron padres en las puertas de colegios en referencia a las idas y vueltas judiciales.

Pero al mediodía la ministra de Salud, Carla Vizzotti, advirtió que se “está viviendo el peor momento de la pandemia y este es el momento de más riesgo”, defendiendo así el DNU del Gobierno nacional.  En tanto, el presidente expresó su agrado a un comentario de la vicepresidente del Partido Justicialista, Lorena Pokoik: Lo que está haciendo @horaciorlarreta se llama delito de desobediencia. El domingo @horaciorlarreta dijo que los fallos hay que cumplirlos. Lo que no dijo es que no está dispuesto a cumplir con los fallos que no escriben sus amigos de la mesa judicial”.

Se conoció que el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, le llevó hoy al presidente una fórmula de “presencialidad administrada”. Pareciera ser algo intermedio que permita descomprimir la situación. Al mismo tiempo -funcionarios gubernamentales de alto rango que no quisieron identificarse- señalaron que estaría descartado que las Fuerzas Federales de Seguridad desalojen y cierren los colegios.

Mientras tanto, el jefe de gobierno de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, será notificado de al menos cuatro causas judiciales federales por desacato y desobediencia.

Todo lo anterior en apenas una semana de vida normal en Buenos Aires.